viernes, 6 de junio de 2008

LA HABANA, OTRA VEZ

Acabo de volver de La Habana. Como siempre, alguna historia especial.

Al acabar una reunión larga en casa de mi cliente, explicando la oferta que había ido a defender, y dado que ahora, a ellos les tocaba montar la oferta para su cliente, decidí no entretenerles, ni sacarles a cenar, con un punto de pudor. Ellos no pueden invitarme...a mi no me gusta distraer a las personas de sus familias...es difícil. Si ellos no te pueden invitar, invitarles tu, si no sabes si les apetece...en fin, ese juego de relaciones humanas que a veces es fácil y otras...francamente difícil. Al día siguiente, tomándome alguna confianza, se lo confesé y, según me comentaron, todos hubieran estado encantados de haberse venido conmigo. Me lo creo. Me regalaron, coco almibarado, dulce de guayaba, y un Santiago de Cuba, blanco y un Havana club añejo reserva. Nunca, nunca, podrán imaginarse mi agradecimiento. Debido a mi incapacidad para expresarme, nunca, nunca, podré expresar lo hondo que me llegó. Eso puede equivaler a la mitad de su sueldo mensual. Si, ya se que todo cubano se busca la vida...lo cual no es óbice para que sepa el inmenso sacrificio que esos regalos han supuesto para ellos.

Bueno, a la directora de compras, mujer estricta donde las haya, le gané una cena cariiiiiiiiiiisima, con baile. Esas salidas mías para desengrasar situaciones complicadas. Estábamos en un punto complicado de la negociación. Un tema de garantías que yo no podía asumir como me planteaban y ella, esgrimiendo una normativa cubana, no variaba ni una letra. Se desvió un pelín la conversación, 5 segundos. Hablábamos de algo que nos habían pedido por escrito. Teníamos una divergencia seria. Era un caso objetivo. La verdad, me lo puso a huevo. Ella, hija de Rusa pero debería de ser de Madrid, con ese punto castizo de chuleria cachonda. Le aposté una cena...caríiiiiisima, a lo que ella aceptó. Le dije, nunca pierdo una cena, me contestó, yo tampoco. (Alguna vez debe de ser la primera, pensé) Le dí tres oportunidades de irse para atras, la última, se lo recalqué, con honores. Dijo que no. Al final, acordándome de mi amigo de la infancia, Guillermo Ferrer, bilbaino, chulo, y tio entrañable, le dije, "esto es como poner la zancadilla a una abuelita ciega cruzando un paso de cebra" Se vino arriba otra vez...Fue cuando la dije, la cena, además de carísima...con baile, y me la aceptó.

Efectivamente, Emma entendió que yo nunca pierdo una cena....Y como en el mus...lo peor no es perder...sino la cara que se te queda...sobre todo cuando el contrario restriega un pelin el cachondeo....

O sea que doble objetivo cumplido....situación complicada solventada...cena gratis con baile en Cuba...pa cagarse, vamos!
Este viaje ha sido, el primero en años, en el que he dispuesto de un día para mi, para hacer turismo. Este día lo compartí con Chema. Chema trabaja en el departamento de Producción de Radio Progreso. Como todo cubano, se busca la vida continuamente, pero es una persona alegre con un punto de locura, un auténtico descubrimiento.
Chema, le contó a su Jefe que no se encontraba bien el día que fui a visitarles. Salió y me esperó fuera de la Radio. Yo, yo no sabía nada, pero Chema me dijo al verme salir ¿Conoces La Habana? Como un Habanero no, contesté, y Chema me dijo, yo te la voy a enseñar. (La Habana ;-) )

Fuimos a mi hotel, dejamos mis cosas, tomamos un taxi. Me llevó alrededor de la Plaza Vieja. Era de noche. Un paseo maravilloso. Tomamos un daiquirí en el Floridita, seguimos caminando.
Me descubrió unos rincones de La Vieja Habana inolvidables. Paseamos, hablamos....Una vista de la Embajada de España iluminada(El primer edificio que se ve al entrar desde el puerto. Posiblemente, el edificio más bonito de La Habana, espectacular)

Chema tiene dos hijos a los que adora de dos parejas diferentes. Esas son las cosas que pasan habitualmente en Cuba.

La recepcionista de mi hotel, con un poquito de confianza me preguntó el primer día que por qué en España teníamos hijos tan tarde. Yo contesté que por qué ellos los tenían tan pronto y de diferentes parejas, vamos, a la gallega.
Chema conocía Italia y, continuamente hablaba de aquel mes maravilloso que pasó allí, en Bérgamo, cuando llevaba una vida bohemia, y sus amigos, turistas italianos, le invitaron. Me hubiera encantado haber podido participar de ello y que pudiese recordarme con ese cariño que desprendía hacia ellos.

Decía que Chema se busca la vida continuamente. Le invité a cenar. El Cafe Mercurio. Me lo había recomendado Yuletsy. Hablamos mucho y de muchas cosas y lo pasamos bien. Tomamos un taxi y le deje en casa. Me dijo que al día siguiente, si queria, se enfermaba y veiamos La Habana de día. Esas son las cosas de este país. Les engañan en el salario...pero en el trabajo no. Si acaso, ya se buscarán la vida para ellos.
Es miope y tiene astigmatismo. ¡El mundo al revés! Le resulta mucho más fácil, económico y rápido operarse al láser que conseguir un par de gafas. Si conseguir un par de espejuelos, como dicen ellos, fuese sencillo, diría que estábamos en el paraiso. Dado que no es así, porque cuestan el salario de más de dos meses, tienes lo que tienes y en darte un par de lentes tardan esos dos meses que estás trabajando para conseguirlos, no creo que sea el caso. Claro, si le das 4o dólares a un trabajador de una óptica, tienes gafas en una semana y la variedad de montura que te puedas imaginar.

Paseamos por La Habana de día. Totalmente diferente. Fuimos a La Bodeguita...cada vez hacen el Mojito peor. ¿Los precios? Bueno, como dicen los cubanos, los precios están multados. Ya que no ganan para vivir, suben el precio y, la diferencia es para los camareros.
Vi unos rincones inolvidables. Se nos fue la mañana. Fuimos a comer al aljibe, en Miramar, unos frijoles autenticamente deliciosos. A Chema le sirvieron dos veces. Merecían la pena. Me acompañó al hotel paseando por la playa. Mojé los pies en el mar. Uno de esos momentos maravillosos e inolvidables.
De vuelta, mis clientes llevaban llamándome desde las 10 de la mañana (Querían entregarme sus regalos. Yo no lo sabía) Al llegar al hotel me encontré un montón de mensajes. Había prometido pasar antes de irme.
"¿Qué pasa? ¿Se han vuelto ahora alemanes ustedes? Les dije que vendría, no que vendría a las 9 de la mañana". Cuando me entregaron sus presentes he de reconocerlo que me emocioné. Incluso una carta de cocteles cubanos para Carmen.
Los que me siguen desde hace tiempo recordarán que, en el Aeropuerto de La Habana tuve un encuentro con una camarera en Febrero. Regalé un libro de Noah Gordon entonces.
Ahí la vi, rubia, preparando unos mojitos. Me senté enfrente sin decir nada. Ella levantó la vista, me sonrió y me dijo..."Hola corazón, ¿Qué libro me has traido esta vez?" Pensé en morirme. Yo creia que nunca se acordaría de mi....Me equivoqué. Esos Pilares de La Tierra que nunca volverán a España. El mojito corrió por cuenta de la casa. En esta ocasión no hubo sensación de acoso, solo una conversación agradable.
Y es que, este pais, si vienes con ganas de empaparte de él, siempre te sorprende

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, mi nombre es Alejandro Córdova, Gerente en entrenamiento para la Bodeguita del medio Guadalajara, me he metido a internet a leer sobre la historio que envuelve a la Bodeguita y me encontre con su comentario respetable y valioso, y me preocupo creame, me gustaria saber mas acerca del detalle que hizo que el mojito que tomo ne la Bodeguita en su pasado viaje estuviera peor, mucho apreciaria que me lo hiciera saber, ya que es la base de las demas bodeguitas y no es posible que haya estado mal!, señor viajero desconcosco aun su nombre y paso de rapido por estos lares pero espero su amable comnetario que me ayudara a poner atencion en mi nueva aventura!! Atte Alejandro Córdova Bodeguita del medio Guadalajara.

Kikas dijo...

Estimado Sr. Córdova;
Antes de nada, permítame felicitarle por su absoluta profesionalidad. Alguien que se preocupa como usted hace por conocer los entresijos de su trabajo no merece más que mi reconocimiento.
Sin embargo, he de reconocer que me reafirmo en lo dicho y, sin querer aburrir a otros lectores, ya que este es un blog netamente para distraer, puedo contarle por qué La Bodeguita, no solo ha dejado de estar a la altura, sino que vive del pasado. Y no sabe lo que lamento decir esto.
Le comentaré que soy una persona, que debido a mi trabajo, está continuamente viajando. Además me encanta probar de todo allí donde voy y procuro disfrutarlo. Por si fuera poco, el mojito es una de mis bebidas preferidas.
El mojito que me tomé en La Bodeguita era triste, gris. Por supuesto nada que ver con otros que tomé en La Habana, ni, si me apura, con los que puedo tomar en Madrid. Puede ser que los tenían todos preparados para servir en vez de prepararlos sobre la marcha. Estaba aguado y sin fuerza, ¿el zumo quizas? ¿La hierbabuena pasada? No se lo sé decir.
Sin embargo, es un hecho que los turistas, muchas veces, son poco exigentes. Les da lo mismo lo que les den, y se les engaña facilmente. Entiendo, si me permite la inmodestia, que no es mi caso.
La Bodeguita es un sitio eminentemente turístico. Allí ya no es el sitio acogedor que era. Sus compañeros cubanos despachan, no sirven. Nada que ver con el sitio que fue. ¿Que a la gran masa esto le de lo mismo? A la Bodeguita seguirá yendo gente (Y cuando los gringos vayan de verdad a La Habana, se acabó. Lo convertirán en un Parque Temático). Por supuesto, de los Precios abusivos ni hablamos.
Entiendo que, bajo su gerencia, nada ha de temer su negocio en Guadalajara y yo, que viajo a México a menudo pues tengo muchos clientes allí, con su permiso, me permitiré presentarme en su establecimiento, preguntar por usted, tomarme un mojito a su salud y en su compañía, y escribir en este rincón el estupendo rato pasado.
Si desea seguir preguntando, estoy a su entera disposición y, créame, este comentario, lo único que ha producido en mí, es el deseo de visitar su establecimiento.
Un saludo

Mela dijo...

Kikas... esa cena, con baile incluido, fue una ganancia muy fácil como lo es ponerle una zancadilla a una abuelita ciega cruzando un paso de cebra
Ya he leído que le advertiste 3 veces
¿Nunca has perdido una cena? Es que no has apostado conmigo