COMO EL RABO DE MI PADRE...NINGUNO

En cuanto llega Noviembre es un no parar. A la cena del MBA se junta la tradicional con los amigos del pueblo (Bueno, denominar amigos a la panda de hijoputas con los que me junto es un acto de caridad sin límite)

Recordareis del año pasado , que a Rafa y a mí, nos habían querido encasquetar el vino con el sucio argumento de que pasábamos por la Rioja (Un poco más y la provincia argentina. La Rioja, de Miranda de Ebro, queda a 30 kms a poco). ¡Menudo año hemos tragado Rafa y yo aguantando tralla con cada correo electrónico!

Aunque nunca aceptamos pulpo, para que nos dejasen en paz, y visto lo pijos que estos vascos se ponen con el vino, decidimos demostrar que no tenían ni p. idea.

Rafa hizo un estudio de mercado (En Madrid, porque hacerlo en La Rioja me parece ganas de conducir a lo tonto). Lo hablamos...decidimos desechar el tinto Sudafricano. Yo me inclinaba por Jumilla o Toro, total, no se iban a enterar, pero acabamos comprando 3 Riojas (Un Luis Cañas del 2007, Un Martinez Lacuesta del 2006 y un Viña Herminia del 2004), y 3 Riberas (Me vais a perdonar que no los cite...yo soy un clásico, y protejo el terruño)

Decidimos que les íbamos a someter a una cata a ciegas durante la comida...10 personas...12 botellas...parecía una proporción razonable

Inazio se encargó de ir calentando el ambiente. Se nota que este año...y los treinta anteriores, en la Dipu no tienen mucho curro. Se entretuvo mandándonos fotografías de cuando éramos imberbes. Nadie fue capaz de identificarnos. Es más, asegura que en una fotografía salgo yo, y no me reconozco...¿será por el flequillo?

Los últimos dos años, al levantarme tarde el día despues de la noche de autos, habían volado las tortas de chicharrones de la panadería...sabor de mi niñez. Este año no iba a fallar. A las 4 de la tarde llamé a la panadería avisando que tenía un Kalashnikov, y que ay del que se llevara las 10 tortas que había encargado para la mañana siguiente.

Llegamos al txoko con tiempo. Alfonso y Jesus estaban sufriendo en San Mamés mientras el Athletic se defendía como gato panza arriba ante el Almería con 9. Tuvimos que tapar las etiquetas y descorchar todo el vino para borrar cualquier pista, que esos que dicen que son nuestros amigos, son tramposos hasta decir basta.

Para cenar íbamos a tener una ensalada de lechugas variadas, un Bacalao a la Vizcaina, un Rabo y de postre queso con membrillo (Y unas tejas y cigarrillos de Tolosa que solicité al ciberespacio a ver, si alguno de los que SI pasaban por Tolosa, entre otras cosas porque viven allí, se daban por aludidos) ¡Y se dieron!

Comenzamos...donde todos los años. En ese bar, acaban de comenzar a fabricar su propia cerveza, una tostada que estaba bastante buena. De ahí al de enfrente, donde ya comencé con el vino, a la Plaza, despues a uno nuevo que acaban de abrir al lado, al Barrio...acabamos en el primero otra vez, con los ánimos más templados...era hora de ir a cenar.

Como los que me seguís sabeis, a mí no me gusta que se juegue con el rabo. Debió de hacer mucha gracia que asegurase que era un especialista en rabos, que me los había comido todos y que, desde luego...para mejorar el de mi padre, hacía falta un master. (La verdad, ante el descojono, no sé qué coño pudieron entender de estas afirmaciones tan evidentes) Y efectivamente, al rabo de Alfonso le faltaba algo, ante mi absoluto disgusto.

El vino lo habíamos numerado, de más joven a más viejo, Ribera impares y Rioja pares (Para tampoco ponerlo demasiado complicado) El primer Ribera fue infumable, y eso nos dió la excusa de no volver a traer vino nunca más, y a a ellos de tener una excusa para no acertar ninguno porque el paladar aducían que lo tenían perjudicado.

Sí que es cierto, que Ramón acertó bastante, incluso el tipo de uva, pero los enteraos....los enteraos ni si era blanco o tinto.

La acumulación etílica hizo mella en alguno que no detallaré porque no está bien señalar. Despues del café y unas copas en el txoko, serían las dos y media de la mañana, fuimos a romper el pueblo, pero el pueblo nos rompió a nosotros. Nos sirvieron una...¡UNA! ¡A nosotros! Ante nuestras protestas, la camarera del primer antro se puso un guante de fregar con evidente intención de comenzar las prácticas de tactos rectales, y salimos sin que llamasen a la Ertzaintza ni nada (Que en nuestros tiempos, como no tenían cárcel, no les teníamos mucho respeto...Mejor no comprobar si este matiz ha cambiado con los años)

Nos sentíamos solos y desamparados, en un pueblo inhóspito a las 4 de la mañana y optamos por dirigirnos cada mochuelo a nuestro olivo.

Dormía en casa de Alfonso, con Inazio, su hermano, y Jesús. No estaba bien que nos acostásemos con sed, con lo que otra copichuela cayó.

Debían ser las 5 de la mañana cuando optamos por la prudente retirada. Aquí, ya sabeis como funcionamos, que somos vascos y recios....el último que se duerma Maricón (Glups, perdón), que roncamos como hormigoneras, y corremos el riesgo de no pegar ojo en toda la noche como tu compañero de habitación caiga antes que tú.

En eso soy un experto (En apagar la luz y comenzar la sinfonía, digo), con lo que Jesús supongo que se entretuvo contando vacas (Las ovejas en mi pueblo son escasas)

A la mañana siguiente...una cuesta abajo. Pintxo de tortilla con alegria riojana y un café (Es tal el coñazo que aguanto todos los años al desayunar un criancita, que prefiero confundirme con la plebe y matar el picante con el café). Visita a la panadería...las tortas a buen recaudo. Carretera...y Formula I en Burgos (Igual de cerca de La Rioja que Bilbao...lo digo por si todavía me piden vino el año que viene)

Lo digo todos los años, ...esos que dicen que son amigos míos, son vascos...discretos...no espereis un puto comentario...es por no significarse...que son muy independientes.