miércoles, 29 de julio de 2009

¿PERO NO HAY NADIE QUE SE DE CUENTA?

A veces tengo la impresión de que o soy listo, muy listo, o todo el que me rodea es torpe, muy torpe, o los que son muy torpes son los periodistas que son los que tienen que contar al pueblo llano lo que hay. Cuando se trata de opinar según la línea editorial bien que hablan. Cuando pueden hablar de lo puramente objetivo no saben ni por donde les da el aire.

Ultimamente estábamos con el tema del Diálogo Social. Es la primera vez en mi vida que veo un mediador de parte, como los peritos en los juicios. Y el mediador, el Gobierno, estaba claramente alineado con una de las partes.

Debe de ser la leche que esto haya sido tan evidente y que la otra parte en ningún momento lo pueda decir no sea que vayan a peligrar los contratos públicos, que de todo hay. Al final así acaban creyendo, efectivamente, como le pasó a Aznar, que tienen la razón en todo y que están ahí por derecho divino. ¡Torpes, más que torpes! (Estos y los otros, que nadie me alinee con un bando, que eso es imposible)

Viene esto al caso porque mi Ministro (O sea, debe de ser mi jefe, porque cuando me apunté en el INEM me dijeron que era una empresa con todas sus obligaciones), o sea, el Ministro de Trabajo, Sr Corbacho, ayer, despues de meter toda la caña del mundo a los Empresarios, se permite decir que para abrir otra negociación hay que ir con voluntad, atentos a lo que viene, para alcanzar el MINIMO COMUN DENOMINADOR.

¿Pero estos son los que nos mandan? ¿Y no hay nadie que diga nada? ¿Este es el que maneja los numeros del INEM? ¡Por Dios! ¡Que alguien haga algo!

Breve lección de matemáticas (Mi hija, en segundo de la ESO, esto lo conoce perfectamente. Supongo que vale entonces para Ministra. Bueno, despues de ver a la Aido no lo supongo, lo sé).

Mínimo común múltiplo, el número más bajo que es múltiplo exacto de una serie de números.

Máximo común divisor, el número más alto que es divisor exacto de una serie de números.

Analfabeto Corbacho, el Mínimo común denominador, hablando de números naturales es cero. A ver como se ponen de acuerdo las partes en cero. ¿Es esto lo que quiere el Gobierno? ¿No es lo que ha tenido y les ha cabreado tanto?

¿Los periodistas no estudiaron EGB (Ahora primaria)? Sé que los Ministros no.

sábado, 25 de julio de 2009

DE PASEO POR LUGO

Mi antiguo compañero, y sin embargo amigo, que de todo tiene que haber, Alfredo, al enterarse de mi situación me comentó que por qué no pasaba a visitarle a Lugo. No conocía Lugo capital, y acepté.

Galicia, comida, frequito en esta época del año, charleta con Alfredo que necesita relajarse... tomé el coche y salí para allá.

Actualmente, el llegar a Lugo desde Madrid es mucho más rápido por coche que por cualquier otro medio de locomoción que nos podamos imaginar. Sin embargo las 4 horitas largas no te las quita nadie.

Según dejaba la provincia de Leon y me adentraba en Lugo, en el Cebreiro, es donde comenzaron a aparecer peregrinos del Camino. Esforzados, felices se les veía, con una paliza para subir el puerto que me hizo reflexionar acerca de la conveniencia de hacerlo o no.

Con la presencia del móvil en nuestras vidas, nos hemos acostumbrado a unos usos que no teníamos antes: "Cuando vayas a llegar me llamas y te indico" en vez de ver donde quedamos. Y lo que tenía que ocurrir ocurrió, que me quedé sin batería en el camino sin darme cuenta. Así que hube de entrar a Lugo, en un bar.

"¿Una caña y un enchufe, por favor?" La camarera, impresionantes pechos por cierto, me miró como si fuera gilipollas.

"No, es que me he quedado sin batería en el móvil, no me sé el número al que tengo que llamar y tengo el cargador aquí. Además de la caña y el móvil, ¿Me puede decir donde estoy?"

Esto ya debió de ser demasiado para ella. Vi su cara de pensar que mi colega le iba a desvalijar la caja en cuanto se diese la vuelta.

Alfredo apareció a los 5 minutos, Lugo no es Nueva York, y me llevó a Casa María, bonito sitio por delante del cual había pasado en el camino hacia el bar, con lo que se demuestra la estupidez del ser humano cibernético.

Comimos como si nos fuese la vida en ello. Pulpo, uno de mis platos favoritos, sabeis, empanada, un bonito que la rodaja debía de pesar medio kilo. Todo en su punto. Un buen alvariño, cafes. No quisimos un digestivo. La cuenta no llegaba a los 65 € por los dos. Y nos sorprendemos por lo mal acostumbrados que nos tienen los que nos engañan porque 65 € es lo que se me paga por dia y medio en el desempleo, pero por 65 € en Madrid, te enseñan la carta, y rapidito.

Alfredo se había portado. Había encargado un día de acuerdo con los merecimientos que me adornan. Y un día de esos, en Galicia, es una gozada.

Lugo es una capital de provincias, de provincias. Todo el mundo se conoce, se saluda. Con una zona céntrica acordonada por la Muralla romana, Patrimonio de la Humanidad que es una maravilla. La Muralla impresiona. Todavía hoy los investigadores se preguntan qué importancia podría tener Lugo para los romanos pues, parece fuera de sitio semejante baluarte en ese emplazamiento. Alfredo me comentó que, según se decía ultimamente, la importancia de Lugo para los romanos podía estribar en que se tratara de una especie de caja fuerte, el sitio donde guardar los frutos de las extracciones auríferas de los cercanos yacimientos de las Médulas, tambien patrimonio de la Humanidad.

Paseamos por el centro. Un amigo de su padre nos paró, y comenzó una suerte de suave interrogatorio para ver quien era y qué hacía por allí. Dado que Alfredo tambien es gallego, el encuentro dialéctico acabó en tablas. "Aquí, a la gente le gusta saber", me dijo con esa coña que de vez en cuando esparce.

Entramos en un local. Cuando salimos debían de ser las 10 de la noche. Un día de verano, un tiempo agradable y parecía que habían tirado una bomba de neutrones. Nadie por la calle. Recuerdo que me impresionó.

Despues de la comida que nos habíamos metido no había ganas de cenar, pero por si acaso tomamos unos vinos con su correspondiente tapa. Tapa o tapón, porque no se diferenciaban mucho de las granadinas en su contundecia. Muy agradable el paseo posterior, saludamos a la madre de mi otro amigo lucense, Jesús, o sea, como en Vitoria en mis años mozos. No había muchas ganas de juerga, nos fuimos a descansar rapidamente.

Alfredo me avisó que la noche en Lugo era fresca. Bobadas, pensó el vitoriano que habita en mí mientras quitaba la manta de la cama. ¡La leche que frio! En buena hora quité las mantas y las dejé fuera de mi alcance para poder abrigarme en mitad de la noche.

Fuimos a desayunar al Café del Centro, en la Plaza Mayor. Un local de esos que parece que el tiempo no ha pasado desde hace 80 años. Dos camareros que conocen los gustos de sus clientes habituales. El periódico. A quien lee el Marca se le habla del Madrid. A otros de Política. Echas de menos estos sitios cuando estás en la vorágine de la Gran ciudad. Los habituales, funcionarios del Concello, o de los Bancos cercanos, o simples paseantes, viven la vida con calma, se toman su tiempo para desayunar, o para ver pasar la vida sin más. Y sí, los acelerados algo nos estamos perdiendo. El café, delicioso. Algún día hablaré de ello pero, lo fácil que es encontrar buen café en muchas pequeñas ciudades de provincia españolas, Valladolid, Avila, Leon, Lugo, Vitoria, y lo dificil que es encontrar ese cafe decente en Madrid, que lo más que hacen es quemar agua.

Lugo es una ciudad de piedra, en la línea de Santiago de Compostela, sin querer comparar nada. Con una catedral que es una maravilla. Todo el perímetro de la muralla puede ser paseado desde lo alto de la misma, y es una caminata encantadora. A media mañana nos volvimos a encontrar con el amigo del padre de Alfredo del día anterior.

"Parece que ha llegado el Verano" dijo el buen hombre. Es lo que tiene vivir en Lugo sin salir mucho. En el resto de España está siendo uno de los veranos más calurosos que se recuerdan. Hace mes y medio que no se baja de los 30 grados. En Lugo debían de llevar dos días a 22 graditos y claro, tanto calor debe de molestarles ;-)

Alfredo me comentó que si me había parecido barata la comida del día anterior, iba a alucinar. Me llevó a un sitio elegante. Tomamos un salpicón de pescado y marisco, lomo de lenguado relleno, leche frita, café, un buen Mencía para beber por 12 € por cabeza. Todo exquisito, perfectamente presentado, un local limpísimo y elegante. Para que digan que no se puede comer barato y bien.

Había que bajar la comida con lo que nos dimos otro paseito. Compramos una empanada de bonito para llevar a casa y nos despedimos hasta la siguiente.

Volveré con mi familia, seguro. Lugo merece la visita

viernes, 10 de julio de 2009

VIVA SAN FERMIN

Porque son unas fiestas a las que, sin ser de Pamplona, siempre me he sentido ligado. Desde los años de mozo que fui con la panda de Murguia, hasta los años de Universidad que acudía a ver a mis amigos Navarros. Alguna amiga especial, ribera ella, tambien hubo.

Y siempre me sentí en la gloria. La fiesta en la calle, nada que ver con otras fiestas más elitistas en ciudades del sur con fama de acogedoras.

No se puede decir que fuese un corredor valiente. Como dice Peio, yo era de los que entraban en la plaza cuando sonaba el Txupín, pero alguna vez sí que vi a algún toro más cerca de la cuenta. Mi madre enterrada hará 8 años, supongo que podrá perdonármelo. ¡Cuantas veces le dije que me quedaba en Madrid a esperar alguna nota!

La adrenalina fluia, desde los momentos anteriores al cohete, hasta que, o bien entrabas en la Plaza mucho antes que los morlacos, o la manada te pasaba.

Supongo que tampoco eran los años 50, pero nada que ver con lo que se ve en nuestros días. En aquellos años, si cometias una imprudencia, la mano de leches que te llevabas de mozos y pastores te hacían olvidarte de repetirla otro día. El parecido con lo que se ve en nuestros días, pura coincidencia, donde los mozos más inconscientes pelean por ver quién hace la burrada más grande, poniéndose en peligro ellos...y todos los demás, y se vanaglorian de ello sin que los escasos mozos que saben correr les llamen la atención.

Cuando nosotros corríamos, y ya hablo de cuando era más talludo, no diré que nos acostábamos temprano, pero dormíamos bien. Nadie en su plenas facultades mentales puede correr delante de esos animales sin estar perfectamente. Reflexionando pienso que nadie en sus plenas facultades mentales puede correr delante de esos bichos de 600 kilos, punto. Estando o sin estar perfectamente. Si lo piensas, es una temeridad, como tirarse en paracaidas, hacer puenting o meterse unos tiros de cocaina, vamos.

Es una cita diaria, año tras año, con el Televisor. Este año, mientras desayuno, en la cocina. Otros, desde algún bar cercano. Y me emociono, y se me pone la carne de gallina, y trato de indicar a los mozos qué hacer sabiendo que bastante tienen ellos con sentir unas astas pegadas a su espalda.

Hoy, los Jandillas, se han vuelto a llevar a un mozo para el otro barrio. A esta hora todavía se desconoce su identidad.

Pero la fiesta seguirá, y mañana, sábado, con los Dolores Aguirre, y el domingo, con los Mihura, miles de descerebrados borrachos compartirán espacio con corredores cabales, que se juegan la vida delante de un toro, pero sin arriesgar la de los demás, en una carrera limpia, toro contra mozo.

Y hay veces que piensas que más de uno se lo tiene merecido, por duro que pueda parecer.

jueves, 9 de julio de 2009

UN PASEO POR LAS PIRAMIDES

Y ahora os pensais que os voy a pegar el tostón hablándoos de Egipto. ¡Pues no!,porque Egipto, como sabeis, no es el único sitio donde hay pirámides. Y os voy a hablar de una excursión que hice a Teotihuacán, a una hora de México DF.

Había estado en México en varias ocasiones, y nunca había tenido una mañana libre para escaparme. Las agendas solían ser exigentes. El tráfico horrible, y los clientes atentos, demasiado atentos, con lo que los días pasaban sin tiempo para nada más. Bueno, con los clientes acababas cenando, bebiendo, bebiendo, bebiendo y...ya no me acuerdo qué más, supongo que acababa en malas condiciones cada noche. Aquel viaje me propuse que iba a dejar medio día libre para ver algo, y creedme, lo conseguí.

Había apalabrado con un taxista el viaje a la ciudad Mexica de Teotihuacan, volviendo por Guadalupe, y mereció la pena.

Viajaba solo. El taxista era un tío afable, como casi todos los mexicanos, que me iba ilustrando acerca de las historias del lugar (Supongo que la mayoría inventadas). El fue quien, al ver la capa de polución sobre el DF me indicó que los Mexicanos eran las personas más honradas del mundo, porque te enseñaban hasta lo que respirabas.

Teotihuacan fue una ciudad de más de 100.000 habitantes en su época de oro, sobre el siglo III de nuestra era. Actualmente es un conjunto monumental, en el que destacan varios monumentos individuales, pero hay que observarlo como un conjunto. La calzada de los muertos, las Pirámides del Sol y de la Luna, la Ciudadela, y varios templos y palacios.

Es impresionante observar la amplitud y magnificencia de la Calzada de los Muertos, contando unos dos kms de largo y unos 40 de ancho. A sus lados se encuentran la Pirámide del Sol, que cuenta 65 metros, y la de la Luna, de unos 45 pero, curiosamente, a la misma altura debido a la inclinación del terreno.

Obviamente, como cualquier turista que se precie, hube de subir a lo alto de la pirámide del Sol, unos cuantos escalones, y, al lado de mi taxista, invocar al Dios Sol desde lo alto (Una ceremonia típica para turista gringo pero, una vez allí, ¿Qué vas a hacer?)

Pegaba Lorenzo con toda su fuerza, pero disfruté un montón del paseo.

No recuerdo muy bien lo que comí, pero sí recuerdo que, de vuelta al DF, paramos en la Basílica de Guadalupe. Uno que de beato tiene poco, y de racional bastante, alucinó al ver la cantidad de gente llegando de rodillas, arrastrándose, llorando al llegar a la entrada de la basílica (No ésta de la foto que es la antigua, sino una estructura redonda que parece una gigantesca plaza de toros cubierta).

Ahora que me estoy planteando hacer el Camino de Santiago, a lo mejor recibo una inspiración divina. Mira que si me da por hacerlo de rodillas desde Roncesvalles....

¿A qué no hay huevos?

;-)

jueves, 2 de julio de 2009

NUNCA VI TANTO CONDON JUNTO

Me juego un huevo a que acabo de captar vuestra atención de un plumazo. No sé por qué me da que esto es como cuando de estudiantes, para que la gente fuese a las fiestas, se ponía en los carteles bien grande ¡¡¡SEXOOOOO!!!, y a continuación te explicaban que había una fiesta.

Pues eso, que estaba en la China profunda, pero profunda de cojones. Podía ser Heze, o por ahí. Cuando fui yo no era habitual que occidentales se perdiesen por ahí. Tenían un proyecto de Radio y Televisión, y yo estaba encantado de contarles como se corren los toros en Sanfermines, como se mata al volapié (Cualquier taurino, el Mono o el innombrable mismos, si me ven en esas demostraciones de sapiencia del Cossio, me desheredan directamente), o qué se toma Raul para el dolor de oidos, si de paso me firmaban un contratito. Porque para eso me querían por ahí. Para descojonarse de mi barba, para que las camareras me tocasen los brazos porque tenían pelo, y para que los prebostes locales sacasen pecho al estar acompañados de un Narizotas y luego lo pudiesen contar.

Nos habíamos metido la cena de rigor, con los 30 brindis habituales, todos contra mí, y ya me habían dejado en el hotel. Mis chinos se habían ido al Karaoke con los clientes para que éstos descargasen el exceso de amor que llevaban debajo del cinturón. La confraternización conmigo no llegaba a tanto como para verles follar, aunque no se lo pagasen ellos.

Atendí el correo, hablé con la oficina, solucioné el trabajo diario y ya me iba a dormir. Debían ser las 11 de la noche cuando estaba en la cama leyendo, con el mismo pijama que Marilyn, pero sin ponerme colonia, que se me irrita la piel.

De repente llaman a la puerta. Las 11 de la noche, pensé. Hombre, ya habrán venido Jin Shi y Li Peng de ayudar a descargar al cliente. ¡Pero qué oportunos son, cojones!

Me puse una toalla para que no pareciese que era una invitación, que mis compañeros chinos, por mucho que Zapatero no hubiese aprobado todavía la Ley de Matrimonios homosexuales, podían pensar que todos los españoles perdíamos aceite, y no de oliva precisamente.

De repente, una chica, no llegaba a los 20, con un condón amarillo en la mano, y el brazo extendido, como un árbitro sacándome una tarjeta, y ante la exclamación de ¡Massage! (Posiblemente la única palabra en inglés que sabía), pretendía entrar en mi terreno.

¡Bu, Bu! comencé a exclamar (Tampoco se mucho más chino yo, y eso quiere decir, No, No) y forcejeando con ella logré cerrar la puerta (Con ella por el lado del pasillo, se entiende).

Volví a la piltra cagándome en todos los porteros chinos de hotel que al ver un occidental llaman a la meretriz de cabecera, le dan los datos de la habitación y, por supuesto, comparten beneficios (Eso que se llama gestión del conocimiento).

Al cabo de unos 20 minutos volvieron a llamar a la puerta. Cagándome en todo decidí que sí, que podían ser mis chinos que querían contarme los progresos de la noche (Sin demasiados detalles escabrosos, que eso no era fundamental para el negocio).

Otra vez toalla alrededor de mi cintura, pecho al aire con mis cuatro pelos al viento (Cuatro pelos más que cualquier chino, por cierto) y abro la puerta. Y aparecen, la chica de antes acompañada de otras dos, las tres con el brazo en alto y, por si acaso no entendía bien el motivo de la visita, cada una mostrando tres condones de colores, en total 9. ¡Menuda variedad cromática!. Lo más parecido a la expresión, "manos como manojos de pollas" que he visto en mi vida

La tía, el portero y su puta madre se debían de haber pensado que o una me parecía poco, o no era mi tipo, y ahí estaba en un pase privado para que escogiese como en los lupanares de la posguerra tal y como hemos visto en las películas.

Y salió el macho que llevo dentro ;-) Y cagándome en todo en un perfecto castellano (Entendían lo mismo que en inglés y yo me sentía más cómodo), y con un tono de voz, que cualquiera que me conozca se puede hacer una pequeña idea, les monté un cirio que alguien que hubiese visto la escena se la contaba a Almodovar: Pavo con una toalla a la cintura, como el innombrable en sus mejores tiempos, tres tías que eran un muestrario de condones, 6 ojos no entendiendo nada, y otros dos no queriendo entender.

Al día siguiente, al abandonar el hotel, el portero me miraba con ojos de Axterix exclamando "Están locos estos romanos". Para una vez que pilla un occidental, le sale maricón