viernes, 18 de junio de 2010

SAO PAULO...LA AVENIDA PAULISTA

Lo primero que te llama la atención de Sao Paulo, es la cantidad de japoneses que ves por la calle. Más de un millón de Japoneses, o descendientes de japoneses, viven en Sao Paulo, siendo la mayor colonia fuera de Japón.

Los japoneses se dedican a los negocios. Nuestro distribuidor allí era japonés. (Y es curioso hablar en Portuñol con un japonés)

Brasil es un pais increible. Economía emergente de la de verdad, y potencia económica a no mucho tardar. En Brasil, en todas las gasolineras sirven gasolina normal, y alcohol ecológico (derivado de vegetales)...a la mitad de precio. El 95% de los coches que se venden en Brasil son híbridos y pueden repostar de las dos clases. A ver quién es el "desarrollado" que puede decir lo mismo...

En Sao Paulo la gente trabaja...en Río se divierte.

Por las mañanas, en la radio, te dicen los cientos de kms que hay de atasco en la ciudad. Muchos ejecutivos se desplazan a sus trabajos en helicóptero, habiendo helipuertos en muchos edificios de negocios de Sao Paulo.

Ahora que andamos con el tema de las antenas de móviles y los perjuicios en la salud que dicen que causan, a más de uno le mandaba a la Avenida Paulista. En cuestión de Kws de potencia de transmisión, eso es la Ley de la Selva. Como nadie respeta las potencias asignadas, si emites con menos potencia que los de las frecuencias adyacentes, éstos te comen por los dos lados. Con lo que hay una guerra por a ver quien la tiene más grande (El transmisor y la antena)

Y hablamos de cientos de KWs. En España, en TV analógica, la máxima potencia instalada por canal era de 10 KWs en los transmisores principales (Torrespaña, Collserola, Navacerrada, etc)

El transmisor más grande que había visto yo era en Jakarta, Indonesia, donde en mitad de la ciudad tenían 150 KWs (Que me hablen de cánceres los de los móviles con unos pocos cientos de watios). En Jakarta, las ondas en el transmisor sonaban como las vuvuzelas esas que ahora están de moda y que a tanto periodista, que nada más llegar a un sitio pretende que lo conoce, le molestan tanto.

Lo de la Avenida Paulista es otra historia. En mitad de Sao Paulo, en el distrito de Negocios, en cada edificio grande le meten una antena como en un Centro de Transmisión, y "maricón el último". Si cumples con la Ley no te puede escuchar nadie, porque te tienen comido por todos lados.

Estamos hablando principalmente de radio, pero el paisaje acojona.

Y subir a la azotea y enfrentarte con según qué antenón, más todavía, que allí estamos hablando de potencia de la de verdad, no esas mariconadas de los españolitos, que distribuyen por niveles (Centros primarios que alimentan a secundarios, que alimentan a terciarios...donde al final, los reemisores emiten para los pueblitos con potencias de menos de 5 w en analógico. Claro...esto es más caro).

Allí no. Un Centro primario alimenta a todo, y si la potencia te quema el pelo, no haber pasado por allí.

Por cierto, despues de ver la última foto, un chiste de Forges...¿A qué no sois capaces de adivinar quien es el cliente y quienes los pringados? ¡Qué calor! ;-)

jueves, 10 de junio de 2010

LA MULTA

Con esto del nuevo reglamento de circulación, donde por sacarte un moco en un semáforo te quitan 3 puntos, estamos muy sensibles a según qué cosas. Sin embargo nunca he vivido una situación semejante a lo que me pasó perdido en el último rincón de China en un autobus.

Los oriundos de Pekin tienen fama, dentro de China se entiende, de ser personas que saben disfrutar de la vida. Los parques los verás siempre a rebosar. La gente paseará, jugará en las mesas al Ping Pong, o no hará nada más que dejar pasar el tiempo.

Shaghai es diferente. Allí la gente vive pensando en el dinero, en hacerse rico a costa de lo que sea. No son tacaños en el sentido tradicional del termino, pero sí que piensan que todo puede arreglarse con dinero. Entre ambos hay mucha rivalidad.

Ibamos en autobus por una carretera infame. No recuerdo si estábamos en la provincia de Sichuan o de Yunnan (Ambas comparten límite), y tampoco recuerdo qué íbamos a hacer o a quien íbamos a ver. Si recuerdo que viajaba con Wu Lan, mi amiga Ingeniera, mi mano derecha en China (Bueno, derecha e izquierda. Sin ella un auténtico inútil).

El conductor como todos por allí. Infame. Creo que esto ya lo he contado en alguna ocasión. Jugando a la ruleta rusa con su vida y la de los demás...y la carretera no ayudaba ni un pelo. Nos pasó lo que nos tenía que pasar.

En un cruce, escondidos detrás de un árbol, dos policias de tráfico. Ya habían pillado incauto para su particular mordida. Y le soplaron una buena.

A todo esto yo divisando el paisaje, o sea, atendiendo a la conversación de Wu Lan explicándome los edificios de la carretera o historias locales. La verdad es que viajar con ella siempre fue entretenido y realmente curioso. Prefería no pensar en el conductor. Como dicen los chinos "Si algo tiene remedio, ¿por qué te preocupas?, y si no tiene remedio ¿Por qué te preocupas?" Esta era una de esas cosas que no tenía remedio.

En esto que sale un pavo al pasillo del bus, y comienza a echarnos un mitin. Yo había visto cosas curiosas en China. Sorprenderme ya me sorprendía de pocas cosas. Wu Lan comenzó a traducir.

Lo primero que me dice es que por el acento es de Shanghai. Sí, amigos lectores, aunque vosotros penseis que todos los chinos hablan "en chino", resulta que los chinos tienen acentos especiales (Es más, yo he estado presente en conversaciones entre gente hablando mandarín que no se entendían)

Luego comenta que el pasajero ve al conductor muy nervioso. Que le acaban de crujir bien con la multa/mordida, y que el estima en mucho su vida (Imaginaos la carreterita de montaña y la conducción para que éste saliese a la palestra). Que para que todos llegásemos sanos y salvos creía que la multa la debíamos pagar a escote ¡Con dos cojones!

Y ni corto ni perezoso, el pavo comenzó a pasar la gorra por todo el bus. Recolectó la multa y un extra y se lo dió al conductor como gratificación para que llegásemos tranquilos y bien.

Ya me imagino al conductor en otros viajes viendo a ver si había pasajeros de Shanghai, amañando una multa con policías de tráfico (cosas más raras he visto) para sacarse un sobresueldo, que la vida está muy achuchada