sábado, 25 de julio de 2009

DE PASEO POR LUGO

Mi antiguo compañero, y sin embargo amigo, que de todo tiene que haber, Alfredo, al enterarse de mi situación me comentó que por qué no pasaba a visitarle a Lugo. No conocía Lugo capital, y acepté.

Galicia, comida, frequito en esta época del año, charleta con Alfredo que necesita relajarse... tomé el coche y salí para allá.

Actualmente, el llegar a Lugo desde Madrid es mucho más rápido por coche que por cualquier otro medio de locomoción que nos podamos imaginar. Sin embargo las 4 horitas largas no te las quita nadie.

Según dejaba la provincia de Leon y me adentraba en Lugo, en el Cebreiro, es donde comenzaron a aparecer peregrinos del Camino. Esforzados, felices se les veía, con una paliza para subir el puerto que me hizo reflexionar acerca de la conveniencia de hacerlo o no.

Con la presencia del móvil en nuestras vidas, nos hemos acostumbrado a unos usos que no teníamos antes: "Cuando vayas a llegar me llamas y te indico" en vez de ver donde quedamos. Y lo que tenía que ocurrir ocurrió, que me quedé sin batería en el camino sin darme cuenta. Así que hube de entrar a Lugo, en un bar.

"¿Una caña y un enchufe, por favor?" La camarera, impresionantes pechos por cierto, me miró como si fuera gilipollas.

"No, es que me he quedado sin batería en el móvil, no me sé el número al que tengo que llamar y tengo el cargador aquí. Además de la caña y el móvil, ¿Me puede decir donde estoy?"

Esto ya debió de ser demasiado para ella. Vi su cara de pensar que mi colega le iba a desvalijar la caja en cuanto se diese la vuelta.

Alfredo apareció a los 5 minutos, Lugo no es Nueva York, y me llevó a Casa María, bonito sitio por delante del cual había pasado en el camino hacia el bar, con lo que se demuestra la estupidez del ser humano cibernético.

Comimos como si nos fuese la vida en ello. Pulpo, uno de mis platos favoritos, sabeis, empanada, un bonito que la rodaja debía de pesar medio kilo. Todo en su punto. Un buen alvariño, cafes. No quisimos un digestivo. La cuenta no llegaba a los 65 € por los dos. Y nos sorprendemos por lo mal acostumbrados que nos tienen los que nos engañan porque 65 € es lo que se me paga por dia y medio en el desempleo, pero por 65 € en Madrid, te enseñan la carta, y rapidito.

Alfredo se había portado. Había encargado un día de acuerdo con los merecimientos que me adornan. Y un día de esos, en Galicia, es una gozada.

Lugo es una capital de provincias, de provincias. Todo el mundo se conoce, se saluda. Con una zona céntrica acordonada por la Muralla romana, Patrimonio de la Humanidad que es una maravilla. La Muralla impresiona. Todavía hoy los investigadores se preguntan qué importancia podría tener Lugo para los romanos pues, parece fuera de sitio semejante baluarte en ese emplazamiento. Alfredo me comentó que, según se decía ultimamente, la importancia de Lugo para los romanos podía estribar en que se tratara de una especie de caja fuerte, el sitio donde guardar los frutos de las extracciones auríferas de los cercanos yacimientos de las Médulas, tambien patrimonio de la Humanidad.

Paseamos por el centro. Un amigo de su padre nos paró, y comenzó una suerte de suave interrogatorio para ver quien era y qué hacía por allí. Dado que Alfredo tambien es gallego, el encuentro dialéctico acabó en tablas. "Aquí, a la gente le gusta saber", me dijo con esa coña que de vez en cuando esparce.

Entramos en un local. Cuando salimos debían de ser las 10 de la noche. Un día de verano, un tiempo agradable y parecía que habían tirado una bomba de neutrones. Nadie por la calle. Recuerdo que me impresionó.

Despues de la comida que nos habíamos metido no había ganas de cenar, pero por si acaso tomamos unos vinos con su correspondiente tapa. Tapa o tapón, porque no se diferenciaban mucho de las granadinas en su contundecia. Muy agradable el paseo posterior, saludamos a la madre de mi otro amigo lucense, Jesús, o sea, como en Vitoria en mis años mozos. No había muchas ganas de juerga, nos fuimos a descansar rapidamente.

Alfredo me avisó que la noche en Lugo era fresca. Bobadas, pensó el vitoriano que habita en mí mientras quitaba la manta de la cama. ¡La leche que frio! En buena hora quité las mantas y las dejé fuera de mi alcance para poder abrigarme en mitad de la noche.

Fuimos a desayunar al Café del Centro, en la Plaza Mayor. Un local de esos que parece que el tiempo no ha pasado desde hace 80 años. Dos camareros que conocen los gustos de sus clientes habituales. El periódico. A quien lee el Marca se le habla del Madrid. A otros de Política. Echas de menos estos sitios cuando estás en la vorágine de la Gran ciudad. Los habituales, funcionarios del Concello, o de los Bancos cercanos, o simples paseantes, viven la vida con calma, se toman su tiempo para desayunar, o para ver pasar la vida sin más. Y sí, los acelerados algo nos estamos perdiendo. El café, delicioso. Algún día hablaré de ello pero, lo fácil que es encontrar buen café en muchas pequeñas ciudades de provincia españolas, Valladolid, Avila, Leon, Lugo, Vitoria, y lo dificil que es encontrar ese cafe decente en Madrid, que lo más que hacen es quemar agua.

Lugo es una ciudad de piedra, en la línea de Santiago de Compostela, sin querer comparar nada. Con una catedral que es una maravilla. Todo el perímetro de la muralla puede ser paseado desde lo alto de la misma, y es una caminata encantadora. A media mañana nos volvimos a encontrar con el amigo del padre de Alfredo del día anterior.

"Parece que ha llegado el Verano" dijo el buen hombre. Es lo que tiene vivir en Lugo sin salir mucho. En el resto de España está siendo uno de los veranos más calurosos que se recuerdan. Hace mes y medio que no se baja de los 30 grados. En Lugo debían de llevar dos días a 22 graditos y claro, tanto calor debe de molestarles ;-)

Alfredo me comentó que si me había parecido barata la comida del día anterior, iba a alucinar. Me llevó a un sitio elegante. Tomamos un salpicón de pescado y marisco, lomo de lenguado relleno, leche frita, café, un buen Mencía para beber por 12 € por cabeza. Todo exquisito, perfectamente presentado, un local limpísimo y elegante. Para que digan que no se puede comer barato y bien.

Había que bajar la comida con lo que nos dimos otro paseito. Compramos una empanada de bonito para llevar a casa y nos despedimos hasta la siguiente.

Volveré con mi familia, seguro. Lugo merece la visita

4 comentarios:

Kikas dijo...

23, sé que estás de vacaciones. Sin embargo yo, aun en el paro, sigo trabajando e incrementando nuestro emporio publicitario. Para tu información, un despistado Mongol, ojo, no es un insulto, y un singapuriense, han dado con sus ojos en nuestro humilde rincón, con lo que inauguramos la década sesentera, o sea, 61 paises reconocidos. A saber:

América 22: Canadá, Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Cuba, Panamá, República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Argentina.

Europa 22: Noruega, Reino Unido, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Irlanda, Grecia, Polonia, Austria, República Checa, Francia, Italia, Eslovenia, España, Andorra, Estonia, Bulgaria, Portugal, Suiza,Rumanía y Hungría.

En África 3: Nigeria, Tanzania y Marruecos.

En Ásia 12: Bangladesh, Uzbekistan, Israel, Vietnam, Turquía, Japón, Tailandia, Mongolia, Singapur, Omán, India y China

En Oceanía 2: Australia y Nueva Zelanda

Jevy dijo...

Si es que lo de vivir en Madrid tiene estas cosas... que te das cuenta que te dan duros por 4 pesetas. Yo siempre he dicho que, a igualdad de sueldo, en Madrid se puede malvivir (vivienda, transporte, guarderìas, precios...) y en "provincias" se puede vivir de P.M. Por no hablar del tiempo que se le va a la gente en las grandes ciudades en el ir y venir a los sitios. Eso sì, ir de visita a Madrid o a Barcelona siempre està bien... (mejor, si te invitan a cenar)

Kikas dijo...

¡Qué viejo eres, Jevy!
Duros a cuatro pesetas. Si mis hijos leen eso se creen que lo ha escrito el hombre de Cromagnon (Bueno, por los pelos casi aciertan)
De todos modos, si lo de invitar a cenar es una indirecta, cuando quieras. Eso sí, siempre que no te quedes a dormir. Ya sabes, en Madrid el precio del metro cuadrado es caro...y las casas pequeñas
Bienvenido de vuelta

Mela dijo...

Estoy convencida de que Lugo merece una visita
Me ha encantado la Muralla
También he estado en Casa María... pero esta casa estaba en otra ciudad
"Los merecimientos que me adornan"... Kikas, debo corregirte, no se puede decir eso de uno mismo
Bueno, solo te quiero hacer rabiar un poquito ;-)
Feliz martes