domingo, 29 de enero de 2012

SEPTIMA ETAPA DEL CAMINO Y ULTIMA, AMENAL-SANTIAGO

Queremos llegar a Santiago a la Misa del peregrino que es a las 12. Solo nos quedan 16 kilómetros para acabar, pero vamos con 4 niños. ¡16 kms! ¡Qué lejos queda el Bierzo!

Decidimos empezar a caminar un poquito antes de que claree el día. Será la primera jornada que lo hagamos. Hemos dormido maravillosamente en nuestro hotel y JA ha vuelto a desayunar como si el mañana no existiese.

Comienza el día lluvioso. Nada más salir, la subida más exigente del día, hasta Cimadevilla. Al llegar arriba se comienza a ver. Parece mentira lo oscuro que está y son más de las 8,30 de la mañana, la misma hora a la que comenzábamos hace una semana. Se nota la semana y los 200 kms más al oeste.

Los niños comienzan animosos. Pronto encontramos el monolito que indica el Límite territorial de Santiago, bordeando el Aeropuerto.

Se nos escapa de las manos el Camino, pero no tengo tiempo de pensar en ello, eso vendrá luego.. No nos queda mucho tiempo, el Monte del Gozo nos espera. (Se llama Monte del Gozo porque, en días sin niebla, era el primer sitio desde donde se veían las agujas de la Catedral de Santiago). La subida es fácil aunque prolongada...

Cruzamos el Río Sionlla, allí donde los peregrinos se lavaban antes de entrar en Santiago. No me quiero imaginar, en pleno invierno, meterte en este regato sin anestesia...

El paso es rápido, no queda tanto para las 12. Los niños comienzan a cansarse del esfuerzo, pero no hay tiempo que perder (Será el primer día que andemos con la presión de ese compañero del que nos hemos olvidado durante toda la semana, el reloj). Continuamente les tenemos que animar. Ellos bastante hacen con hacer que pensemos que les animamos...

Pasamos delante de la Televisión Gallega y del Centro territorial de la Española...El Monte del Gozo está allí mismo...un poquito más adelante.

Entonces llegamos. La niebla nos impide ver la Catedral, pero sabemos que ya es todo cuesta abajo, y no nos deben de quedar más de 5 kilómetros.

Volvemos a encontrarnos con Alex (Espero que ya, a estas alturas, hayas firmado algún autógrafo que otro por la calle). Alex es el prototipo de peregrino. Se encuentra con dos canarios. Haciendo amigos allá por donde pasa. La última fotografía antes de llegar a Santiago. Un abrazo...nos tenemos que ir.

La entrada a la ciudad es larga. No es bonita porque se entra al casco Histórico casi al llegar a la Catedral. Sin embargo estamos muy emocionados. Gente tomando un café, al vernos con los niños nos animan. "¡No os queda nada!, ¡Bienvenidos!", nos dicen. Esto hace el efecto de la glucosa más pura en nuestro organismo. A mí se me pone la carne de gallina.

De repente, allí se ven las agujas. El pecho parece que me va a estallar de la emoción. No, no soy religioso y sin embargo tengo unas sensaciones dificilísimas de explicar en mi interior.

No paro de animar al niño que ya no sabe lo que le duele, si no lo es todo. Si los pies de andar, o los oidos de escucharme. Le comprendo. El paso que llevamos es como el de la Legión en los desfiles.

Estamos en San Martín Pinario, nos quedan 200 metros para la Plaza del Obradoiro. Un gaitero nos saluda bajo la arcada del Palacio de Gelmirez. Es un momento terriblemente especial, lo disfruto en soledad, porque una vez pasada la arcada, ya estamos en el Obradoiro.

Cuando llevaba clientes extranjeros a Santiago, siempre les decía, al entrar en la Plaza, que no mirasen a la fachada de la Catedral hasta que se encontrasen en el centro. Es, sin duda, la vista más impresionante y maravillosa de un monumento, que yo haya divisado nunca.

¡Hemos llegado! ¡Lo hemos conseguido! Me abrazo a JA, me abrazo a los hijos de Yogui. Este me da la mano. He decidido que, por una vez, no está mal una mariconada. Rechazo su mano y me fundo con él en un abrazo, con lágrimas en los ojos.

Entramos a la Catedral por la Puerta Principal. Son justo las 12 del mediodía. Comienzo a sentir mucho frío. Estoy empapado de sudor. Salgo fuera a cambiarme la sudadera (No me parece bien enseñar mi torso desnudo al cura en mitad del sermón...)

Eugenio, el valenciano con el que coincidimos en Cebreiro y Calvor, lee las escrituras. LLegaron un día antes que nosotros. Le saludamos al terminar. Esto es el Camino, una pequeña familia de gente que coincidimos y nos separamos.

Acaba la Misa. Hemos de cumplir. La peregrinación todavía no ha terminado. Hay que llegar hasta la tumba del Apostol en la cripta y abrazar su imagen en el altar.

Una vez que lo hacemos, nos dirigimos a las oficinas del Peregrino, a enseñar nuestra credencial. Me preguntan los motivos por los que realicé el Camino. No miento si digo que espirituales entre otros. Me entregan mi Compostela. No solo me siento Peregrino. ¡Tengo un documento que lo acredita!

Yogui y familia han de comer con sus padres. Decido que, despues de estos sacrificios, me merezco un homenaje...de verdad. Sin embargo siento escalofríos. Tomamos el coche y vamos al hotel a darnos una ducha caliente. Tendría narices que enfermásemos al llegar a la Catedral...y así será para JA.

Una vez duchados nos vamos a "El Pasaje". Nos esperan unas ostras, unas almejas estupendas, unas vieiras, un bacalao a la gallega (JA, por supuesto, pulpo). Barato no es, pero merece la pena.

Me siento pletórico. Lo hemos conseguido.

Se ha acabado esta experiencia, pero estoy deseando comenzarla de nuevo, quizás antes de lo que pienso.

Nos queda una tarde en Santiago que aprovecharemos de un modo realmente muy especial, pero eso, eso lo contaré otro día.

miércoles, 25 de enero de 2012

SEXTA ETAPA DEL CAMINO. ARZÚA-AMENAL, 24 KMS

Llegaron las chicas y los niños...se acabaron los albergues. Las negociaciones con Carmen no son difíciles...ella viene, no a cualquier sitio.

Nos alojamos en un hotel de luxe. Me da hasta verguenza, despues de los dormitorios comunales en los que he roncado y aguantado ronquidos, dormir con este lujo. Próximo a Santiago, la bañera es un placer.

Nos levantamos pronto. Hemos de ir en coche hasta Arzúa, y son unos 30 kms por carretera. Estoy preocupado. JA nunca ha venido conmigo al monte. La verdad, dudo muy mucho que vaya a poder aguantar la caminata. Sin embargo está animado, y eso es lo más importante.

Nos metemos un desayuno como Dios manda. A JA le gusta ir de hoteles solo por los desayunos. Le tengo que mandar parar porque le va a dar un tripitxin. Llegamos a Arzúa y los Yoguis ya nos están esperando. Vamos todos menos Carmen, a la que Dios no llamó por los caminos del esfuerzo físico (Al aire libre, se entiende, porque los 5.000 metros Corte Inglés los hace en una marca muy aceptable). Se irá a pasear por Santiago.

La salida de Arzúa es igual de pesada que la entrada. Hoy, con niños y, sobre todo, queriendo estar pendiente de JA, camino detrás, y es una experiencia maravillosa.

Porque les voy enseñando el nombre de la setas y de los diferentes árboles. JA es una esponja. Se sabe de memoria los libros de setas que tengo en casa pero nunca salió conmigo, y aprovecho para "evangelizarle", para explicarle las aventuras que tuve en el monte cuando tenía su edad. Esa infancia donde no existían los peligros ni las urbanizaciones. Donde los niños solo éramos niños, y no teníamos que preocuparnos de pasos de cebras, coches o alimentos con grasas hidrogenadas. Esa infancia que yo fui tan afortunado de tener, y que mis hijos nunca tendrán, y me maldigo por ello.

Vemos un montón de Amanitas (Muscarias, Cesareas, Phalloides, Panterinas), Lepiotas Procera (llamadas Galampernas en el Pais Vasco, parasoles en Castilla), inmensas setas de cardo.

El camino es fácil y agradable. Lo peor, lo cerca que caminamos de la carretera muchas veces. Dejo volar mi imaginación. Sé que estoy llegando a Santiago y me gustaría que el viaje durase siempre.

Y nos encontramos con ardillas y salamandras. JA está disfrutando del paseo, pero yo estoy cansándome el doble, porque no puedo pensar solo en mí, sino en el que me acompaña.

Amenaza lluvia, pero no acaba de romper.

Pasamos delante del recuerdo al peregrino Guillermo Watt, quien murió aquí, un día antes de llegar a Santiago.

Despues de 15 kms, los niños comienzan a cansarse. JA se queja. Hemos de parar, no podemos hacer que nos acaben odiando.

Entramos en el Restaurante Oceadoiro, en la Parroquia de San Miguel de Cerceda, concello de O'Pino. Yogui y yo ya hemos comentado que, a partir de Sarria, el trato es más impersonal, menos cariñoso. Por eso he de recalcar que, en este sitio, fueron auténticos ángeles.

Les dejamos el local lleno de barro. Pedimos unas bebidas azucaradas para reponer fuerzas (Yo un café solo...) Tomamos de nuestras barritas energéticas y, todavía, nos sacaron un plato de pan con chorizo, gratis, para que continuásemos camino.

Nos volvimos a encontrar con Alex, el catalán (De aquí al estrellato, Alex). Sé que estais impacientes por conocerle. A él, y su inseparable boina. Tranquilos, ya falta poco.

Despues de la fanta, el azúcar hace que JA se entone. Pasamos por el único enclave interesante de esta etapa. La ermita de Santa Irene y su fuente barroca, de aguas milagrosas, una preciosidad del Camino. Yo, por si acaso, no las probé, no me inspiraron demasiada confianza.

Tres kilómetros más y llegamos a Pedrouzo, donde habíamos quedado con Carmen para comer.

Pedrouzo es el Imperio CHE; café, bar de copas, restaurante, panaderia, pulpería... Entiendo que, el Señor CHE, no tiene que tener problemas a cuenta de las licencias de apertura en el Ayuntamiento.

Yendo con JA, ¿Qué otra cosa podíamos comer, aparte de pulpo? Pues no solo pulpo, sino que cayó una rica carne o Caldeiro, un raxo de pollo, con ese vino que te desparasita por dentro, autenticamente para hombres (Perdón, Sra Mato, no pretende ser un comentario sexista), y un café de pota con gotas...para entonar.

Yogui y su familia duermen 4 kms más adelante, en Amenal. Al salir de comer llueve. JA se rinde y se queda con su madre. Dado que tengo que caminar hasta Amenal, yo me adelanto, me despido y no espero a nadie. Cada vez cae más agua. Entre eucaliptos, camino 35 minutos. Me está esperando Carmen en el coche al lado del Hotel de los Yoguis. Llevamos alguna mochila suya y la tenemos que entregar en recepción. Me toca a mí explicar la situación.

"Mire, que unos amigos que vienen ahora, pero que yo no me quedo aquí, que si les podemos dejar esto..."

Como para hacerlo en la T4 de Barajas, sales preso

Y ahora sí que llueve...

domingo, 22 de enero de 2012

QUINTA ETAPA DEL CAMINO, PALAS DE REI-ARZUA, 30 KMS

Nos levantamos como siempre. Dormí, como un bendito en una cama cómoda. Ryanair, efectivamente, había cancelado el vuelo (por una parte, mejor), y la familia de Yogui se venía en coche con Carmen y JA. Nos veríamos en Arzúa,calculábamos que para comer.

Seguía sin una sola ampolla. Los cuidados por la tarde y noche son mano de santo. Sin embargo, Yogui, andaba con los pies bastante mal. De todos modos, es ponernos en marcha, y sufrir en silencio...como las hemorroides...

Hay una serie de ermitas que vamos pasando. El paisaje es precioso. Corredoiras bellísimas, mucho verde, pero, la etapa, tremendamente cansada. Son continuas las subidas y bajadas que hacen que no se acabe de pillar el ritmo. No es que me molesten, pero sudo mucho. Me doy cuenta de que, para la próxima vez, he de comprarme ropa un poco más técnica. Sobre todo si, como me gustaría, lo repito en otoño.

Pienso que es una suerte que no hayan llegado los niños. Creo que, para el primer día, esto sería demasiado para ellos.

El Camino parece un decorado de "El Bosque encantado". Vamos a dejar atrás la provincia de Lugo y adentrarnos en la de la Coruña. Pronto llegamos a Leboreiro, con sus famosos cabazos, recipientes cónicos para guardar el maiz, como los horreos.

A la salida, enfilamos hacia Melide. Supongo que fue antes el Polígono Industrial que el Camino. Si fue al revés, es para denunciar al Concejal que permitió que crucemos un Polígono despues de los paisajes que hemos atravesado. Ya me gustaría investigar al primo de quien pertenecían los terrenos. Seguro que encuentro una razón consistente para este atentado...

Sigue sin haber mucho peregrino pero, a los que adelantamos (Porque tenemos un paso más vivo y no salimos de noche como otros), ya les conocemos de otros días.

Arribamos a Melide, donde llega el Camino Primitivo tambien (El que parte de Oviedo y que se llama Primitivo porque es el primero del que se tiene constancia que hubo una peregrinación, la de Alfonso II el Casto, en el Siglo IX, que ya ha llovido). Intentamos encontrar credenciales para los niños. Nada, imposible. Ya he comentado que los Párrocos, esto del marketing, no lo llevan bien. En la Plaza vemos el Antiguo Hospital de Peregrinos, la Iglesia del Espíritu Santo y la Capilla de san Antonio.

Entramos en el Albergue, que está acabando de limpiar la hospitalera más simpática que hemos conocido en el Camino. Entre bromas, y, a pesar de que el Albergue no está abierto y de que se tiene que ir a su casa para hacer la comida porque su marido, según ella, es un inútil, nos pone un sello. Nos ofrecemos a cocinar nosotros si se da el caso. No acepta...

A la salida de Melide nos topamos con paisajes autenticamente de postal. Son de una belleza sublime. Y seguimos haciendo kilómetros

En Ribadiso da Baixo cargamos las cantimploras en un albergue abierto sin nadie. Se nota el respeto de la gente. Todo está impecable. No sé como será en verano. Sellamos la compostela, hacemos un pis, y procuramos dejarlo todo como nos lo encontramos

Estamos llegando a Arzúa. El que diseñó el camino, esa noche, había echado un mal polvo y se quiso vengar en el culo de los peregrinos. Este cabrón nos hace dar una vuelta de más de un kilómetro cuando, subiendo un ribazo de menos de 50 metros, hubiéramos llegado al mismo sitio. Me juego un huevo, y no lo pierdo, a que este iba marcando el camino desde un todoterreno y no a pata. Un rodeo no tiene importancia si no es porque llevamos 27 kilómetros, cargados, de subidas y bajadas.

Despues de un paseo interminable, entre el rodeo y la entrada del pueblo, más de dos kilómetros y pico despues, llegamos al hostal.

El encargado es un chico jóven. Me da conversación. El me habla en gallego, yo le contesto en castellano. Nos pregunta de dónde somos.. le contesto que Yogui es gallego y yo vasco, pero que vivimos en Madrid. Su comentario, en Galicia, es evidente...

"¿Tuvisteis que emigrar?"

Mi carcajada le despista un poco. En esta tierra de emigrantes, todavía hay gente que no entiende que nadie se vaya de su casa sin la razón del hambre.

Queremos pulpo. El hostalero nos dice que hoy hay feria. No se hable más, ¿Donde mejor un pulpo que en una feria? (El auténtico pulpo a feira)

Llegamos. Es casi la hora en la que empiezan a recoger, pero nos atienden. Dos raciones de pulpo con cachelos y unas tazas de vino de esas que sirven para hacer contrastes en las radiografías. Nos entran como Dios. Las chicas nos llaman...

"¿Donde estais?"

"Preguntad por la feria. ¿Comisteis?"

El plato favorito de JA es el pulpo. Aunque hayan comido, devorarán unas raciones.

Con un queso de Arzúa con membrillo nos sentiremos en la Gloria.

Se acabó nuestro camino solitario. A partir de aquí vamos acompañados. Ni mejor, ni peor. Cada cosa a su tiempo. Diferente...

miércoles, 18 de enero de 2012

MI VENGANZA DEL CHINITO

Que con los años me voy haciendo más cascarrabias no es un tema de debate, sino un hecho.

Cosas que antes me resbalaban, ahora me tocan más los ovoides. Cada vez aguanto menos la mala educación o la prepotencia y, con la libertad que da el que lo poco o mucho que hayas llegado a ser en la vida ha sido gracias a tu sacrificio y al apoyo de tu familia (Que si no de qué), me corto medio pelo en ser políticamente correcto (Aunque para llegar a los niveles de mi viejo me hacen falta unos 50 años, poco más o menos, con lo que asumiremos que no se trata de una herencia genética).

El Inglés es un idioma que hemos escogido para comunicarnos principalmente en el mundo de los negocios (Sean grandes o pequeños), pero no es una patente de corso que hayamos dado a los habitantes del Imperio o de las Islas Bárbaras, para que ellos puedan recorrer el mundo comodamente mientras los demás tragamos sables, y no es esto algo que ellos entiendan fácilmente, más bien al contrario.

Como los jubilados ingleses que se vienen a la Costa del Sol y viven en sus guetos sin aprender una mísera palabra de castellano, así se pasean la gran mayoría de los gringos por su patio trasero, entendiendo que todo el mundo ha de saber Inglés porque debe de ser el idioma de Dios, o poco más o menos. (Muy honrosas excepciones conozco que son eso, excepciones)

Estaba en Bogotá, intentando ver si con mi sonrisa y mi caída de ojos, convencía a la bella azafata de AVIANCA de que me dejase entrar en la Sala VIP aunque viajase en turista (Como el 95% de las veces, por otra parte).

En esto llegó ella. El peso de los pedrolos que portaba en cualquier apéndice de su cuerpo serviría, en tiempos, para que Iñaki Perurena se entrenase antes de batir el record con la cilíndrica de 350 kilos. Eso era imposible que se midiese en kilates si no queríamos jugar con potencias de diez. Eso se medía en kilos como poco.

Le habló en Inglés, en voz apenas audible, demostrando una educación esmerada. Comenzó a sacar cualquier tarjeta platino que yo hubiese visto. Todas menos la que correspondía a AVIANCA.

La amable azafata, que no sabía Inglés y ya es extraño, intentó explicarle detalladamente en español donde podía dirigirse, pero que ahí no podía entrar.

Por instinto iba a terciar para ayudarla, pero un ramalazo de mala baba se cruzó en mis pensamientos y me decidí a dejarle a la gringa ricachona que sufriese un poco, solo un poco. (Esas pequeñas situaciones que la vida nos proporciona a los pobres, de gozar con el mal del poderoso)

En esto que ese modelo de educación, sin levantar la voz, comenzó a escupir la mayor sarta de barbaridades que puedo haber escuchado en un idioma foráneo, y no foráneo, supongo que pensando que nadie nos enterábamos.

Ahí paso mi estatus mental de transitorio a permanente (“Te vas a joder, pero bien jodida. Aquí no entras ni aunque llames a la Guardia Suiza”), y una sonrisilla empezó a asomar en mi rostro.

Una vez que acabó de cagarse en todo aquel que no sabía inglés, en el país, en la azafata, en los indios que la rodeaban, y en el embajador del Imperio por no estar al lado suyo solucionándole el problema, me dirigí a ella.

En un Inglés deplorable como el que me adorna, pero que me permite comunicarme en cualquier parte del mundo y trabajar con dignidad en una multinacional, le indiqué que el mismo problema tienen los que solo saben inglés que los que solo saben español, pero que, seguramente, no todos tuvieron las mismas oportunidades para aprender otro idioma.

Esto fue demasiado para la rica verdulera (Con perdón para todas las verduleras). Los espumarajos salían de su boca y ya no se preocupó, ni siquiera, en mantener el tono de voz bajo.

Con una sonrisa, que cada vez se hacía más inmensa adornando mi rostro, solo le dije:

“Lo siento, no hablo Inglés”

domingo, 15 de enero de 2012

UN SABADO EN SANTO DOMINGO

Me encuentro en Santo Domingo. Llevo una semana de viaje y me comienza a pesar.
Que mis clientes latinos no son alemanes, se nota en la cordialidad con la que me tratan, en la cercanía...tambien en la seriedad...
Aterrizo en Santo Domingo el jueves por la noche con una reunión fijada para el viernes a las 11 de la mañana. Al llegar al hotel, el recepcionista se apercibe de que es mi cumpleaños. Me da Suite en planta ejecutiva y no normal (O sea, una cama de 4X4 para que, aunque pilles, sea imposible pecar. A ver quién se encuentra en un campo de futbol a oscuras...)
A las 9 recibo una llamada. El Ingeniero fulanito se ha tenido que ir a 300 kms. Lo más normal del mundo. Que venga alguien a verte de a tomar por culo y tengas la deferencia de avisarle un par de horas antes por si le da tiempo a no venir...
O sea que, con un fin de semana perfectamente organizado en Bogotá, donde iba a ir a ver la Villa colonial de Leiva, me quedo hasta el lunes en Santo Domingo (Espero que el lunes no me lo atrase para el martes porque, encajes de bolillos de un viaje de 15 días, soy capaz de hacer en uno. Como me vuelvan a cambiar la agenda pillo el lanzallamas...)
Santo Domingo tiene un barrio colonial, el más antiguo de América, que es Patrimonio de la Humanidad. Honestamente no está conservado como merece. El edificio de varias plantas erigido enfrente de la Catedral (La primera de América) merece por sí solo el fusilamiento del responsable de urbanismo, arquitecto, aparejador y quien firmó la licencia de obras.
Sin embargo, el dominicano es amable y cordial. Los innumerables guías presentes en los principales centros turísticos no atosigan. Se conforman con la voluntad una vez desarrollado su trabajo y, si les dices que no estás interesado, te dejan en paz.
Tomo un taxi para ir a ver el Faro de Colón. (Es una de las dos localizaciones donde se dice que están los restos del Almirante, junto con Sevilla)
La obra, Faraónica, para lo más que sirve es para que funcionarios dominicanos dormiten en la oscuridad y el fresquito de las diferentes salas (Que es que ni disimulan, oiga). Los artículos expuestos de los diferentes países americanos, España y Japón, a donde se dirigía Colón, no merecen la visita. El posible ancla de la Santa María es lo que más me llama la atención.
Tomo un taxi para la Ciudad Colonial. El Paseo es maravilloso. Sin embargo, las restauraciones de los principales edificios históricos, no guardan ningún parecido con el original, entre otras cosas porque lo que se empleó en la construcción, fue ladrillo y, en la reconstrucción, piedra coralina. En la Fortaleza de Ozama me piden 60 Pesos por entrar. Solo tengo 500 y 50. Me dice que le dé 50. Extrañado ante ese manejo del dinero público miro el comprobante que me da...Pase de estudiante, 20 Pesos...Ya sé dónde va el resto...
Despues de un paseo por la sombra, me doy una vuelta por la Calle del Conde, auténtico "tontódromo" de la ciudad, arteria comercial y lugar donde la gente pasea. Me meto en "La Cafetera", establecimiento emblemático, lugar de tertulias y conspiraciones. Al lado mío se sienta Rafael, Ingeniero colombiano con ganas de charla, y despues de 4 cervezas, que no me deja pagar, se va a ver a unas amigas.
Sigo paseando hasta la Plaza de la Catedral y me siento en la terraza de la Cafetería Conde, enfrente del antiguo consistorio.
La gran mayoría de mesas están ocupadas por cincuentones gringos o europeos acompañados de niñas que no llegan a los 19. (Y digo 19 no sea que alguno de estos infames sea abogado y me demande por acusarle sin pruebas, de la comisión de un delito)
Me da verguenza ajena. Estos son los que, en su pais, se escandalizan ante el mínimo atentado contra los derechos humanos o la delincuencia proveniente de no sé qué paises y, en cuanto dejan a su santa en Milwaukee, exhiben sin ningún pudor un comportamiento rozando la pederastia que a mí, me da auténtico asco.
Porque esas niñas, a lo más que llegan, es a adivinar durante tres días lo que es una vida sin apreturas, teniendo a cambio que convencer al maduro hijo de puta, que está completamente loca por él.
Las caricias y arrumacos entre los integrantes de las mesas que me rodean me hacen sentir incómodo.
No voy de moralizante, simplemente me parece vomitivo.
A mí, pasear solo, no me va mal. Supongo que los donjuanes que me rodean se piensan que qué mal me lo monto, pero disfruto mucho.
Como en la Habana, la gente juega en la calle al dominó, al ajedrez, y a una especie de damas con un tablero de 12 casillas por lado, donde las fichas pueden comer para adelante y para atrás. Me quedo mirando una partida. Al acabarla les pregunto si puedo jugar. Santo Domingo contra el resto del Mundo. Me gana, son 5 pesos (20 cts de €) que le entrego con gusto.
Las niñas, por la calle, me miran con descaro compitiendo por ver quien me llama la atención. Una se dirige a mí preguntándome si estoy solo. Amablemente pero con firmeza le contesto que sí, y que muy a gusto. Me mira como si fuese un marciano. Y a lo mejor lo soy...

viernes, 13 de enero de 2012

CUARTA ETAPA DEL CAMINO, PORTOMARIN-PALAS DE REI, 25KMS

Nos levantamos pronto. La ventaja de estar en el centro del pueblo es que se puede observar a simple vista la claridad a las 8 de la mañana, cuando hay gente que ha salido hace una hora. Nosotros, a esta hora, todavía nos queda desayunar... media hora o tres cuartos.
Ayer bebimos demasiado. No tenemos resaca, pero se nota. Al ir a desayunar, como ambos dos somos muy machos, una sola frase..."lo de ayer, se queda dentro de la botella, para nosotros dos solos". Como decíamos, mariconadas las justas.
Al entrar en el Bar, un perroflauta me pide la voluntad. Le comento que soy de cerca de Bilbao. Que está muy mal visto que la voluntad se pague en billetes diferentes a los de 500 €, y que en ese momento solo tengo uno para pagar el desayuno. Se me queda mirando pensando si me estoy quedando con él. (Y no me jodais, cuando digo un perroflauta no digo un peregrino en dificultades. A estas alturas ya sé la diferencia)
Despues del desayuno comenzamos a andar. Hoy será un día en el que caminemos más juntos, hablando, principalmente yo.
Es extraño, me noto las piernas pesadas, pero tengo un ritmo de marcha muy bueno. Las ampollas sin aparecer, y así seguirán hasta llegar a Santiago. Supongo que andar más despacio me deja más cansado, no encuentro otra explicación.
Pasamos cerca de sitios maravillosos, pero hoy no me acaba de convencer el camino, demasiado pegado a la Carretera.
Al llegar a Gonzar, nos desviamos a ver la Parroquia de Santa María. Se está oficiando por difuntos. No hay más de 4 ó 5 ancianos. Asistimos quedándonos al fondo. Al acabar le solicitamos al sacerdote un sello para nuestra credencial. No tiene, para variar (Sin embargo, este hombre nos atiende bien)
Seguimos camino hasta llegar a Castromaior. Una maravillosa Iglesia del Siglo XII está cerrada. Desde el camino se observa, majestuoso, un horreo en piedra. A la salida de aquí tenemos la cuesta más exigente de toda la etapa.
No me encuentro del todo bien. Sudo mucho. Si me quito algo paso frio...no acabo de encontrar la temperatura y me temo que me voy a pillar algo. En Ventas de Narón pararemos a tomar un café. Le pido permiso a la chica del bar para cambiarme. (No os creais que es un striptease...un mero cambio de camiseta y polar) La llevo encharcada. Me temo que no se queda muy impresionada con mi pecholata.
La chica muy amable nos da algo de palique. Nos comenta que la mejor época es septiembre/Octubre. Me lo apunto. Habrá más gente y es lo único que me echa para atrás. Efectivamente, el camino engancha. A estas alturas lo estoy disfrutando tanto, que ya tengo decidido repetir la experiencia, quizás por otra ruta.
Yogui me comenta, "¡Qué lejos está Villafranca!", y he de asentir. Lejos en distancia, más de 100 kms, y en tiempo, que parece que hace 6 meses que lo comenzamos, y solo hace 4 días que recogíamos nuestra credencial. El Camino, efectivamente, marca sus ritmos a los peregrinos, porque desde el segundo día es como nos sentimos, peregrinos.
A la salida del Bar nos encontramos con Alex, el Catalán, con el que andaremos hasta que lleguemos a Palas, a ratos Yogui con él, a ratos yo.
A dos kilómetros se encuentra una de las joyas del Camino. El Cruceiro de Lameiros, de doble cara colocado en 1670. Una auténtica maravilla.
Hoy ya vemos más peregrinos. Se nota que Santiago está más cerca. Me siguen pesando las piernas, pero seguimos comiéndonos kilómetros.
Un kilómetro más adelante nos topamos con el Cruceiro de Ligonde, donde Carlos V durmió camino de su coronación como Emperador.
Me sorprenden los Lavaderos en las Aldeas. Recuerdo haberlos visto de pequeño en los pueblos, donde mi padre era médico. Centro de socialización para que las mujeres se pongan al día de las novedades, escasas, mientras los hombres se informaban en el Bar, y todos contentos, aunque no todos igual de cómodos.
Pocos kilómetros más adelante llegamos a Airexe, con su Iglesia de Santiago.
En Galicia existe un culto a los muertos que yo solo he visto algo parecido en México. Los cementerios rodean las Iglesias. Las tumbas no son de las familias, sino de las casas de éstas, y así se marcan.
En Amamurria, encontramos otro hito del Camino, el Mojón 69. (No sé si el nombre del pueblo es debido al Mojón, o se buscó el punto kilométrico a propósito para que cayerse aquí) ;-)
Estamos llegando. Hoy dormimos en Albergue privado (Un lujo despues de unos cuantos días) Hoy no tendré que ponerme tapones para dormir. Pasamos de pagar 5 napos a 40, pero lo voy a agradecer.
La familia de Yogui, en teoría, llega hoy a Santiago con Ryanair, y se vendrán en taxi hasta aquí (Por ello lo de dormir en algo más cómodo, que nuestras Santas son sufridoras, pero posiblemente no estén cómodas durmiendo con 50 personas más en la misma habitación).
Comemos con Alex, quien decide seguir camino. Hoy sí que noto las piernas muy pesadas.
Decidimos reposar un poco para salir por Palas luego, a tomar una cerveza.
Yogui llama al taxista que ha de recoger a su familia. Este, gallego, es desconfiado y viene a verle la cara, que pegarse un viaje a Santiago es una hora de camino como para que le gasten una broma.
En Palas vemos el Bus de los catalanes. Así anda mi abuela, con las manos en los bolsillos y no con la casa a cuestas como los caracoles (Y como nosotros). ;-)
Dado que vienen su mujer y tres hijos, decidimos ir a Turismo a ver si conseguimos unas credenciales para ellos y para JA, que les hará ilusión. Nos pegamos un paseito de un kilómetro y medio, con lo que ya llevamos, y nos encontramos Turismo...cerrado.
En efecto, un cartel indica que desde el día 5 de Diciembre hasta el día 11, inclusive, Turismo estará cerrado.
O sea, que, con dos cojones, se fuman la semana del Macropuente, donde se supone que puede venir alguien a informarse, y tener algo de trabajo, y abren el lunes 12 de Diciembre.
¿Es o no es éste un país para agarrar la motosierra y no parar hasta que se acabe la gasolina?Porque yo no me niego a que los Señores funcionarios tengan las vacaciones que les corresponden, pero tratándose de un Servicio Público, debería prestarse ese servicio. Lo contrario es lo que pasa con los chiringuitos para enchufar cuñados. Señores políticos, lean mis labios, SER-VI-CIO PU-BLI-CO.
Si para esto sirve tener un empleo público, casi mejor lo externalizamos, como dicen ahora los modernos, y me aseguro que en las épocas de mayor afluencia de gente cubro el Servicio. Porque me atrevo a pensar, que el lunes 12 de Diciembre, el probo funcionario de Turismo de Palas de Rei, se está comiendo los mocos todos el día mientras lee el Marca.
(Y luego direis que tengo mal caracter...¡un bendito es lo que soy! Si tuviese mal caracter, empezaba con la radial y me quedaba solo.)
Nos tomamos una cerveza y decidimos irnos a cenar algo al Albergue.
Entonces Ryanair comienza a hacer de las suyas, retrasando el vuelo. Andamos teléfono va, teléfono viene hasta las 12 de la noche cuando se me ocurre que, a malas, no pueden llegar aquí a las 5 de la mañana, que no hacemos la etapa. Que se vengan con Carmen que puede coger el coche grande y felices todos.
Desde luego, si esto lo llegamos a saber, hubiésemos andado unos kilómetros más para intentar que las últimas dos etapas fueran lo más flojas posible, que vamos con muchos niños. Pensándolo friamente, mejor. A priori, la etapa de mañana, es dura de narices.