lunes, 6 de agosto de 2012

EL COLACHO

Soy hijo de médico de pueblo. Cuando era muy, muy pequeño, lo que más miedo me daba no era el coco. Tampoco soy holandés, el Duque de Alba no era peligroso para mí. Ni siquiera el lobo de Caperucita. Lo que realmente lograba atemorizarme era el simple pensamiento de....El Colacho.

El Colacho es un personaje que sale en Castrillo de Murcia, todas las fiestas del Corpus desde el siglo XVII. En Castrillo, donde mi padre fue médico, recuerdo que viví desde el año y medio hasta los 6.

De Castrillo era Dioni, la chica de mal genio, entrañable, que era capaz de hacer callar a mi padre, que entró a cuidarnos en casa con 14 años, y que siguió con nosotros hasta que se casó, muchos años despues. A ella le debo la vida. Con 6 años me aplicó un torniquete en el brazo cuando me desangraba despues de que, tras una travesura y en ausencia de mis padres, me seccionase el brazo derecho. (El cómo se le ocurrió hacerme un torniquete a esa chica de, 16 ó 17 años tendría entonces, es algo que, más de 40 años despues, todavía me pregunto). Tras 14 operaciones, dos de ellas a cargo del miembro "del equipo médico habitual" Doctor Enriquez de Salamanca quedé como nuevo. (Ambas veces me operó gratis total. En aquellos tiempos, entre galenos, eso se estilaba, a pesar de que él fuese una eminencia y mi padre un modesto médico de un humilde pueblo de Burgos, aunque mucho mejor médico, porque mejor médico que mi padre nunca conocí).

Si en algún brazo no tengo alguna habilidad es por mi torpeza, no por ninguna limitación física...

Castrillo de Murcia está en Burgos, no cerca de Cartagena. Es una evolución de Castillo del Moro Muza, y en estos tiempos de buen rollito, de Alianza de las Civilizaciones y de chorradas politicamente correctas, permitidme que pase de puntillas sobre este detalle. A propósito....¿Qué coño ha sido de la Alianza de las Civilizaciones y de la pasta que nos ha costado?

En Castrillo, en invierno hacía frío, mucho frío. Recuerdo las glorias, conductos de aire caliente, alimentadas con paja o leña, que circulaban debajo del suelo en la planta baja (Por supuesto, en el piso de arriba de la Casa del Médico, para dormir, hacía un frío de pelotas. A los niños con sabañones en las orejas no nos preguntaban de donde éramos...éramos de Castrillo).

En Castrillo tuvimos a Kazán y a Linda, dos hermosos perros. Mi madre dejaba a Kazán cuidándonos a mi hermana mayor y a mí, ambos en nuestros cochecitos. Pobre del que se acercase a nosotros...

En Castrillo mi padre tuvo su primera experiencia empresarial. Como todas las demás, desastrosa. Crió cerdos. La casa era grande y tenía una especie de establos. A la vista está que no salimos de pobres.... (Ojito con los chistes fáciles...) ;-)

Cerca de Castrillo la Guardia Civil, cuando la Guardia Civil era la Guardía Civil de verdad, paró a mis padres en el Citroen 2 CV Break nuevecito, metralleta en mano. Mi padre estaba enseñando a conducir a mi madre. No debía de ir muy suelta la pobre. "El Lute", cuando "El Lute" era tambien "El Lute", se acababa de escapar de un tren en marcha por los alrededores. Y esa conducción nada agresiva les debió de hacer sospechar.

En Castrillo, vecino nuestro, estaba el Señor Angel. La única persona en el mundo a la que le era permitido comer con la boina puesta según recuerdo que me decía mi padre (Alguna vez le debí de preguntar si no era de mala educación) No puedo imaginarme al Señor Angel sin boina...ni siquiera durmiendo.

Tambien estaba Fabian, el herrero.Y Longinos, el hermano pequeño de Dioni, y las eras, y el trillo, y los nogales con esas nueces cuyo sabor no he vuelto a disfrutar, y los carros tirados por las mulas donde nos montábamos los niños...lo recuerdo todo como si fuera ayer.

Antes de Dioni, recuerdo a la señora Dolores ayudando a mi madre. Y su gran cabreo un día que mi padre llevó angulas (En aquellos tiempos las angulas todavía se podían comprar).

"Señora, no voy a acabar de limpiar esos bichos que ha traido Don Juan en tres días"

La pobre mujer quería quitarles las vísceras y la cabeza....

En Castrillo, una mañana de febrero, frío que te cagas, yo, sabio despistado, me puse el abrigo y me fui al colegio. Estaba quitándome el abrigo antes de entrar en clase cuando Dolores llegó gritando con mis pantalones en la mano, que no entrase, que no entrase. Me había puesto el abrigo encima de los calzoncillos y a clase sin más...

"Este niño es muy listo...será ministro", decía Dolores....Pobre, no sabía que para ser Ministro hace falta ser muy golfo, pero muy listo no.

Os hablaba del Colacho. El Colacho era un personaje que personificaba al diablo. Salía en la fiesta del Corpus y Jesús le ahuyentaba. Por esas tradiciones paganas....el Colacho saltaba sobre los niños que habían nacido en Castrillo ese año. Los niños eran dispuestos en la plaza en colchones sobre el suelo, y el Colacho, al saltar sobre ellos, les libraba del mal de ojo. Esta tradición viene desde la Edad Media, donde el Mal de ojo lo propagaba Satanás.

El Colacho perseguía a quien se pusiese por delante, azotándole con una crin de caballo. Era horror lo que yo sentía. Auténtico miedo.

Ultimamente hay polémica con el famoso uniforme olímpico del equipo español. Y al verlo por primera vez me quedé pensativo...me recordaba a algo o a alguien....hasta que caí....

Y ya sé por qué, mi hija dice que da miedo....es genético

Porque es un puto plagio....los deportistas españoles van vestidos de ....¡El Colacho!

21 comentarios:

Fernando Solera dijo...

Recuerdos de la infancia que nunca volverán. Sin embargo las modas, como se puede ver en tu demostración gráfica, siempre vuelven, y no siempre para bien ;-)

Kikas dijo...

Es feo el chandal, Fernando, ¿a qué tener miedo al Colacho estaba justificado?
;-)

Javier dijo...

Alguien que sabe lo que son las glorias... en la ciudad desconocen este "invento" que mantenía la planta calle caliente y en las camas las bolsas de agua... y antes las botellas.
Lo del chándal de España debe ser que se llevo lo retro... de Castrillo de Murcia.

Un abrazo

Kikas dijo...

Efectivamente...las bolsas de agua...gran apunte, Javier

Juan Carlos dijo...

¡Ja! una de las mejores entradas que he leído en tu casa. Entrada, nudo, desenlace, todo perfectamente entrelazado. Y con el toque de suspense justo...
Yo conocí también en el pueblo de mi padre a un señor Ángel que se llamaba Ti Pancho (por supuesto a sus espaldas, menudo era d. Francisco para que se lo dijeran en la cara) que tenía la boina atornillada en invierno o en verano.
En resumen, genial.
Salu2

Kikas dijo...

Juan Carlos, viniendo de ti, donde tantas entradas geniales he leido, es un auténtico halago....muchas gracias

Winnie dijo...

ja ja me ha encantado y culturizado...pero el plagio del final es genial Kikas!! jaja Un beso desde mi alma aún en ibiza

Kikas dijo...

Mira como sera que no puedo ver la tele...mis peores pesadillas vuelven...

mientrasleo dijo...

Ostras y a mi que ya me daba miedo el chandal sin saber la historia... es sabio el subconsciente!
Me ha gustado la historia, los recuerdos... Infinitamente más que el chandal
Besos

Kikas dijo...

Gracias, mientras leo...recuerdos de mis primeros Mortadelos
;-)

xipo dijo...

Así que hemos ido vestidos de Colacho a las olimpiadas...jeje
Por cierto...me has dado ganas de conocer Castrillo....

Anónimo dijo...

Se ve que apostamos por nuestras raices para vestir a nuestros "representantes" deportivos, jaja.

Kikas dijo...

Xipo, recien llegado de dos viajes impresionantes...Escocia y el Camino Primitivo....
Castrillo hace un montón que no voy...pero la fiesta era de dar mucho miedo ;-)
Saludos

Kikas dijo...

Gracias, Anónimo por tu visita
¿A que se parecen?
;-)

Fuego negro dijo...

Antes de las bolsas de agua, los calentadores. Una espece de cucharón metálico grande con tapa, que se llenaba de carbones encendidos y se pasaba entre la sábana bajera y la sábana encimera. Tenía un mango largo para poder meterlo por el embozo sin deshacer la cama. Coetáneo de los braseros de picón (carbón vegetal), que era la versión económica de las glorias (calefacción bajo el suelo) que solo se podían permitir los ricos.

Fuego negro dijo...

http://es.wikipedia.org/wiki/Calentador_de_cama

Para observar un calentador.

Para observar un brasero y de paso una de las miradas más hermosas que se haya pintado jamás, recomiendo el museo de Julio Romero de Torres en la plaza del Potro de Córdoba. El cuadro "La chiquita piconera" muestra este artefacto y la sensualidad de la mujer andaluza...y olé.

Y si llegáis a la hora de comer, un poco más lejos está Bodegas Campos, un restaurante fantástico, con excelente comida y mejor servicio. ¡Como echo de menos algunas cosas de mi Córdoba!

Kikas dijo...

Y a mi me llaman antiguo...
Lo de las glorias de los ricos...¿Lo dices por el señor Angel?

laura dijo...

hola kikas, yo tengo la gran suerte de ser de Castrillo de Murcia, y sigo viviendo alli. Hace unos años subastaron la casa del medico y junto con mi marido, que tambien es de castrillo, pugamos por ella y nos la quedamos, por lo que ahora es nuestro domicilio habitual. Mis suegros eran amigos de tus padres ( Ildefonso Manso y 0erpetua Dueñas) y yo soy nieta de Rodrigo de la Fuente y Antonio Villaverde. Animate a volver al pueblo y te enseñaria la que fue tu casa.

Kikas dijo...

Hola Laura, acepto encantado la invitacion. Grandes recuerdos me trae Castrillo aunque sali con 6 años
Un dia me veras aparecer y te dire, "soy el del blog". Aviso, me suelo quedar a comer
;-)

Olivia dijo...

Nunca había oído nombrar al "Colacho", y me alegra que Dioni estuviera contigo cuando sufriste el accidente. Me ha gustado este pedacito de tu historia.

Kikas dijo...

Creeme, Olivia...
El que se alegra un monton de que Dioni estuviese ahi, soy yo...
;-)