Sabeis que soy a los que no duele gastarse la tela en comer y beber. Se trata de uno de mis escasos vicios, merecedores de tal nombre.
Si creo que merece la pena, 20 ó 30 Napos caen en una botella que lo amerite. (Para gastarme más, ha de ser realmente reseñable)
En España tenemos la suerte de contar con el vino con mejor relación calidad-precio del mundo. Inobjetable. Mucho se tiene que esforzar alguien para demostrarme que en Chile, Argentina, Sudáfrica, Australia o California se tiene mejor vino que aquí a mejor precio. (Ya, de los gabachoises, ni hablamos)
El mundo del vino se rodea a menudo de falsos entendidos, recien llegados despues de leer cuatro libros que suelen ser aburridísimos pontificando.
En mi casa, proveniente de la Rioja, (La de España, la buena... ;-) ) se bebió siempre vino. Recuerdo a mis padres dándome vino con agua cuando tenía poco más de cuatro años y no convirtiéndome en un borracho. (A mi pobre madre, señor fiscal de menores, ya no la pilla. Con respecto a mi viejo, le advierto que tiene un genio horrible cuando se enfada. Usted verá... )
Poseo una bodega decente en calidad y cantidad teniendo en cuenta los escasos 6 metros cuadrados que le tengo destinada. Vinos principalmente de Rioja, Cavas, algún Champán, Vega Sicilia, Albariños, algún buen vino francés (Estos, regalados, bien sur...)
Sin embargo, desde que en Madrid los enterados se han mudado de la cerveza al vino, conseguir buen vino a un precio razonable cada vez era más complicado. Pero llegó la crisis...
Con la llegada de la crisis, como por arte de Magia, el precio del vino ha vuelto a bajar. Aquellos enterados que nos decían que subía porque los gringos y los japoneses empujaban el precio hacia arriba parece ser que era igual de verdadero que la calidad de mucho vino que iban vendiendo por allí con unas etiquetas bonitas y bajo la denominación de "vino de autor", como si los hubiese producido José Luis Perales.
Habitualmente, ceno siempre con un Rioja de mi pueblo, sin etiquetar, idéntico al que se vende en tiendas por 10 Napos, que me cuesta en la Cooperativa exactamente 3,15. Un buen crianza, Rioja clásico, siempre confiable.
Carmen escuchó en una emisora de Radio la aparición de una Guía de Vinos, todos por debajo de los 7 € y los cavas de 12, que se pueden encontrar en cualquier supermercado. Me la regaló, y he comenzado a investigar en vinos que nunca antes hubiera reparado en ellos. Y las conclusiones son francamente espectaculares. He descubierto algún vino por debajo de los 2 €, absolutamente remarcable. Por debajo de los 3, bastantes, y por debajo de los 5, unos cuantos.
El otro día, decidí realizar un juego en mi casa. Invité a mis amigos a una cena "de maridajes". Compré un Ribeiro blanco de exactamente 3 €. Un Cigales rosado de 2,2. Un crianza tinto, Rioja,de 5 y un Cava catalán de 9. Tapé todas las etiquetas de las botellas y decidí que la gente disfrutase del vino, o no, pero a ciegas...
La pregunta era que se fijasen en el vino. Que me contasen qué les parecía con libertad, que era la primera vez que los probaba. Y que me dijesen si les gustaba o no les gustaba.
El Blanco le pareció a todo el mundo espectacular. Servido en su temperatura idónea. Lo serví con unos mejillones al vapor. A la gente le encantó.
El tema de los rosados es más complejo. A mí, no me gusta. Hay gente a la que sí que le gusta. O sea, a mí me gustó, lo que implica, casi forzosamente, que a los aficionados no les pareciera tan rico. Seco, con un puntito de acidez, me pareció sabroso, pero fue el que menos éxito tuvo. Servido con una ensalada de diferentes tipos de lechuga con jamón de pato, nueces y lascas de Parmeggiano, cumplió el trámite.
Con el crianza tinto, Carmen bordó unas carrilleras. Mis amigos levitaban entre carne y vino. Potente, redondo, pleno. Un acierto.
Pero el acabose surgió con el Cava. Absolutamente memorable acompañando a unas Rosquillas del Santo.
Mis amigos son eso, amigos. Hay confianza, y si los vinos no les hubieran gustado, me lo hubieran dicho (Como algunos me dijeron con el rosado). Pero por menos de 20 € compré cuatro botellas, y he de decir que el resultado mereció la pena.
Luego les enseñé las botellas y les comuniqué los precios. Aparte de llamarme tacaño, todos se apuntaron los vinos.
Para reflexionar un poco acerca de la tontería de mucho enterado.... Una cena de tres platos y postre para 8 personas, por unos 80 €, incluidas 4 botellas de vino.
Luego comienzas a sacar copas, otra botella de cava "fuera de concurso" y, bueno, lo acabamos redondeando por 100...
Y el que esté interesado, que me pida referencias de la guía o de los vinos en privado, que no está el tiempo para hacer publicidad y que suban los precios por aumento de la demanda...
Si creo que merece la pena, 20 ó 30 Napos caen en una botella que lo amerite. (Para gastarme más, ha de ser realmente reseñable)
En España tenemos la suerte de contar con el vino con mejor relación calidad-precio del mundo. Inobjetable. Mucho se tiene que esforzar alguien para demostrarme que en Chile, Argentina, Sudáfrica, Australia o California se tiene mejor vino que aquí a mejor precio. (Ya, de los gabachoises, ni hablamos)
El mundo del vino se rodea a menudo de falsos entendidos, recien llegados despues de leer cuatro libros que suelen ser aburridísimos pontificando.
En mi casa, proveniente de la Rioja, (La de España, la buena... ;-) ) se bebió siempre vino. Recuerdo a mis padres dándome vino con agua cuando tenía poco más de cuatro años y no convirtiéndome en un borracho. (A mi pobre madre, señor fiscal de menores, ya no la pilla. Con respecto a mi viejo, le advierto que tiene un genio horrible cuando se enfada. Usted verá... )
Poseo una bodega decente en calidad y cantidad teniendo en cuenta los escasos 6 metros cuadrados que le tengo destinada. Vinos principalmente de Rioja, Cavas, algún Champán, Vega Sicilia, Albariños, algún buen vino francés (Estos, regalados, bien sur...)
Sin embargo, desde que en Madrid los enterados se han mudado de la cerveza al vino, conseguir buen vino a un precio razonable cada vez era más complicado. Pero llegó la crisis...
Con la llegada de la crisis, como por arte de Magia, el precio del vino ha vuelto a bajar. Aquellos enterados que nos decían que subía porque los gringos y los japoneses empujaban el precio hacia arriba parece ser que era igual de verdadero que la calidad de mucho vino que iban vendiendo por allí con unas etiquetas bonitas y bajo la denominación de "vino de autor", como si los hubiese producido José Luis Perales.
Habitualmente, ceno siempre con un Rioja de mi pueblo, sin etiquetar, idéntico al que se vende en tiendas por 10 Napos, que me cuesta en la Cooperativa exactamente 3,15. Un buen crianza, Rioja clásico, siempre confiable.
Carmen escuchó en una emisora de Radio la aparición de una Guía de Vinos, todos por debajo de los 7 € y los cavas de 12, que se pueden encontrar en cualquier supermercado. Me la regaló, y he comenzado a investigar en vinos que nunca antes hubiera reparado en ellos. Y las conclusiones son francamente espectaculares. He descubierto algún vino por debajo de los 2 €, absolutamente remarcable. Por debajo de los 3, bastantes, y por debajo de los 5, unos cuantos.
El otro día, decidí realizar un juego en mi casa. Invité a mis amigos a una cena "de maridajes". Compré un Ribeiro blanco de exactamente 3 €. Un Cigales rosado de 2,2. Un crianza tinto, Rioja,de 5 y un Cava catalán de 9. Tapé todas las etiquetas de las botellas y decidí que la gente disfrutase del vino, o no, pero a ciegas...
La pregunta era que se fijasen en el vino. Que me contasen qué les parecía con libertad, que era la primera vez que los probaba. Y que me dijesen si les gustaba o no les gustaba.
El Blanco le pareció a todo el mundo espectacular. Servido en su temperatura idónea. Lo serví con unos mejillones al vapor. A la gente le encantó.
El tema de los rosados es más complejo. A mí, no me gusta. Hay gente a la que sí que le gusta. O sea, a mí me gustó, lo que implica, casi forzosamente, que a los aficionados no les pareciera tan rico. Seco, con un puntito de acidez, me pareció sabroso, pero fue el que menos éxito tuvo. Servido con una ensalada de diferentes tipos de lechuga con jamón de pato, nueces y lascas de Parmeggiano, cumplió el trámite.
Con el crianza tinto, Carmen bordó unas carrilleras. Mis amigos levitaban entre carne y vino. Potente, redondo, pleno. Un acierto.
Pero el acabose surgió con el Cava. Absolutamente memorable acompañando a unas Rosquillas del Santo.
Mis amigos son eso, amigos. Hay confianza, y si los vinos no les hubieran gustado, me lo hubieran dicho (Como algunos me dijeron con el rosado). Pero por menos de 20 € compré cuatro botellas, y he de decir que el resultado mereció la pena.
Luego les enseñé las botellas y les comuniqué los precios. Aparte de llamarme tacaño, todos se apuntaron los vinos.
Para reflexionar un poco acerca de la tontería de mucho enterado.... Una cena de tres platos y postre para 8 personas, por unos 80 €, incluidas 4 botellas de vino.
Luego comienzas a sacar copas, otra botella de cava "fuera de concurso" y, bueno, lo acabamos redondeando por 100...
Y el que esté interesado, que me pida referencias de la guía o de los vinos en privado, que no está el tiempo para hacer publicidad y que suban los precios por aumento de la demanda...