jueves, 29 de marzo de 2012

HABLANDO DE DEPORTIVIDAD Y PASIONES

Hoy la entrada me la han dado hecha. Y no es que os quiera aburrir con el rugby, pero despues de dos lecturas, no me he resistido a publicarlas aquí (Pidiendo los correspondientes permisos que ya sabeis que muchos bloggeros somos más raros que un perro verde)

Alvaro Muñoz es el delegado del equipo de JA. Profesor de filosofía (de los que eran enrollados y todos nos los queríamos llevar a los viajes de estudios), es papá de un compañero de equipo de mi hijo.

Se apunta a una ronda de valium. Acompañó a los niños desde los 6 hasta los 12 años al viaje a Hernani. Y sus recuerdos los plasmó en una entrada que más adelante copio. Ya sabeis que cuando alguien escribe mucho mejor que tú, lo único importante es fusilarle citándole en pequeñito, para que un despistado se piense que es tuyo...

Sin embargo no debo de ser el único con crisis de autoestima, Iñaki Anasagasti (La verdad, éste sí que le cita, pequeñito pero pequeñito, jejeej), la Diputación Foral de Guipuzcoa, el CETRANSA El Salvador y unos cuantos más ya la han reproducido. En mi descargo diré que yo SI que le conozco

Antes de su entrada, me gustaría copiar las normas éticas del Hernani Rugby Club Elkartea publicadas en su página Web. Para que todos os vayais situando...


ETICA DEL RUGBY

El Rugby une a las personas en el esfuerzo, no importando su origen, nivel social, opiniones o creencias.

Debe ser escuela de Tolerancia, Solidaridad e Integración social.


En el Rugby el espíritu de equipo y el respeto al contrario es fundamental

El Rugby es un juego definido por reglas. El arbitro es el garante de la aplicación de las reglas

El ir en contra del arbitro es ir en contra de la esencia del Rugby

El Rugby es el respeto hacia los otros.


El Rugby no es la guerra y el contrario no es el enemigo.Los miembros del equipo contrario son compañeros de juego a los que hay que respetar tanto como a los del propio equipo.

Todos los que acudimos a un partido de Rugby debemos de considerar como una obligación el impedir la realización de cualquier acto de violencia (agresiones, insultos, silbidos, rovocaciones, discriminaciones sexistas o xenófobas...). Tanto en el campo como en la grada.

ANIMA A TU EQUIPO, RESPETA AL ARBITRO Y AL CONTRARIO


Una vez marcado el terreno de juego, os dejo con Alvaro, autor del blog, "Con pies y Cabeza". El mucho más que yo os va a lograr emocionar...

Aviso para paracaidistas...cuando estamos a Rolex, estamos a Rolex, y cuando estamos a setas, estamos a setas...Hoy estamos a hablar de Rugby...

UNA MAÑANA DE "ALTO RIESGO"

Si alguien se puede imaginar rivalidad, esa se dio el domingo en Hernani. La rivalidad ideológica entre el nacionalismo industrial de los guipuzcoanos y la burguesía centralista de los madrileños (los tópicos de ayer y de hoy). Rivalidad porque entre ambos se dirimía quién ascendía a División de Honor A y quién tenía que seguir luchando para conseguirlo. Más de tres mil personas coloreaban las gradas: los unos con sus camisetas blancas-rojas y verdes y los otros con sus azules a rayas. Los unos cantando en euskera y los otros con sus tradicionales cantos en castellano. Entonces, siguiendo la lógica del fútbol, debería haber un despliegue de fuerzas y cuerpos de seguridad: policías, caballos, perros, cascos, porras, escoltas llevando a las hinchadas hasta el campo y vigilando todo el partido. Nada de eso: un policía municipal para evitar que los coches se amontonaran en la puerta del estadio y nadie más.

Comenzó el partido. Si bien es cierto que había un rincón para la hinchada colegial, ésta estaba entremezclada con la afición guipuzcoana haciendo de la mañana un maravilloso despliegue de colores, tantos como los que el caprichoso marzo nos brindó: sol y calor a ratos, lluvia racheada, viento y frío a otros. A partir de ahí, batalla. Sólo la fuerza y la inteligencia de treinta hombres que disputaban cada metro del campo como si en ello les fuera la vida. Treinta cuerpos haciendo de barricada para defender la posesión de un caprichoso balón. Cuando pateaban, el silencio. El respeto ante el hombre que está repartiendo suerte con su pie a favor o contra de su equipo. Y el público sabe que eso se merece un respeto. Sólo una vez, cuando el árbitro quiso reclamar su cuota de pantalla y mandó repetir una patada porque un jugador de Hernani estaba fuera de la línea de marca, hubo algún tímido silbido acallado desde la grada por sus propios compañeros.

El descanso nos permite acercarnos al bar y confraternizar con los rivales. Se vende cerveza. Se permite a la gente beber alcohol a pesar del riesgo que ello conlleva: una hinchada borracha destrozando el estadio y todo lo que se encuentra a su paso. En el bar, te atienden en euskera y te responden en castellano. No hay problema. La gente te pregunta qué tal el viaje como si estuviéramos hermanados y no enfrentados en una violenta lucha por el ascenso. Porque el rugby es violento, sucio a ratos, oscuro en sus reglas para los profanos. El rugby es como un cocodrilo que no ha evolucionado desde el tiempo en que los saurios gobernaban en el mundo. Una ausencia de evolución que sólo significa la bondad de su diseño inicial: como el cocodrilo prehistórico.

El marcador es ajustado: sólo un punto de diferencia a favor de los madrileños en el cómputo general de la eliminatoria a falta de casi diez minutos de partido. La defensa: los numantinos asediados, los espartanos asediando. Juego limpio. Suena el silbato, el balón sale a touche… pero el silbido continúa anunciando el final de la batalla. El capitán madrileño sale corriendo desde la banda a felicitar a sus compañeros y, cómo no, a sus rivales. El capitán vasco, abatido por la derrota (sólo ha perdido un partido en toda la temporada) abraza a su rival. Después, rápido a formar el pasillo. Un estrecho sendero por el que pasarán en primer lugar los perdedores acariciados en su derrota por los rivales y, para terminar, los ganadores. Un pasillo que no escandaliza a nadie porque no humilla, todo lo contrario: enaltece al derrotado y al vencedor.

El capitán azul y azul, con sus andares algo zambos, se acerca a la grada colegial y, con un gesto de brazo, invita a todos los chicos a sumarse a la celebración. Es un momento mágico: el cántico tradicional de victoria que el Club de Rugby Cisneros lleva realizando desde hace décadas y que cada jugador del club aprende según se hace la ficha. Un corro de jugadores muy juntitos, gritando, empujándose y cantando con una sola voz: parabá. Pero esta vez el corro se hace más grande: el primer equipo, exjugadores, veteranos, la Academia y la Escuela unidos en un solo grito. Un Parabá multitudinario, intergeneracional y sentido, sobre todo, sentido. Un parabá que inunda los ojos de algunos, entrecorta la risa a otros y deja sin sentido el movimiento del reloj. En ese momento, todos queríamos estar allí, el tiempo se detuvo y los que alguna vez jugaron se juntaron con el futuro y el presente del club.

Mientras tanto, los rivales aplaudiendo. La afición vasca reconoce la victoria de los madrileños y les permiten festejarla en el campo enemigo. No podía ser de otro modo: su actitud durante todo el partido y toda la eliminatoria ha sido esa: respeto. La euforia baja: es el momento de que los jugadores se duchen y compartan el tradicional tercer tiempo con los rivales. Los aficionados se marchan. Los más pequeños, la escuelita, flanqueados por sus entrenadores salen del campo y se dirigen a su autobús, apenas trescientos metros pasado el campo. Pero es un pasillo de 300 metros. Un pasillo en el que los aficionados dan la enhorabuena a unos niños que no levantan ni un metro del suelo pero que llevan la gesta de sus mayores en la cabeza. “¿Qué significa eso de zorionak?” Le pregunta Yago a su entrenador: Felicidades, le contesta. Y Yago se gira y grita: muchas gracias.

El domingo hubo verdadero deporte en Hernani. Deporte sin elementos artificiales: dos equipos que luchan por ganar el partido y dos aficiones que saben lo que hay en el campo. Pero nadie se ha hecho eco: ni la prensa (tan amiga de hacer enemigos irreconciliables), ni la federación de rugby (más preocupada en salvar los muebles que en promocionar el rugby) porque tal vez el juego limpio y los valores del deporte no son artículos de consumo. El domingo aprendimos una lección de deporte y de respeto. De lucha, de rivalidad y de fraternidad.


Y ahora, preguntadme otra vez por qué estoy encantado de que JA haya comenzado a practicar el Rugby

¡Y dos piedras!

16 comentarios:

Winnie dijo...

Kikas ¿has visto la peli de Sandra Bullock por la que le dieron el oscar The blind side en la que adopta un chaval negro y éste se hace jugador de rugby? Te gustaría. Un beso

Kikas dijo...

Te voy a mandar a repetir curso, Winnie....
¡eso es futbol americano!
Sí, se juega con un pepino como el rugby...ahí acaban los parecidos (dentro y fuera del campo)
;-)

Lakacerola dijo...

Me parece a mí que tampoco distingo el rugby del futbol americano y si me apretas ni del futbol normalito. Bueno sí, éste último es el que tiene la pelota redonda, por lo demás ni pajolera.
Un abrazo.

Fernando Solera dijo...

Insisto en la idea de que contado así, la verdad es que parece todo muy hermoso, y me imagino que lo será. Gracias por traernos este texto de Álvaro, pues a los neófitos nos ayuda a entender mejor esa magia del rugby que tú, periódicamente, intentas transmitirnos. Enhorabuena a los papás y a los niños por hacer posible unos momentos tan mágicos. Para que luego digan que los vascos sois muy bestias ;-)

Alex Moreno dijo...

Tu anterior entrada sobre este partido me hizo pensar sobre los valores y el deporte.

Inevitablemente lo comparé con el fútbol. Pensé que el comportamiento de su mundillo (jugadores, hinchada, medios, etc.) no es más que una proyección de la sociedad.

Ya ves que no me estruje mucho el coco (con un par de copas de vino lo hubiera mejorado ;-) )

Gracias por hacerme descubrir este deporte que yo tenía como bárbaro y bruto... ignorante de mi, puerca TV.

P.S.: Por cierto mañana tren hasta Pamplona y después de unos pinchos con su correspondiente acompañamiento, directo a St.Jean Pied de Mont a "empezar" el Camino que "acabé" (acabamos) en Diciembre. La casa por el tejado...

Juan Carlos dijo...

Normal que estés encantado, Kikas. Lo mismo que yo cuando mi hija empezó con el Judo donde lo primero que te enseñan es a saludar al compañero (que no rival), al árbitro y al gimnasio. Pero, como muy bien dice el colega, el respeto y la deportividad no venden
Salu2

Kikas dijo...

Kacerola...pues no será porque no lo promociono, jejeje
De todos modos, gracias por acercarte...

Kikas dijo...

Y lo somos, Fernando, pero con un gran corazón, jejeje
Por cierto, en el blog de Anasagasti, enseguida tuercen al futbol y acaban comentando que entre equipos vascos sí que hay deportividad. Que donde no la hay es cuando juegan equipos españoles, jejeej
Como ves, unos futboleros....

Kikas dijo...

ALex.....¡Buen camino!
No sabes la envidia que me das
¿Te apuntas al Portugués en Otoño?

Kikas dijo...

Juan Carlos...no se lo digas a nadie, fui campeón de Alava alevín de Judo....
Insisto, que nadie se entere....

Javier dijo...

Joder que envidia...
Estas normas éticas para practicar el rugby deberían ser obligatorias para todo aquel que quiera vivir en una sociedad.
Un día de estos me voy a empapar las normas e intentar vivir algún partido del Cinco Naciones.
Si es que un tipo tan noblote como tú sólo podía ser rugbolero, si se dice así, que no rumbero.
Un abrazo y mi enhorabuena a todos.

Kikas dijo...

Javier, elígelo bien no sea que coincidamos....
Que en las distancias cortas ya no doy el pego
(Por cierto, hace más de 10 años que son VI las naciones)
;-)

Santiago Ríos dijo...

Preciosa "Etica del rugby", la del Hernani y precioso artíaculo,
Te hace sentirte orgulloso de haber ssido deportista del rugby. nhorabuena al Colegio y al Hernani

Kikas dijo...

Gracias, Santiago
Pero como ves, el merito esta vez no es mio
;-)

Mela dijo...

La ética del rugby, creo que se parece a la del fútbol.
Al final vas a conseguir que me guste el rugby.
Con todos los respetos a tu amigo o compañero, me gusta más cuando narras tú.
Será la costumbre.

Kikas dijo...

Para una vez que hablas bien de mi no te voy a contradecir...
En fin, admitiré que el futbol se parece al rugby en que ambos se juegan en un terreno de hierba...