sábado, 27 de agosto de 2011

PASEANDO CLIENTES...MADRID-PARIS

Hacía tiempo que no me tocaba, y tampoco he de decir que lo echase de menos. La pasada semana me ha visitado una delegación de clientes del otro lado del charco.

En anteriores trabajos, practicamente, cada dos o tres semanas me tocaba. Era un plan diferente, más racial...Al consabido paseo por Madrid y Toledo un día, le solía seguir una noche en La Rioja, despues de cenar en una bodega.

Al trabajar en una empresa francesa, cambiamos La Rioja por París. No diremos ni mejor ni peor...diferente ;-)

Madrid lo conozco razonablemente bien. Desde que llegué a estudiar hace 30 años, la ciudad (a pie) me fascinó. No solo conozco muchos rincones, sino que sé historias (Reales o inventadas), leyendas, en fin, todo aquello que hace que un paseo de un par de horas sea una experiencia agradable para un extranjero. Las cañas y vinos por la zona de Santa Ana hacen el resto.

A los extranjeros les gusta que les lleves a un Tablao flamenco. Uno no es Currito de Almonte, ni falta que me hace. No se trata de meter a tus clientes en una Jam session, ni tampoco en un coladero para guiris. Casa Patas, para mí, es un sitio idoneo.

Siendo los turistas el grupo predominante, son respetuosos y siempre hay una razonable proporción de clientela local. El espectáculo es entretenido. Si tienes la suerte de pillar una mesa buena (Y yo en esto me las suelo arreglar bien con los camareros), la experiencia para tus invitados suele ser muy grata. Solo se me han dormido unos chinos una vez, pero es que estos tiraban más hacia otro tipo de espectáculo más explícito. Todavía recuerdo aquella semanita...para enmarcar.

Las copas ya es una historia diferente. Los que me seguís sabeis que no es que muera precisamente porque me admitan en los locales de moda, haciendo cola delante de un portero que te escruta como si fuese el presidente de un tribunal en unas oposiciones a Notarias y convirtiéndote en la persona más feliz del mundo cuando eres elegido para pasar delante de la gente, ganándote la envidia del personal. Soy muy mayor para esas pijadas de preadolescente. El Cock es un sitio clásico. Buenas copas en un ambiente tranquilo donde puedes hablar (Que tratándose de clientes es lo que suele interesar).

En París el tema es diferente. A los clientes les solemos llevar, o bien al Bateau Mouche, o bien al Moulin Rouge. Es un tema de mentalidades. A mí me encanta pasearles por el Madrid de los Austrias o de los Borbones, los gabachois prefieren ir a un sitio y luego montar a los invitados en un taxi hasta el hotel. Generalmente es más caro pasear en París, pero los clientes suelen preferir el paseo en Madrid (Que teniendo en cuenta que como París hay muy pocas ciudades en el mundo, dice bastante de mi habilidad para entretener al personal ;-) )

A todos los barcos que hacen el crucero por el Sena, se les denomina Bateau Mouche, aunque solo hay una compañía que se llame así. Mouche quiere decir mosca, pero nada tiene que ver con la forma del barco sino con que antiguamente se construian en la zona de Mouche, en Lyon.

El paseo por el París iluminado dura entre dos horas y media y tres horas y es francamente bonito (París, como ciudad, es irresistible). La cocina no es mala. El Foie Gras que tomé era sobresaliente. Saliendo a más de 125 napos por cabeza, lo contrario sería como para hundir el barquito de los coj...

Este viaje no tocó Moulin Rouge, con lo que os ahorro la descripción, haciéndome un favor, no fuera que perdiese la perspectiva. A mí, las tías en bolas me parecen tías en bolas, aunque el público vaya con americana y corbata.

O sea, que ya sabeis por qué, esta semana tampoco, he hecho ni caso a este, vuestro blog. He andado de cicerone y ahora me queda lo más difícil...cuadrar la nota de gastos que, al final, siempre palmo pasta

domingo, 21 de agosto de 2011

BUSCANDO AL DESPECHADO POR GARIBALDI

He de reconocer que México nunca me acaba de sorprender. Tenía un día completo en el DF para mis reuniones, y el rato de ocio que siempre saco en esta ciudad. Intenté concentrar mis asuntos más serios por la mañana. Para algunos clientes, más cercanos, hacerte de Cicerone un viernes por la tarde, es una oportunidad estupenda para ponerse de Tequila hasta el cimborrio.

Me llevaron a probar la cocina del Yucatán. Aunque para nosotros, toda la comida Mexicana sea simplemente picante, se pueden encontrar una infinidad de matices. El restaurante estaba a dos cuadras del Zócalo y tenía música en directo (La verdad, p'habernos matao. Un cantante que pasó mejores momentos, con un peluquín escandaloso, cantando canciones de Luis Miguel. Inenarrable)

Para variar nos pusimos como Carpanta. Me encantaron los tacos de cochinita pibil, con chiles habaneros (Picaban que rabiaban los jodidos) y cubiertos de cebolla morada.

Tampoco estuvieron mal los Panuchos ni los papadzules.

Pero lo que realmente estaba de escándalo era la sopa de Lima. ¡Por Dios! ¡Qué orgasmo!

Bien comidos y abrevados, y estando tan cerca del Zócalo, quise ir a disfrutar, otra vez, con la Catedral y los Murales de Diego Rivera.

De camino hacia allá nos encontramos con una de esas estampas en las que comienzas a mirar a los rincones por ver si hay una cámara oculta y estás en un programa de "Inocente, Inocente". A un estudiante de Marketing aventajado, le faltaba ventana para publicitar cualquier cosa que os pudiéseis imaginar. Para mí, lo mejor, "Se venden Canarios...y tambien raqueta de tenis" ¿En qué está pensando El Corte Inglés que no le ha hecho a este individuo una oferta de las que, en Sicilia, "no se pueden rechazar"?

El recinto del Zócalo estaba petado de comerciantes, acampados y curiosos. Lo de los Indignados del 15-M una broma, que el Zócalo puede ser como 20 veces la Puerta del Sol. No me canso de observar la grandiosidad de esta plaza, limitada, entre otros edificios fabulosos, por la Catedral y el Palacio Nacional.

Se nos estaba echando la tarde encima. Una tarde maravillosa. El Centro Cultural Español se encuentra en la trasera de la Catedral. Tiene una azotea agradabilísima, fresca, ideal para ver anochecer.

-"¿Has estado en Garibaldi?", me pregunta

-"Decenas de veces", contesto

-"No. Lo que te estoy preguntando es, si un viernes o un sábado por la noche, te has pasado por allí"

Garibaldi es una especie de Plaza Mayor de Madrid. La gente se reune a montar un botellón, mientras decenas de grupos de mariachis se ofrecen, por unos cuantos pesos la canción, a cantar para ti. El estruendo en la Plaza es considerable y no creas que vas a escuchar mucho, pero está curioso de ver (Lo mismo que las tunas para nuestros guiris, poco más o menos).

La palabra mariachi se supone que viene de la época de la ocupación francesa de México, cuando se les contrataba para cantar en las bodas (Marriage), pero hay teorías para todos los gustos.

Nosotros nos queríamos meter unos tequilas tranquilos en el "Tenampa". El Tenampa es el Salón más importante de la Plaza, auténtico templo de los Mariachis. Fundado en el 1925, es un establecimiento enorme donde los Conjuntos de Mariachis van ofreciendo su música, mesa por mesa. Esto hace que dos conjuntos de mariachis puedan cantar próximos y a veces no se oiga nada.

Nos decidimos por un Patrón reposado, y comenzaron a caer. Convenientemente acompañado de sangrita, el tequila es una bebida que me entra sola. Mi compañero le daba al limón y la sal.

Cuando nos quisimos dar cuenta, había caido la botella. A la hora de pagar, como se acostumbra en estos sitios, y más si no tienes acento de Jalisco, el precio que aparece en la carta nada tiene que ver con el rejonazo que te meten. (Esto sucede en todos los sitios, no solo aquí. En España os preparo una lista de establecimientos canallas que os quedais sentados. En Shanghai en un restaurante, tenían dos listas de precios. Una para chinos en chino, y la otra para guiris en Inglés. Los precios se multiplicaban por 10)

Menos mal que no habíamos pedido nada para empapar el tequila, que nos ponen a fregar platos o a cantar por las mesas (No sé qué podía ser peor)

En un lateral de la plaza, hay un pabellón de locales de comidas. Mi acompañante dice que da gusto salir conmigo, porque no le digo que no a nada (Estamos hablando de comida ;-) ) . Que el local sea más o menos lujoso, o que la comida sea la cosa más rara que pueda haber probado, tiene razón que no me importa. Siempre pienso que si él puede y le gusta, ¿Por qué conmigo va a ser diferente?

La birria que nos metimos (Una sopa de chivo) era de las cosas más espectaculares que he probado en mi vida. En la fotografía podreis ver que mantel de hilo no es que hubiese, pero el sabor, picantito, para variar, era para transportarte.

Con el estómago ya entonado, no solo de tequila, nos encaminamos a la plaza. Teníamos una misión...

Los mexicanos, como los españoles, cantan. Pandillas de personal van a la Plaza a beber y a cantar. Entre los grupos se pueden distinguir novios que quieren rondar a su chica, pandillas homenajeando a cumpleañeros, grupos de juerga sin más ....y el despechado.

El despechado es aquel macho que bebe al son de las canciones que retratan el amor mal pagado y la mujer ingrata que no supo apreciar la bondad de un querer.

Solos o con el grupo de amigotes, se tiran la noche bebiendo y cantando al son de los mariachis hasta que no se tienen en pie. Es fácil identificarlos. Si la segunda canción que escuchas va de lo mismo que la primera, si el gollete de la botella está más tiempo en contacto con los labios del pagano que con el aire circundante, ese....es un despechado.

No intentes animar la fiesta pidiendo clavelitos, mantente en un discreto segundo plano o acompáñale con cara de "yo tambien sufrí lo mío" y disfruta...

Os aseguro que es todo un espectáculo


miércoles, 17 de agosto de 2011

CARTAGENA DE INDIAS. MEJOR SIN CALCETINES

Decir que tengo el blog abandonado, me parece un acto de generosidad sin límites. Dado que en Agosto España se para, generalmente me pego un viaje a Latinoamérica, y por lo menos aprovecho el mes. En catorce días me he montado en 13 aviones, lo cual es una mariconada, porque no da ni a un avión por día.

El Trayecto ha sido más o menos el siguiente:

Madrid-Fortaleza-Recife-Rio de Janeiro-Brasilia-Sao Paulo-Bogotá-Cartagena de Indias-Bogotá-Caracas-Panamá-San Salvador-Mexico DF-Madrid.

El palizón ha sido tal, que en la Salida de Caracas, una risueña funcionaria de aduanas me preguntó donde iba, yo me quedé callado y le tuve que contestar que no lo sabía ante lo que se creyó que me estaba quedando con ella y casi acabamos tarifando.

Sí es cierto que esta vez me lo he montado bien, y pasé el fin de semana del medio del viaje en Cartagena de Indias.

Cartagena de Indias o "El corralito de Piedra" es un enclave Patrimonio de la Humanidad. Una auténtica maravilla.

Ya al descender del avión pasa como en Bombay. El calor húmedo y sofocante te pega una bofetada en el rostro.

Venía desde Sao Paulo haciendo escala en Bogotá (Para los que no se sitúen bien en el mapa, desde Sao Paulo hasta Bogotá hay 6 horas de vuelo, ni más ni menos). Cuando llegaba al hotel en Cartagena eran más de las 11 de la noche, habiendo salido a las 12 del mediodía. Sin embargo, la vista de la muralla y los baluartes iluminados desde la Carretera del Aeropuerto ya merecía el viaje.

Me levanté temprano. Mejor pegarme los paseos a la fresca. El día anterior, Colombia había derrotado a Corea 1-0 en el Mundial de Futbol Sub-20 y el pais estaba movilizado. La borrachera del viernes vaciaría las calles el sábado de mañanita.

Cuando en un país de Latinoamérica me hablan en inglés con ese pelo rubio y esos ojos azules que me distinguen quiere decir que he cagado en la indumentaria. Me miro en el reflejo de la puerta del hotel...¡bingo! pantalón corto y calcetines. (La gorra ya no cuenta. Mi azotea sufre de exposición extrema al sol)

Son las 8 de la mañana y hace un calor y una humedad que pesan. Me dirijo a la Iglesia de San Pedro Claver. El trayecto por la Cartagena Intramuros no deja de sorprenderme. Tengo dos días y no me ha dado tiempo a prepararme el viaje. Allí hay un puesto de información turística y está Juan Caballo, mi guía. Cerramos precio, 20 dólares y me acompañará un par de horas enseñándome Cartagena. He visto guías en papel más baratas, pero no te hacen fotos.

El Paseo es delicioso. Nada destaca sino la absoluta armonía.

Cartagena es conocida como el "Corralito de piedra", por estar circundada por una muralla perfectamente conservada. Los edificios del centro histórico se encuentran restaurados. Lástima que algunos hoteles gringos y europeos hayan adquirido inmuebles irrepetibles y, con esa desfachatez y esa connivencia con las autoridades, en el precio esté incluido el inmueble, y las plazas públicas donde se encuentran. Se instala una barrera y ya tenemos un espacio público reservado solo a clientes.

Cartagena está enclavada en una isla rodeada de otras tantas. Tierra de corsarios, piratas y filibusteros, hay más de 20 fuertes de la colonia española protegiendo sus entradas desde el mar. De entre ellos, el más importante es el Fuerte de San Felipe, que protegía la entrada desde tierra firme. Al frente, la estatua de Blas de Lezo, de Pasajes, Medio hombre (Era tuerto, manco y cojo) , uno de los más insignes estrategas de la historia militar española (No sé si esto se estudia en alguna ikastola, bueno, ni en ningún colegio, que ahora esto no debe de ser politicamente correcto).

Al mando de 1000 hombres hizo frente y derrotó al almirante Vernon, quien con 36 navios, 12 fragatas y 40.000 hombres, y despues de acuñar las medallas conmemorativas de la conquista de Cartagena se las tuvo que meter por el ojete (Alguna todavía circula por ahí, todo muy british).

Juan Caballo me colocó un tour en chiva por la tarde (Esos buses imposibles que no sabes como continuan funcionando) y esto me dió pié a descubrir los alrededores.

Se me hizo el día volado. Por la noche salí a tomar una cervecita al Portal de los Dulces, soportales donde se sitúan multitud de puestos de dulces que solo puedes encontrar ahí. En "Donde Fidel", sitio de Salsa famoso me apoltroné. Bien atornillado a la silla disfruté del baile de los demás, no fuese que alguien se confundiera conmigo.

Juan Caballo había hecho el mes conmigo. Al día siguiente me iba a sacar en barco al Archipiélago del Rosario, pero esto, ya lo contaré otro día