No está el patio como para andar con frivolidades, y os ruego que no entendais esta entrada como una de ellas.
Porque la gente no lo está pasando bien y todos andamos con, no solo más apreturas, sino con muchas más incertidumbres.
Los que tenemos la inmensa fortuna de trabajar, no sabemos cuanto tiempo lo vamos a poder seguir haciendo con las ingentes cifras de venta que atesoramos desde hace un tiempo.
Sin embargo, en la localidad donde gusto de pasar unos días al cabo del año, hay un restaurante al que había ido con mi viejo una vez, antes de que lo cambiasen, y que Carmen nunca me perdonó que a ella no le hubiese acompañado nunca.
La vez que fui con mi viejo pasé una de esas situaciones en las que no sabes si querer que te trague la tierra, o descojonarte del patio. Despues de estar degustando un arroz caldoso con bogavante, en el que cuatro granos de arroz flotaban junto a un cuarto de pinza del crustáceo, en un plato que parecía una plaza de toros, cuando salió el cocinero a preguntar si estaba todo a nuestro gusto, mi viejo, genio y figura, solo dijo que no.
Silencio incómodo….
Le acabaron trayendo un plato de jamón….
Pero hace tiempo que el cocinero cambió. El restaurante sigue manteniendo las dos estrellas Michelín y el cocinero atesora un premio nacional de gastronomía. Además, han variado el esquema. Ahora se sirven dos menús de degustación. Uno cuenta con 30 platos, otro con 51.
La hostia es importante y, en estos tiempos, me vais a perdonar que no la detalle…no me parece relevante. Sin embargo, y como dice mi viejo...otros se lo gastan en putas, no es mi caso....
He de decir que, después de esos 51 miniplatos, salí absolutamente satisfecho. Por supuesto, Carmen no supo hasta que entramos por la puerta que ese día la homenajeada era ella.
¿Está bien pagado lo que se pagó? No es barato pero, dudo mucho que hubiese menos personal atendiendo que clientes. La capacidad es de 30 comensales, aunque solo estábamos 15. No menos de 10 camareros, maitre y sommeliers, más los cocineros que no les vimos…. No me parece escandaloso
Y una sinfonía que duró 3 horas de reloj, desde que entramos por la puerta hasta que salimos… Sin parar de comer o beber y de disfrutar…
Me he quejado a menudo del ataque de tontería que sufre el personal, que nos encanta que nos deconstruyan humo y pagar por ello. No es el caso. Preparaciones imaginativas, muchas de ellas deliciosas y, en conjunto, muy abundante, hacen que no vea este establecimiento como un engañabobos de salón al uso.
Remarcable la Grosella de Mar, alga en sopa fria absolutamente deliciosa, el Crepe de fresitas al vinagre, los pimientos de piquillo (Que en realidad era sandía...muy curioso), o el cuba libre de foie, absolutamente magistral.
Como postre, la escarcha de yogur al aroma de fresas....tal que si te estabas comiendo un rosal...sin espinas.
Y el personal, en su totalidad, dejándose aconsejar y disfrutando de la experiencia.
¿En estos sitios se va a comer? Seguramente en muchos de ellos no...pero puedo asegurar que en Quique Dacosta comes, y comes bien.
Si alguno no se lo gasta en lo que dije antes, y se puede permitir un exceso, aunque no sea todos los trimestres como es mi caso, lo recomiendo.
Si escogeis la opción del maridaje, 14 copas de vino os esperan. Yo hace muchos años que en Vitoria no paso de los 12 vinos cuando salgo con la cuadrilla. 14, en un restaurante de postín, me parece una petulancia, un querer aparentar...
Yo me tiré al Cava, directamente (Siempre fui un vasco discreto. Bilbao me queda demasiado lejos)...
Porque la gente no lo está pasando bien y todos andamos con, no solo más apreturas, sino con muchas más incertidumbres.
Los que tenemos la inmensa fortuna de trabajar, no sabemos cuanto tiempo lo vamos a poder seguir haciendo con las ingentes cifras de venta que atesoramos desde hace un tiempo.
Sin embargo, en la localidad donde gusto de pasar unos días al cabo del año, hay un restaurante al que había ido con mi viejo una vez, antes de que lo cambiasen, y que Carmen nunca me perdonó que a ella no le hubiese acompañado nunca.
La vez que fui con mi viejo pasé una de esas situaciones en las que no sabes si querer que te trague la tierra, o descojonarte del patio. Despues de estar degustando un arroz caldoso con bogavante, en el que cuatro granos de arroz flotaban junto a un cuarto de pinza del crustáceo, en un plato que parecía una plaza de toros, cuando salió el cocinero a preguntar si estaba todo a nuestro gusto, mi viejo, genio y figura, solo dijo que no.
Silencio incómodo….
Le acabaron trayendo un plato de jamón….
Pero hace tiempo que el cocinero cambió. El restaurante sigue manteniendo las dos estrellas Michelín y el cocinero atesora un premio nacional de gastronomía. Además, han variado el esquema. Ahora se sirven dos menús de degustación. Uno cuenta con 30 platos, otro con 51.
La hostia es importante y, en estos tiempos, me vais a perdonar que no la detalle…no me parece relevante. Sin embargo, y como dice mi viejo...otros se lo gastan en putas, no es mi caso....
He de decir que, después de esos 51 miniplatos, salí absolutamente satisfecho. Por supuesto, Carmen no supo hasta que entramos por la puerta que ese día la homenajeada era ella.
¿Está bien pagado lo que se pagó? No es barato pero, dudo mucho que hubiese menos personal atendiendo que clientes. La capacidad es de 30 comensales, aunque solo estábamos 15. No menos de 10 camareros, maitre y sommeliers, más los cocineros que no les vimos…. No me parece escandaloso
Y una sinfonía que duró 3 horas de reloj, desde que entramos por la puerta hasta que salimos… Sin parar de comer o beber y de disfrutar…
Me he quejado a menudo del ataque de tontería que sufre el personal, que nos encanta que nos deconstruyan humo y pagar por ello. No es el caso. Preparaciones imaginativas, muchas de ellas deliciosas y, en conjunto, muy abundante, hacen que no vea este establecimiento como un engañabobos de salón al uso.
Remarcable la Grosella de Mar, alga en sopa fria absolutamente deliciosa, el Crepe de fresitas al vinagre, los pimientos de piquillo (Que en realidad era sandía...muy curioso), o el cuba libre de foie, absolutamente magistral.
Como postre, la escarcha de yogur al aroma de fresas....tal que si te estabas comiendo un rosal...sin espinas.
Y el personal, en su totalidad, dejándose aconsejar y disfrutando de la experiencia.
¿En estos sitios se va a comer? Seguramente en muchos de ellos no...pero puedo asegurar que en Quique Dacosta comes, y comes bien.
Si alguno no se lo gasta en lo que dije antes, y se puede permitir un exceso, aunque no sea todos los trimestres como es mi caso, lo recomiendo.
Si escogeis la opción del maridaje, 14 copas de vino os esperan. Yo hace muchos años que en Vitoria no paso de los 12 vinos cuando salgo con la cuadrilla. 14, en un restaurante de postín, me parece una petulancia, un querer aparentar...
Yo me tiré al Cava, directamente (Siempre fui un vasco discreto. Bilbao me queda demasiado lejos)...
16 comentarios:
Pero qué buen saque y paladar tienes amigo!!!!! la escarcha de yogur se me sugiere como manjar del paraiso de rico!!!! Un beso
Winnie...ya llevas un tiempo por aquí para saber que lo del saque es cierto...¿O es que estás dormida?
;-)
Por cierto, eso de amigo...¿Quiere decir que me estás tomando confianza?
;-)
Tú sigue dando envidia, Kikas ;-)
Lo que bien te ganas, bien te lo puedes gastar. Desgraciadamente, la inmensa mayoría de la gente no puede darse semejantes homenajes. Disfrutar todo lo que puedas.
La verdad, Fernando, con lo que está lloviendo, da hasta pudor contarlo...
Si yo te contara los que es ir a un tres estrellas, no poder elegir menú... y que lo que te llenen sean las galletitas de anis que dan con el café...
Vamos, aún lo recordamos y nos reímos.
Besos
Y la hostia, parecida....
Sí...a eso me refería
;-)
Eso es vida. Realmente el valor añadido de ciertos restaurantes hace que sea inevitable visitarlos al menos una vez en la vida, que a todos nos gusta comer bien.
Una vez pedí cita para El Bulli pero me rechazaron amablemente.
Cesar, espero que no te pusieses estupendo diciendo que la querias para el sábado siguiente ...así no funcionaba...
;-)
Eso es sabérselo montar bien, di que sí.... Aun así por muy vasco que seas, 51 platos por muy minis que sean ¿No son muchos??
Y hablando de comida,y de la buena, creo que me voy a ir un mesecito a trabajar a tu Vitoria querida, así que espero que me des algún nombre de algún garito para comer bien, barto y no tan barato, de todo un poco según el momento...
Abrazoss!!
Salí hace demasiado tiempo, Xipo. Sitios baratos en Vitoria no hay. Que se come cojonudamente, te garantizo que sí
Un abrazo
Ya lo dice mi padre "el dinero y los cojones para las ocasiones" y se la ocasión lo merece... pues miel sobre hojuelas.
Un abrazo
Un sabio tu padre, ni yo lo hubiese podido decir mejor
;-)
No me gusta el arroz caldoso con bogavante. Ni langostas, ni gambas... ¡Qué horror de bichos!
No disfruto comiendo, sé que mucha gente lo hace, debo ser rara.
Mira, Mela...en esto no te voy a llevar la contraria...
;-)
No me llevas la contraria porque he dicho que soy rara, ¿verdad?
¡Tú si que eres raro comiendo, bebiendo, hablando, hasta durmiendo!
Por cierto, he visto tus pies.
Y ahora no me digas que son los pies de otro.
Tengo que irme, volveré a ver tu respuesta.
Yo tengo mucho cuidado con a quien le enseño mis pies, Mela....no creo que nos hayamos visto en un oscuro lugar como para que yo te haya enseñado los pies...(Ni siquiera en una piscina...)
;-)
Y si, que soy raro lo sé..más que raro, exclusivo...
;-)
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