jueves, 28 de octubre de 2010

¡MENUDA CENA EN LAS PALMAS! LEVITO AL RECORDARLO

Porque por fín he entendido lo que Gonzalo lleva meses intentando demostrarme. Efectivamente....¡Dios Existe!...Solo necesitaba una prueba...y la tuve

Lo siento, Guisaillos, pero hoy os he de hacer la competencia, y recordando vuelvo a salivar...

Llegaba a las 9 de la mañana a Las Palmas para tener unas reuniones. Como somos latinos, las reuniones acordadas hace semanas, me las cambian cuando aterrizo procedente de Madrid, y esto hace que vaya persiguiendo a mis clientes y tome un avión Las Palmas-La Palma, La Palma-Tenerife, Tenerife-Las Palmas.

Un agradable itinerario de 4 aviones, aterrizando en Las Palmas a las 7 de la tarde cuando pensaba que hoy no me movía de aquí (¿Quién dijo estress?)

Llego al hotel que no sé si soy yo o la prima macarra de Belén Esteban.

Pregunto a un amigo..."¿Donde ceno?"

"Ve a La Marinera en Las Canteras"

Y despues de una ducha y leer los correos, me voy a dirigir hacia allá cuando pido confirmación en la recepción del hotel (Esas secuelas de haber trabajado en una empresa gallega)

Me dicen..."Está bien...pero a dos manzanas hay un restaurante. Se llama La Sama. Estaba por esa zona pero se trasladó al lado del Mercado, a dos bocacalles. Antes era estupendo" (Calle Nestor de la Torre)

Hombre ahorrador...decido evitarme el taxi

"¿Qué pescado del día tienen?"

"Una sama a la espalda deliciosa"

"De acuerdo, con papas y mojo y una botella de malvasía seco, El Grifo"

...Se me saltaban las lágrimas...

El camarero, atento, me pregunta que qué tal...



"Esto estaba delicioso. Ahora bien, si en mi pueblo ponen esta ración van todos ustedes al pilón. Me queda media botella de vino y todo ese mojo ¿Como lo arreglamos?"

Unas puntillitas y media ración de papas más con el mojo.....

Me ve la cara despues de haber tenido varios orgasmos culinarios seguidos

"¿Algo de postre?"

"¡Por Dios, si!, ¡Qué no se acabe nunca esto!"

Y me ofrece la yema del huevo batida con azucar, canela y gofio

Mientras me encuentro en levitación, le pido la cuenta...

Carrascal, me vas a perdonar...no te puedo decir lo que me costó...¡es que todavía me da la risa al recordarlo!....Incluyendo la botella entera de malvasía....(Pobre ácido úrico)

miércoles, 27 de octubre de 2010

SINTRA, CASCAIS...EL CASINO DE ESTORIL...Y DARAGH WALSH

Nos quedaba un día ¡Qué rápido pasa el tiempo cuando tienes muchas cosas que hacer! Carmen, para variar, había clavado el alojamiento. Una habitación enorme con desayuno por unos 25 € por cabeza y día. Habíamos bajado a desayunar cuando de repente escucho;

¡Kikas!

Daragh Walsh y su familia. Mi buen amigo Daragh, compañero de rugby durante tantos años. Uno de los Alas más rápidos que yo he visto jugar. Gracioso en los terceros tiempos hasta decir basta (Su "Dicky Dido", prototipo de canciones guarras en inglés, es un clásico de mi juventud). Daragh estaba con Rocio y sus hijas, Blanca y Sofia en nuestro mismo hotel. Una casualidad.

Los futboleros españoles, probablemente no sepan lo que tienen que agradecerle. Daragh, Irlandés, profesor de Inglés en Badajoz, es el autor de un Libro de culto en el Liverpool FC. El diccionario de tacos y términos futbolísiticos Español-Inglés/Inglés-Español del Liverpool FC. Un librito que es buscado por cuanto futbolero patrio va a jugar donde se conduce al revés. Como decía Daragh, no era extraño que recibiese correos de peloteros pidiéndoselo.

Cuenta Daragh que estaba dando clases de Inglés al segundo de Benitez en Verano, ya que es de Badajoz. Llevaban un año en el Liverpool. Le preguntó "¿Cómo se dice coño?", Herrera no lo sabía y Daragh le comentó que no entendía como podían entrenar a un equipo de la Premier sin saber tacos.

De ahí salió ese diccionario, a medias con el hermano mayor de Daragh, forofo de los Reds. Porque son los Reds, ¿no?

Y uno se pregunta a ver cómo cojones decía Benitez a cualquier tuercebotas de esos, "Coño, Fulano, hoy juegas de carrilero"

Actualmente es un diccionario de uso común en todos los equipos británicos con jugadores o entrenadores españoles, y nunca quiso cobrar por el mismo. Según él, lo hizo en menos de una semana (Son 50 páginas en castellano y 50 en Inglés), y por hobby.

O sea, igualito que cualquier pelotero de esos que persiguen un balón y trabaja una hora al día, tambien gratis, hasta en cuarta regional.

Me disperso. Nos dió una alegría tremenda y quedamos para cenar en Estoril. Yo quería visitar Sintra y Cascais.

Sintra es una ciudad montañosa, antigua corte, a 20 kms del mar. Patrimonio de la Humanidad, hay una serie de Monumentos muy peculiares, El Palacio Nacional, El Palacio da Pena, la Quinta da Regaleira, El Castelo dos Mouros...

Pero, sobre todo, desde alguno de estos sitios, las vistas son impresionantes.

En Portugal todavía pasa como en España hace años, que muchos monumentos cierran un día a la Semana. Generalmente los domingos o los Lunes. Y no me explico, con la cantidad de dinero que cuesta tener eso abierto, ahorrarse las migajas de cerrar un día.

Bueno, era lunes. Invadido por españoles, por supuesto. Nos decidimos por la Quinta da Regaleira.

La Quinta da Regaleira es el capricho del hijo de un Indiano Brasileño que fue a estudiar leyes a Portugal. Es una locura parecida a la de Luis II de Baviera con el castillo de Neuschwanstein. Te pones a pensar y qué peligro tiene algún desocupado con pasta.

La verdad es que dejan un legado curioso a las futuras generaciones, pero lo que debían fumar estos pavos con sus amigos no creo que se haya descubierto todavía.

Lo mejor de la Quinta son, para mí, los jardines, totalmente esotéricos y con elementos iniciáticos. El palacio roza lo que los modernos hoy en día denominarían Kistch.

Nos habían dicho que comer en Sintra era caro así que no nos complicamos mucho la vida. Nos decidimos por un restaurante al lado del Ayuntamiento, el Restaurante Regional, y supongo que quien nos lo dijo no había estado ahí.

Nos pusimos como pobres. Además del Queso del aperitivo (¡Por Dios, qué quesos!), los niños pidieron un arroz con Marisco que era lo más cercano a la barbaridad que yo he visto nunca.

Nosotros un Bacalhau a la Regional (Típico del restaurante). Gratinado con queso, ha sido uno de los mejores bacalaos que he probado en mi vida. Como veis, la ración para pasar la Cuaresma de ayuno.

¿Y de postre? El propietario me recomendó los profiteroles..."¿En Portugal?", pregunté.

"Pruébelos, los hacemos aquí"

Y no se equivocó...no sé si se me aprecia la cara de satisfacción (Carrascal, las fotos, te las dedico...;-) )

Por supuesto, si hay flan, JA ya sabe lo que quiere. Y no he logrado que le guste jugar al Rugby, pero el bailar los flanes como hacíamos despues de cada partido se le empieza a dar de vicio.

Del precio...jejeje, es que me descojono al recordarlo.

Quería pasar por Cascais. Era algo personal. A mis padres les gustaba mucho Portugal. Mi madre, adoraba Cascais. Y fuimos a la Boca Do Inferno, gruta natural donde el mar rompe con fuerza, allí donde mi madre pasó muchas horas con mi padre. Y me senté con ella, mirando al mar. Y probablemente tuve la conversación más larga e intensa con ella desde que se fue.

Supongo que cuando me vinieron a buscar no me lo notaron, pero venía de tener una charla profunda, con mi madre y conmigo mismo. Mucho agradezco que, en esos momentos, se divirtieran sin mí.

La añoranza por lo que se fue, la gratitud a la vida por lo que todavía tienes.

Habíamos quedado con Daragh y familia en el Casino de Estoril. Tranquilos, no nos íbamos a jugar nada. Ellos conocían un asador para ir con niños, con comida muy abundante y barato. Se lo habían enseñado una Marquesa con la que habían compartido vacaciones en el Palacio Hotel de Estoril hace años. Y se descojonaban diciendo que la Nobleza les había mostrado a ellos donde comer bien y barato

A fé que tenían razón. Como dirían "los Guisaillos", comimos a Cascoporro, y eso que nosotros veníamos que parecía de una boda despues del almuerzo en Sintra. ¿En total?, no creo que llegásemos a 50 €, entre los 8, con botella de vino incluida.

Pasamos una noche estupenda. A la vuelta a Lisboa, Purita (Mi GPS), le dió por ponerse traviesa, y a punto estuvimos de acabar en Oporto. Menos mal que Daragh venía detrás.

domingo, 24 de octubre de 2010

LISBOA...OTRA VEZ LISBOA

Me había quedado en mitad de mi viaje familiar en un restaurante de fados. Al día siguiente debíamos aprovechar y enseñar a los niños la Lisboa de siempre.

Lisboa, por encima de los monumentos, que los tiene y a patadas, es una ciudad amable, para pasear.

Con la socialización del turismo, ahora resulta mucho más barato viajar que adquirir buena educación. Esto hace que durante el Puente del Pilar en Lisboa, hayamos coincidido con una marea ingente de españoles que, efectivamente, nunca recibieron una mínima clase de urbanidad.

Esa España del grito, de la zafiedad, de la caspa. Esa España de la que huyo pero que parece que me persigue. Asco de gente haciéndose notar, faltando a todo el mundo, hablando de los portugueses como si no nos entendiesen cuando hablan un correctísimo castellano la gran mayoría...

Ante eso, bajar los ojos y que no se crean que somos del mismo pueblo. Y si se creen que somos del mismo pueblo, por lo menos que parezca que somos de la familia enfrentada con ellos, de la que no les saluda.

¡Qué afán en mostrar su incultura y su mala educación! En alardear de la chabacanería. Esa España de Belén Esteban y todas sus primas, ésa, desde luego, no es la mía, por mucho que algunos me la intenten imponer.

Del barrio de la Alfama ya me habeis oido hablar. Subiendo en el 28 y bajándose en Santa Luzia, accedemos a la parte del Castillo. Cuidado con los carteristas. Carmen tiene un radar especial y avisó en el tranvía a un Sr andaluz que llevaba la cartera colgando diciendo "róbame". Dos pavos, con una pinta de carteristas que hedían, entraron por la puerta y se situaron junto a ellos. Ella les había calado desde que les vió en la cola de la parada desde arriba.

No se les pide que se pongan esmoquin, joder, pero que se quiten el cartel de la frente diciendo "Peligro, somos carteristas", que parecen de una película de Berlanga. ;-)

Fachadas revestidas de azulejos. Ropa en las ventanas, calles estrechas y tortuosas, turistas... pero, si te alejas dos calles, soledad y silencio.

Hacía un día estupendo y decidimos bajar caminando hasta la Plaza del Comercio, enclave grandioso al lado del Tajo. Probablemente una de las Plazas más solemnes que conozco. A mitad de camino la Sé, con unas excavaciones en el Claustro que descubrían más de dos mil años de vida en ese lugar. ¡Parece mentira la de tesoros que te encuentras simplemente teniendo un poquitín de curiosidad y no yendo como un borrego detrás de un guía!

Paseando por La Baixa hasta llegar al Elevador de Santa Justa, para subir a Chiado. Una cola impresionante para un simple ascensor, aunque sea del 1902. Y es que nos gusta ser rebaño. Con lo facil que es salir por una salida del metro o de la otra para estar arriba o abajo. (Nosotros tambien, jejej)

Esta es la Lisboa del callejeo, la de las pastelerías, la de las tiendas de siempre. Esa de los cafés, del paseo y la tranquilidad. (Tambien del español maleducado, por cierto)

Mis hijos tenían un capricho. Ya estaba bien de piedras. Querían comer en el Hard Rock, al principio de la Avenida da Liberdade. No es que tomar una hamburguesa en Lisboa sea mi distracción preferida, pero una familia es un pequeño parlamento donde, aunque la democracia no exista, que parezca que dialogamos ;-) Y que de vez en cuando se ceda...

Nos quedaba toda la zona de Belem. Con el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belem (Que antes del terremoto del Siglo XVIII estaba en mitad del Río, y hoy queda en la orilla), el Monumento a los Descubridores...y la Pastelería de Belem, sitio renombrado de los no menos famosos Pasteis de Belem. (Carrascal, para ti, cita ineludible, aunque tú necesitarás una docena para enterarte). Una cola en la pastelería de alucinar...y es lo que se llama la globalización...que todos hacemos lo mismo ;-)

Toda la zona es maravillosa. Solo pudimos acceder a la Iglesia de ese Monumento impresionante que son Los Jerónimos porque ya estaban cerrando. Sé que tengo falta, señores lisboetas, y prometo enmendarla en otra ocasión.

El paseo desde los Jerónimos hasta la Torre, pasando por los Descubridores es para recrearse en el río y admirar el entorno. Un recorrido delicioso.

De vuelta nos comenzó a llover, y el cansancio se hizo patente de repente. La verdad es que a mis hijos, me pongo a pensar, y les meto unas palizas de cuidado. Todavía nadie me denunció al Fiscal de menores, pero más de uno, dos en concreto, a lo mejor lo están pensando.

Un pastel en la Pastelería de Belem, cuya cola con la lluvía había desaparecido para reforzar el cuerpo...que el espíritu lo llevábamos reforzado que te cagas...

Vuelta a la zona de la Plaza del Comercio en el 15. Había sido un día duro

Al día siguiente nos esperaba un día intenso, con Sintra y Cascais, y una sorpresa...tambien para mí

viernes, 22 de octubre de 2010

ESTO ES UN CLIENTE...LO DEMAS SON BOBADAS

Porque os lo tengo que explicar casi todo. Y es que, generalmente, cuando llegas a una buena relación con tu cliente, compartes algo más que la actividad estrictamente laboral, alguna confidencia, en fin...

Habitualmente invitas a café, o a comer
Pero que tu cliente te invite, vestido de riguroso romano, a darte una vuelta en su velero despues de la reunión, no es tan fácil, y para eso hace falta algo más que una buena relación profesional. Confianza y buena relación. Y esto es algo que se trabaja poco a poco hasta que, un día, te das cuenta que el camino lo tienes hecho.

Y ganar la confianza de alguien cuesta un montón. Perderla puede ser cosa de una mala tarde.

Y me da que, en este caso, he comenzado a llegar donde quería.

Ayer me encontraba, para variar, en el extranjero. Un día, como veis, para enmarcar. Una reunión corta pero fructífera.

"¿A qué hora tienes el avión?"... "Nos da tiempo a dar un paseo"

Y lo que no me imaginé es que se trataba de dar un paseo en velero.

Los otros navegantes, con los que nos cruzamos, pensarían que estábamos negociando con el barco, dos pavos con corbata ciñendo el viento sur.

Lo mejor el olvidarme un par de horas de todo

Lo peor...el no haberme quedado

Luego dirán que no sufro...

Pues aunque una mala tarde la tiene cualquiera, espero prescindir de ella...

No sé si me explico

Ahora solo falta cerrar el negocio y la próxima me tiro al agua vestido

martes, 19 de octubre de 2010

UNA NOCHE DE FADO

Hace unos meses, tuve la oportunidad de asistir a un restaurante donde se escuchaban fados. Por supuesto que no soy un entendido, pero gozo con las cosas bonitas. No acabé de quedar del todo satisfecho. Un comentario en esa entrada me indicaba dónde tenía realmente que ir para disfrutar de auténtico fado, al Senhor Fado.

Llegábamos a Lisboa procedentes de Evora. Había reservado mesa en este local, del que tan bien me habían hablado. Sabiendo que solo había fado los miércoles, viernes y sábados no teníamos mucha alternativa. La verdad, no sabía muy bien lo que me iba a encontrar.

Por teléfono ya me habían explicado que se comenzaban los fados al acabar de cenar. Yo pensé que eso dependía de la hora a la que llegase cada mesa, pero decidí dejarme llevar.

Llegamos a Chiado. No quería cansar a los niños el primer día. Podíamos subir andando o en el 28, (El vetusto Tranvía que sube toda la ALFAMA). Nos decidimos por esto último. Y menos mal, el diluvio Universal se desató en cuanto montamos.

La marcha en este viejo tranvía es una auténtica experiencia. Las subidas y bajadas se repiten. La vista desde una colina antes de llegar, de las Torres de la Sé (La Catedral), es una preciosidad. Nos bajamos en el Mirador de Santa Luzia, ya solo chispeaba, y bajamos las calles empedradas admirando cada fachada de azulejos de este barrio maravilloso. Deberíamos volver a la luz del día. Merecía que los niños lo viesen.

Pasamos delante del Sr. Fado. Faltaba una hora para nuestra reserva. El local, desde la ventana, se veía vacío. Suponía que habría otro comedor. No más de 6 mesas conté.

Seguimos paseando. Caminar por estas intrincadas callejas, tanto de día como de noche, es una experiencia inolvidable. Un barrio que, aunque lleno de establecimientos turísticos, conserva el regusto populoso. Nos dieron las nueve.

Al asomarnos a la puerta observamos que el local estaba lleno. Catorce comensales, ni uno más ni uno menos, más nosotros cuatro, 18. Duarte, el propietario, me reconoció. Yo era el que le había llamado de Madrid la semana anterior para reservar mesa. Nos acogió como a viejos amigos. Nos sentó en la mesa que quedaba libre y se sentó a nuestro lado dándonos conversación. Parecía cualquier cosa menos agobiado.

Comenzó a hablarnos de lo amigo que era de los padres de Raul, y de Paco de Lucía. Un tipo encantador.

Nos sacó un queso delicioso. Decía que hacía 300 kms cada 15 días, que era el tiempo que tardaba el queso en estropearse ya que era artesanal, para conseguirlo. En La Alfama, ¿qué comer? ¡Pues bacalhau!

A mí, una de las preparaciones que mas me gustan es el "bacalhau a bras", bacalao desmigado con huevo, cebolla y patata. Es delicioso. Las raciones en Portugal son absolutamente contundentes. Los cuatro pedimos lo mismo. Duarte nos recomendó simplemente una ensalada para desengrasar. Nos aseguró que era de su huerta, y a fé que hacía años que no probaba una lechuga con ese sabor a lechuga (Sí, sí, niños...no os riais. La lechuga real no sabe a plástico. Sabe....¡a lechuga! ) Una frasca de vino de la casa, tinto alentejano, completó la comanda.

A nuestro lado unos rusos, maleducados como ellos solos, un par de mesas de Yankis, una de "british" y dos portugueses completaban el personal. El local era acogedor y el dueño amabilísimo, pero la recomendación que me habían hecho decía que se trataba de un local para portugueses. Dudando me quedé...

El bacalao a mí me pareció delicioso. El ruso de al lado le hizo traer a Duarte tres platos diferentes, hasta que encontró uno que le gustó. (Moraleja, no preguntes si está bueno a los asnos, que te toman la palabra)

El personal comenzó a desinhibirse. Cuando hay yankis y vino, estas cosas suceden. Y cuando te desinhibes, hay veces que te vuelves un poco patán. Duarte aguantó las bromas hasta que una yanki intentó meterse en la cocina a sacar fotos. Ahí le vimos serio.

La noche iba pasando. Nadie parecía tener prisa. No sabía cuando iba a venir el trío de los fados. De repente, Duarte salió a poner velas en las mesas. El fado, según él, es para escuchar en penumbra. Uno de los comensales portugueses se levantó. Duarte lo presentó. Tocaba la Guitarra Portuguesa junto a Duarte, que tocaba la Guitarra Española. Ahí comenzaban a desvelarse los interrogantes de la noche. El fado empezaba cuando se acababa de cenar, porque el conjunto de fado eran ellos mismos.

De la cocina salió Marina, esposa de Duarte. Se cambió de ropa. Ya teníamos cantante.

Comenzaron a tocar a la puerta, y a entrar vecinos del barrio. (El doble lisboeta del Innombrable entre ellos, era para verle).

Se sentaron a nuestro lado. De todos modos no se podían sentar muy lejos. El local no es el Madison Square Garden. Empezaron Duarte y su amigo a tocar y a cantar. La atmósfera era maravillosa. Se respiraba magia. Los niños estaban interesados. Las canciones se sucedían. Cantaba cualquiera de los tres. Marina cantaba como los ángeles, los demás, cada uno en su estilo, no desentonaban. Más portugueses seguían entrando. Los Yankis comenzaron a irse, que si no se van a la cama pronto, salen los Gremlins.

Algunos portugueses salieron a cantar. Eramos conscientes de que estábamos viviendo una noche única. Un espontaneo le dedicó a mi hija María una canción. Mi hija, ojos como platos, era la primera vez que vivía eso.

Pronto, los únicos forasteros que quedaban en el local éramos nosotros. JA comenzaba a tener sueño. El espontáneo de mi hija le quiso dedicar otro a él. Le hizo sentar enfrente suyo. No sé si el niño estaba acojonado, pero no parpadeaba. Y nos sentíamos bienvenidos y acogidos, mientras ellos nos mostraban su arte urbano, como dijeron, el único cante tradicional urbano junto con el Tango. (Ahí pudieron empezar las disquisiciones acerca de si de Montevideo o de Buenos Aires. Yo...es que me gusta provocar ;-) )

Efectivamente, el consejo había sido bueno. Un lugar en el que admitían extraños y que, si te comportabas con respeto podías llegar a ser algo parecido a "uno de los suyos".

Que Duarte y Marina viven del restaurante no tengo ninguna duda. Que no lo tienen como negocio, en el peor sentido, tambien. Cualquiera hubiese tenido un camarero para poner copas, que "el negosi es el negosi". Ellos ni siquiera ofrecieron la primera. El que quisiese pedir, que pidiese. No era el turno del alcohol, sino del arte. Treinta € por cabeza, con todo lo que estábamos viviendo...en más de un local de diseño he pagado el doble por comida de plástico y "chill out" en el hilo musical

Eran las dos de la mañana cuando el pequeño no podía más. Carmen y yo prometimos volver solos, sabiendo que habíamos vivido una noche mágica y que, seguramente, nos estábamos perdiendo lo mejor.

viernes, 15 de octubre de 2010

PASEANDO POR EL ALENTEJO. EVORA

Me encuentro en el Aeropuerto de Niza después de un chunchun de la empresa. A quien le cuente que he estado en la Costa Azul, a menos de 15 metros del mar 3 días, y no sé si la playa es de arena o de piedra, no se lo cree, pero esto es lo que me pasa últimamente, que no disfruto demasiado de los viajes laborales ¿Me estaré haciendo mayor? ¿O es que tengo demasiado trabajo? (No me quejaré por si acaso, que peor sería no tener nada de trabajo, o trabajar por España, como dice esa desgracia que nos ha caído encima. Que siiií, que yo le voté la primera vez, lo reconozco y asumo mi culpa, pero nunca más)

Sin embargo, el pasado Puente del Pilar, realicé unos de esos viajes que recuerdas. A los niños nos gusta moverlos, y que conozcan cosas nuevas. Lisboa era un destino apetecible.

Dado que íbamos a ir en coche, nos planteamos el viaje para poder disfrutar del camino también, y se nos cruzó Evora por medio.

Evora es una Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Su casco histórico es una auténtica maravilla. Se respira ese Portugal de provincias, parecido a la España de hace 40 años. Gente encantadora, tranquila y amable, acogedora.

Algo tremendamente llamativo, es la capacidad que tienen los portugueses para hablar todos un correcto castellano y nuestra incapacidad crónica para decir siquiera “moito obrigado”.

Comenzar a hablar de monumentos en Evora es una tontería, porque la ciudad en sí es un auténtico monumento, con una muralla espectacular, un acueducto también llamativo y rincones realmente bonitos por todas esas calles estrechas y empedradas. Sin embargo, en lo más alto de la ciudad existe un templete, rehabilitado bien es cierto, pero que te transporta al Foro romano.

La Catedral, pegada al templete, también merece la visita, con un coro que realmente es una auténtica maravilla.

Lo más peculiar de Evora es la Capilla de los Huesos, con esa fijación que el Catolicismo antiguo (Hasta no hace tanto, aclaro) ha tenido por la muerte. Más de 5000 esqueletos conforman las paredes de esta capilla. El Buen rollito ya se muestra con la Leyenda de la entrada “Los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos”. Toda una declaración de principios.

La mañana se nos fue echando encima. Por la noche tenía una sorpresa guardada en Lisboa, y, aunque cerca, no podíamos llegar muy tarde. Los 130 kilómetros de Autopista no parecían un obstáculo, con lo que decidimos desviarnos un poco de la ruta y visitar dos monumentos megalíticos muy próximos. Y fue la segunda idea genial del viaje. (La primera, por supuesto, Evora)

Al Cromeleque dos Almendres, se llega después de unos 4 kms de una pista forestal en perfecto estado para cualquier automóvil. Impresiona el conjunto. Decenas de Menhires, algunos de ellos con inscripciones, situados en círculos en un enclave privilegiado, te transportan a noches de luna llena adorando a los astros. El enclave es espectacular, dominándose la llanura Alentejana, plagada de alcornoques y bosque mediterraneo. Un lugar bello de verdad.

Con una antigüedad de unos 9.000 años, impresiona pensar como aquellos antepasados nuestros pudieron transportar esos bloques de piedra hasta allí. Se respiraba energía, y los niños, efectivamente, alucinaron.

Amenazaba lluvia durante toda la mañana, y allí, definitivamente, el cielo se cerró. En medio minuto estaba cayendo agua como para llenar un par de piscinas. El Menhir dos Almendres se encontraba a unos 2 kms por la misma pista. Una vez llegamos parecía que paraba de llover, pero era bajarme del coche y, como si alguien allá arriba quisiera vengarse de mi descreimiento en según qué, el Diluvio Universal. Despues de meterme en el coche y salir de él tres veces con el mismo resultado, ante el descojono de todos, decidí que lo mejor que podíamos hacer era comer, y probar suerte luego. (Que tus hijos te llamen gafe no creais que es plato de gusto. Grandes desgracias han sucedido por menos)

Comer en Portugal es realmente asequible. Las raciones son gigantescas y, sobre todo en el campo, muy barato. Al comienzo de la Pista había un restaurante que, al llegar nosotros estaba absolutamente vacío. Mala suerte, pensé. Un sitio sin gente, en teoría, no promete demasiadas alegrías. Sin embargo, a los 5 minutos comenzó a llegar el personal. Supongo que les pillaría la lluvia frotando en las dehesas.

Me metí una alubias con cerdo que todavía lloro al recordarlas. Forcé a Carmen a probar unas migas alentejanas, para compartir, y he de reconocer que me equivoqué. Plato absolutamente típico., la gente que llegó después de nosotros las reclamaron también. La ración, para que se alimentase un batallón de granaderos, pero la textura y el sabor no acabaron de convencerme. Acabamos pidiendo flanes para poderlos bailar (Esta práctica, que mis hijos me reclaman cada vez que vemos flan en un restaurante, consiste en tomarse el flan aspirándolo, con las manos en la espalda. Se necesita buena boca, y capacidad de succión y, aunque ya no soy capaz de comerme uno montado sobre otro como en mi juventud, todavía me hago un buen apaño ante el regocijo de los niños y el espanto de Carmen pensando en como me calificarán nuestros vecinos de mesa)

Un café y al Menhir dos Almendres.

¿Qué decir? Un Menhir de tres metros y medio de altura y unas cuantas toneladas, que solo nos faltaba, y eso que lo buscamos por los alrededores, Obelix buscando “jabalines”. Ambos monumentos absolutamente nada concurridos. No haré demasiada propaganda no sea que nos los estropeen pero, aprovechando que DAKIPALLA no lo lee nadie, os los recomiendo de verdad.

El viaje prometía, aunque todavía nos quedaba mucho y, lo mejor de todo, es que nadie sabía lo que realmente nos esperaba.

domingo, 3 de octubre de 2010

EL FACTOR LIMITANTE

Cuando era estudiante, allá por el Pleistoceno superior, cada vez que venía alguien de casa bien surtido, organizábamos unas meriendas que dejábamos la despensa tiritando. No era una condición indispensable que hubiese venido alguien, pero eso ayudaba, porque el chorizo de casa siempre estaba mucho mejor que el que se compraba en el Supermercado Galaxia de Moncloa.
Todos los habitantes del pasillo, en aquellos tiempos 11 menos algún siniestro que siempre había, nos acercábamos a la mesa del descansillo cada cual con lo que tenía, chorizo, salchichón, cecina, vino... Ahora que me doy cuenta, las despensas debían de ser grandes de cojones, porque recuerdo estas meriendas varias veces por semana, y no recuerdo que nosotros nos fuésemos a casa más de un par de veces al trimestre (En concreto yo no me iba nunca)

Era cuando mi padre conseguía cada año entre 200 y 250 kilos de chorizo de Soto...y caían todos al cabo del año.

En esas meriendas establecimos el concepto (conceto que diría Pepiño Blanco), del Factor Limitante.

El Factor Limitante era aquel componente de algo que hacía que, en su ausencia, aquello dejase de tener razón de ser. En concreto, en estas merendolas, el factor limitante era el Pan.

Cada vez que había merendola (Menudas tardes de no-estudio, Dios), el que no tenía nada era el encargado de bajar a la cocina y subir el pan, 3, 4, 5 barras.

Recuerdo estirando el último trocito de pan para poder seguir tomando chorizo (Y que supiese a chorizo con pan, porque tomar chorizo con chorizo siempre fue una ordinariez propia de nuevos ricos)

Me viene esto a la mente porque ayer, en casa, celebramos "la noche del mojito". Vais a disculpar mi vanidad, pero me salen de escándalo, es más, ni en Cuba me han gustado tanto como los míos. ¿El secreto? El azúcar...que os lo tengo que contar todo...y hasta ahí puedo leer.

Aparecieron el Marqués, Chonfli y Catherine, Yogui y Marga y una pareja amiga nuestra tambien. Por supuesto, las risas fueron múltiples. Marqués recordando la primera vez que fue a "Los rápidos" a cortarse el pelo con Paco Pollas y que éste se empeñó en lavarse el pelo...¡craso error! Nunca hagas en un sitio aquello que no hagan los demás.

Bueno, en estas cenas no nos gusta complicarnos mucho la vida, sin embargo, la preparación de mojitos, hace que debas estar un poco más pendiente.

Una hora exprimiendo limones me tiré, que yo sé que mis amigos beben...de verdad. A eso de las 7 me dí cuenta que era posible que ahí estuviese el factor limitante, y mandé a Carmen a comprar más limones y tenerlos de reserva (Que unas risas no se interrumpan por la ausencia del factor limitante)

Jamón, tortilla, chorizo, salchichón, nachos con guacamole, en fin, que excepto el Marqués los demás podíamos comer con los dedos tranquilamente (Venga...os estoy esperando una mención a la tortilla... ;-) )

Doble de todo había previsto...dos botellas de ron, dos bolsas de hielo, dos cajas de hierbabuena, como os dije limones para exportar....

Nunca me pude imaginar que en este caso, el factor limitante fuese...el sifón

La última tuvo que ser un Gin Tonic, y así me encuentro yo hoy...que siempre me dijeron que no era bueno mezclar...