viernes, 13 de abril de 2012

UN BAÑITO, DE VUELTA DE CHICHEN ITZA

El 90% de las personas que van al Yucatán y no se quedan borrachos una semana seguida en el todo incluido, pasan por Chichen Itza. Hay un montón de agencias de turismo que te llevan allá.

No nos gusta que cuando contratamos una excursión, nos metan media tarde intentando vendernos una alfombra. Despues de ver el precio del taxi comprobé que era parecido irse en autobus organizado. Sabía que tendríamos que pagar el peaje de una parada comercial, pero no tenía claro si en un emplazamiento tan turístico como presumía Chichen Itza, habría algún sitio medianamente decente para comer.

En Yucatán, a nada que prestes un poquito de atención, oyes habitualmente hablar Maya. Es una lengua muy sonora.

Montamos en el bus en nuestro hotel. Pasamos por Tulum y el desvío a Cobá. Chichen Itza se encuentra más alejado.

El momento que nos esperábamos llegó a la ida, en vez de esperarnos hasta la vuelta. Una cooperativa Maya donde comprar Obsidiana, Jade, calendarios mayas, hamacas y un montón de cosas más.

No soy un pirado de las compras. Es más, dudo que haya nadie que, viajando lo que he viajado yo, tenga menos recuerdos en casa de esos viajes. Mucho me tiene que gustar algo (Cosa que no es fácil) y muy bien me lo tienen que poner para que pique en un sitio de estos. Esta ocasión no fue una excepción.

Una vez que la mitad del bus se dejó unos euros en la tienda, proseguimos viaje a Chichen Itza.

Chichen Itza sustituyó a Cobá como centro neurálgico de poder en el Yucatán. Sin embargo, a diferencia de Cobá, se encuentra en una planicie despejada. Las edificaciones como la gran pirámide de Kukulkán o el Juego de pelota, se encuentran en un estado perfecto, sin embargo, a mí me gustó mucho más Cobá. (Supongo que por el entorno, por la Selva, o porque parece más real, menos de cartón piedra)

Las coincidencias acústicas y astronómicas son tales en estas edificaciones que yo me pregunto si lo construyeron teniéndolas en cuenta o, una vez construidas, se dieron cuenta de éstas.

Nada más llegar, impresiona la visión de la pirámide. En los equinoccios, la sombra de las escaleras de subida se convierten en serpientes Quetzalcoatl y una gran muchedumbre se congrega para divisar el fenómeno.

Kukulkán está construida de tal modo que, dando una palmada en determinados sitios, es posible oir el eco como el canto del Quetzal, ave sagrada Maya. Realmente curioso.

Debido a la gran afluencia de gente, y supongo que a que algún gringo borracho con abogado, tambien gringo, se puede haber caido, ya no se permite subir a la Pirámide, lo que es una auténtica lástima, porque la vista desde arriba ha de ser preciosa.

Vimos fotografías de la asistencia en los equinoccios y estoy encantado de haber ido con mucha menos gente, como podeis comprobar en las fortografías.

Chichen Itza es un emplazamiento mágico. No solo la gran pirámide, sino todo el entorno refleja una gran majestuosidad. merece la pena pasearlo despacio y relajadamente, intentando escabullirte del bullicio si este existe. En nuestro caso, la asistencia era limitada.

Despues de unas cuantas explicaciones, nos fuimos a comer a un restaurante a la entrada del recinto, donde la excursión tenía arreglado el condumio. La comida, Yucateca, estaba rica, sin embargo, todas las danzas, bailes, y folclore pretendidamente local, cuando estoy comiendo, me parece, no solo una falta de respeto hacia las bailarinas, sino hacia los comensales a partes iguales...no sé si me explico.

Tuvimos una horita para otro paseo y lo disfrutamos mucho. Con menos gente y ya habiéndonos empapado de leyendas e historias, nos permitió apreciar mucho mejor todo.

De vuelta teníamos que parar en un cenote para bañarnos. Un cenote es una masa de agua subterránea, de las que está plagado el Yucatán. Se dice que el Yucatan está absolutamente horadado por estas cuevas.

En pleno verano, despues de un día de calor, me han comentado que es una experiencia.

Los cenotes buenos, habitualmente, son privados. Pagas una entrada y están acondicionados con duchas, vestuarios y bares para tomar algo.

El cenote se llamaba Il Kil. La vista desde la superficie es francamente impresionante. A una profundidad de varias decenas de metros, se veía la superficie del agua al fondo.

Nosotros, por decir que nos habíamos bañado, lo probamos, y no estaba mal. Es cierto que había un montón de peces. Quien más disfrutó fue JA, que no paró de tirarse desde un promontorio a unos 6 metros de altura.

Como todos los viajes organizados, tampoco nos dejaron disfrutar en exceso. 45 minutos y al bus.

Nos esperaban las Margaritas de garrafón del todo incluido. (A nosotros. A los niños no, Señor fiscal de menores...)

10 comentarios:

Dinsmoor dijo...

Qué preciosa la octava foto. Debe ser increíble estar ahí.
Saludos, Kikas!

Kikas dijo...

¿Octava foto?...Me perdí, jejje
Un sitio impresionante, Julieta, pero le recomiendo la próxima entrada (Que escribiré cuando tenga tiempo)
Un beso, Julieta

Winnie dijo...

El sitio tiene que ser una pasada Kikas.....¡te envidio y nada sanamente jaja! Besotes y buen finde

Kikas dijo...

Lo es, Winnie...todo Mexico lo es, independientemente de lo que escuchemos

Santiago Ríos dijo...

Lástima que no dejen subir a la pirámide. Yo subí con Chabel, los dos montañeros y a la bajada casi había que agarrarse a un cable o cuerda tendido para tal fin.
Allí estuvimos pues los nietos washingtonianos acudieron desde allí y nosotros con el resto de hijas desde España. Pero, salvando esas preciosidades culturales, no me seduce nada lo del Caribe..

Fernando Solera dijo...

Grande, Kikas. Sobre todo tienes un cuerpazo en bañador. Cómo se nota que te cuidas y tu buen gusto por el deporte ;-)

Kikas dijo...

No sé si será por la humedad, pero el Caribe tiene esas playas maravillosas, y esta historia viva....para mí me parece un destino imprescindible...
Hasta mañana, Santiago

Kikas dijo...

¡Qué mala es la envidia, Fernando!
;-)

Mela dijo...

Están muy bien las pirámides, es impresionante la cabeza de esa serpiente.
No me baño en ese cenote por nada del mundo, es que tiene el agua muy oscura, y creo que gritaría imaginando que algo me roza una pierna.

Kikas dijo...

Y si ves los peces ni te cuento...