domingo, 22 de febrero de 2009

IGUAZU. COMO UN MILLON DE GRIFOS A TODA PASTILLA

Fue el primero de incontables saltos del charco que separa España de América. Había de ir a Argentina, Chile y Paraguay. Me sorprendió la diferencia entre los tres países, aparentemente tan similares por, incultura mía, pensar que como estaban poblados principalmente por emigrantes (Y bueno, en Paraguay sobre todo, esto es una falacia), daba lo mismo donde cayera cada uno.

Argentina estaba en pleno periodo de dolarización. Debía de ser el año 93, más o menos. La corrupción era galopante. Lo primero que te pedían al proponer un negocio era que cúanto se llevaban ellos o, a la inversa, te proponían ellos un negocio basado en cúanto se llevaban ellos, que el orden de los factores no alteraba el resultado final...que se lo llevaban ellos.

Lamentablemente para ese gran país, las cosas no han cambiado demasiado. Tienen tal cantidad de golfos infiltrados en todos los estratos que es imposible que un país así salga adelante. A lo mejor esta afirmación es exagerada. No sé si hay mucha cantidad de golfos, pero sí que los ves allá donde vayas. Y se cortan poco. Comienza el carrusel al llegar a la aduana....y hasta que te vas.

El pueblo tiene ese fatalismo porteño ante lo difícil del envite, mucho gallego, jejeje, y no pelea contra esa lacra, sabiendo que no es que estén cavando su tumba, es que no van a salir de ella.

El Gobierno, con un partido Boca-River, ya les tiene distraidos 5 ó 6 meses, el resto les busca un enemigo exterior ante el que la Argentina va a luchar unida, y hasta la siguiente bancarrota.

Yo, que nunca he pagado por hacer un negocio a sabiendas, obviamente, cuando el encargado de probar los ratones de ordenador de un proyecto me pedía pasta por aprobarlos, y yo le decía "oiga, que son ratones", y el pavo me respondía "Ché, o funcionan o no funcionan" sentía que aquel no era mi sitio. No echaba la culpa al "probador de ratones". Este hacía, a su nivel, lo que hacían todos los de arriba y todos los de abajo. Cambiar eso en un país, es tremendamente complicado.

Eran los primeros tiempos, creo recordar, del Mercosur. Los argentinos estaban con Brasil, Uruguay y Paraguay. A los Chilenos les tenían vetados. Enseguida entendí por qué.

Los Chilenos eran mucho más aburridos que los argentinos, dónde vamos a ir a parar, pero eran muy organizados y trabajadores. Tradicionales, muy tradicionales, pero efectivos. Creo recordar que Pinochet todavía andaba por ahí, pero comienzo a tener ciertas lagunas.

Al llegar, con las mismas propuestas que a Argentina, lo que me vinieron a decir poco más o menos fue lo siguiente:

"¿Qué es lo que nos trae usted, oiga? Nosotros, esta tecnología la tenemos hace años. Si no tienen otra cosa, no va a ser posible" (Y no se referían a dinero)

Como veis, la diferencia de actitud en los dos países, abismal.

Para el Gobierno argentino, putear a los chilenos era politicamente rentable, pero economicamente mucho más porque, aun con la diferencia de magnitud entre los dos paises, si a los chilenos les metias en el grupo, se comían al resto. Justo lo que esta pasando ahora con Brasil, que aparte de que su magnitud sea infinitamente mayor, es un pais que va a ser una potencia en muy poco tiempo. Y esto a los argentinos les subleva, ya que ven como les pasan por la izquierda, por la derecha y por el centro países que, simplemente, en vez de tanto populismo y clientelismo, hacen los deberes.

Y es acojonante que este país, con lo que fue y lo que pudo ser, se haya estancado y no encuentre el modo de salir de esa situación, cosa difícil por cierto, mientras no fumiguen a más de uno y a más de dos golfos.

Paraguay fue un choque porque, de repente, me encontré en la España de los años 60. Tal era la situación de atraso. Ahí sí que nos miraban a los españoles como a Bienvenido Mr Marshall.

Fue la primera vez que noté el cariño ante mi origen. Estábamos cenando en el típico restaurante de Folcklore paraguayo muy famoso. Lleno de turistas. Los cantantes preguntaban por las mesas el orígen de los comensales. Estaba la ONU en pleno. Al decir que veníamos de Madrid, la gente empezó a hablar de la Madre Patria y nos comenzó a aplaudir (Aunque he retornado, no creais que me ha vuelto a suceder, o sea que asumiré que estaban pagados e incluido en el precio de la cena ;-) )

De todo el viaje recuerdo los vinos, argentinos y chilenos. Realmente muy decentes, y la carne, impresionante.

La diferencia de clases era abismal. Las villas donde vivía la clase dirigente, protegida por alambradas y soldados del ejército, fueran o no cargos públicos, mientras que un poblado de chabolas limitaba con la muralla del Palacio Presidencial de Asunción.

Se habían quitado hacía poco tiempo al Dictador Stroessner. Es curioso. Muchas veces se hace referencia a que en Latinoamérica ha habido tantas dictaduras, debido al origen de los inmigrantes en contraposición a los vecinos del Norte. Sin embargo, si nos fijamos, no solo ahí, sino en en otros países, lo que creo que pasa es que la gente está constreñida por el entorno. En cuanto les liberas de ese corsé, se manifiestan como realmente son. Y estos inmigrantes alemanes, no se quedan atrás de mucho golfo italo-hispano que haya emigrado hacia allá.

Esta teoría la elaboré, hace muchos años, cuando de niño hacía colas para cualquier cosa en el Reino Unido. Si a un pobre niño español, se le ocurría saltarse la cola, los improperios de nuestros civilizados anfitriones se oían en la casa natal del nene. Sin embargo, traspasabas a estos jubilados a Benidorm, y no sabías quien era más pícaro, si ellos o los locales.

Tenía una reunión con un Importante mando de la Policia para evaluar la posibilidad de llevar a cabo un proyecto. El cuartel era sórdido. El mando, debía de medir 1,60, más o menos. Esto lo suplía como se suple en muchos sitios. Con una gorra de plato que le levantaba 20 cms tal era la magnitud del escudo. Cuando este pollo, en aquel sitio, comenzó a quejarse de que la gente no entendía la diferencia entre libertad y libertinaje, me puse a pensar la cantidad de barbaridades que habrían ocurrido entre aquellos muros en los años precedentes y he de reconocer que mi lenguaje corporal no debía de mostrar excesiva tranquilidad.

Nos sobraba un día antes de volvernos. Decidimos alquilar un coche con chófer e ir a ver las cataratas del Iguazú.

El Area de las Cataratas del Iguazú se encuentran en el vértice de unión entre Paraguay, Argentina y Brasil, aunque, geograficamente, las cataratas separan Argentina de Brasil.

Ciudad del Este, último enclave Paraguayo antes de cruzar a Brasil me pareció la típica ciudad de buscadores de Oro del antiguo Oeste. Llena de buscavidas. Ciudad fronteriza con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva.

Nada más pasar la frontera entendí que no era el mejor día para dejar de fumar. En menos de dos kms, los corruptos, entonces, policias brasileños nos hicieron pagar tres mordidas de 50 dólares cada una. Claro, craso error. Ibamos con matrícula paraguaya, y dos extranjeros. ¡Chollo!Multa por llevar las lunas tintadas. Según ellos prohibidas en Brasil. Multa porque nos faltaba un sello de vacunas (No necesario si se pasaba desde Paraguay).

Lo mejor fue cuando el tercero nos multó por llevar el coche sucio. Según él, prohibido en Brasil. Cuando le hicimos saber que era la tercera vez en menos de dos kms, dijo que nos tendría que llevar al Juzgado. Que el Juzgado estaba cerrado y que abrirían a la mañana siguiente. Que habríamos de dormir, vigilados en comisaria.

Ante esta demostración de elocuencia, pagamos. Eso sí, se debió de coscar que ya nos habían tocado suficientemente las narices y supongo que avisó a los siguientes, porque ya no volvimos a tener problemas.

Es curioso lo perjudicial que son estos comportamientos para los países. Les tomé tanta manía que pasaron casi 10 años hasta que volví a Brasil, y eso que tuve oportunidades, pero siempre intenté evitarlo. Ultimamente vuelvo a menudo y, he de reconocer, que la cosa, aunque no demasiado, ha cambiado.

Y las cataratas. Un fragor espantoso, espectacular. Sin embargo no noté que fueran unos saltos impresionantes. Más bien una naturaleza desbocada. Como si alguien hubiese abierto cien mil millones de grifos, y el agua corriese a toda pastilla. Es en esas situaciones donde te das cuenta de lo realmente pequeñitos que somos. Bueno, algunos argentinos no ;-)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno... Eso pasa todos los días en España, pero en otro ámbito. En los ayuntamientos, según si eres amigo o conocido de vete a saber quién, y en función a veces de a quién obsequias con regalos varios (hacerle las obras del chalete gratis y baratijas por el estilo), las posibilidades de obtener licencias, recalificaciones, agilizaciones de plazos, etc... varían exponencialmente. Única diferencia: tú te dejaste unos dólares en pocos kilómetros; aquí hablamos de dejarse millones en un pasillo o dos.

Kikas dijo...

Veo que no he estado muy fino en mis apreciaciones, Jevy.
Lo que intentaba decir es que, en Argentina, lo impregnaba todo. En Brasil, tuve peor suerte porque iba en un coche matrícula de Paraguay y eramos guiris.
De todos modos, estarás conmigo en que, una cosa es cuando sabes que hay corrupción y juegas al juego porque esperas conseguir algo a cambio, como es lo que cuentas, y otra cosa cuando te la encuentras sin haberla buscado.
¿Qué crees que contarían en Francia los turistas a los que Antonio David y otro golfo les pegaron la mordida cuando eran picoletos porque eran gabachoises y tenían menos capacidadd de defensa? Pero a estos dos les pillaron y les emplumaron por golfos, que se puede ser francés, pero eso no implica que seas gilipollas ;-)
Que no estoy diciendo que en España no haya, que la hay, joder si la hay, pero en otros paises son las grandes ligas, tio

Anónimo dijo...

Pues no sé lo que es peor... Un Estado en el que sabes que habita la corrupción a todos los niveles (es lógico que en la Venezuela que conocí en 1989, en que las pistolas eran las reinas de la noche y parte del día en Caracas, un policía con pistolón o recortada, que ganaba una miseria de sueldo, acabase explotando su condición para llevarse un sobresueldo) o un Estado que supuestamente pertenece a las democracias más avanzadas y en donde al final, lo que juega son las influencias (llámese aprobar unas oposiciones en muchas Diputaciones y Ayuntamientos) o el dinero que generosamente aportes, en metálico o en especie, a los de la poltrona de turno.
Recuerdo que un amigo, tras acabar meteóricamente Caminos en 1989, con sobresalientes y tal y todo en junio, fue fichado por una de las grandes constructoras, y se fue a hacer carreteras y otras obras públicas a una autonomía que no diré. Al principio, contaba con asombro y casi escandalizado los regalos que tenía que hacer a gente de la administración (los muebles del chalet, el chalet en sí construido a coste cero, etc...), pero al final lo asumió como algo normal. Y no hacía distinción entre partidos. Incluso contaba que una cosa es lo que le pedían a cambio de obras y permisos, que eso se negociaba, pero que siempre que iba a hablar con alguien, como medida de buena voluntad, le llevaba un regalo para quien fuera y su pareja, previa información sobre su situación sentimental. Algo así como un Rolex para él y una joya para ella.
Esto es como asumir que en Cuba (hablo de 1987, pero supongo que siga igual) nadie iba a hacer nada por ti por su buena voluntad, que muchos la tenían; todos esperaban algo a cambio, ya que ése era el trato implícito: tú eres un "gallego" con pasta (si ellos supieran lo que era un pobre estudiante de la tuna) y ellos unos desesperados por hacerse con unos Levi's (eran otros tiempos) o un reloj como el tuyo, para lo que precisaban de dólares. Ellos te hacían de sherpas, de conseguidores, de lo que fuera, pero no eran altruistas. Pues eso, en democracias de bote, multiplicado por 100 en quien tenga poder o una pistola del monopolio legal. Pero lo que pasa en las administraciones locales en España... es que es para nota.

Kikas dijo...

Bonito melón estamos abriendo...
No he dicho que España sea ni mejor ni peor, simplemente describí una situación
Desde luego, tengo varios conocidos que trabajan en Obra Pública. Y me cuentan cosas de alucinar.
En España la corrupción se ha trasladado desde el Gobierno Central hasta las Autonomías y ayuntamientos, sin distinción de colores políticos o de funcionarios.
A mí me denunció un golfo que era funcionario del Area de urbanismo de mi localidad, que a su vez era amiguete del Presidente de mi Comunidad de Vecinos, otro golfo por cierto. Yo había solicitado una licencia de obra menor para poner un cerramiento escamoteable en mi terraza (Que quiere decir que en verano lo quito y Santas Pascuas). Dado que la Administración está sumamente ocupada, disfruté de un bonito silencio administrativo, consecuentemente acometí la obra.
Como no le hacía la pelota al presidente de mi comunidad (que ya sabes que en España, el que no puede ser otra cosa en la vida se presenta voluntario a Presidente de Comunidad de vecinos), este me denunció apoyándose en el Golfo de urbanismo, una vez que a él se le habían pasado los plazos para denegarme la obra.
Todos en mi localidad sabíamos las golfadas que se estaban haciendo en Urbanismo en mi ayuntamiento. Sin ir más lejos, es uno de los ayuntamientos en los que ha habido dimisiones recientes a raiz de la Garzonada. Y yo pensaba...pero con la mierda que hay ¿Como cojones vienen por unas lamas de cristal en una terraza?
Pues así estamos, que me metieron a juicio....y les gané...y no recurren porque como son unos torpes, si va al Supremo seguramente legalizarían de hecho cualquier cerramiento,escamoteable o no.
Porque en su denuncia alegaban que por poner una ventana de cristal incumplia los artículos del 65 al 98 del Plan General de Urbanismo, o sea, la anchura de las aceras, la separación entre farolas, o el número de alcantarillas por cada edificio, por ejemplo, y como la gente se asusta de enfrentarse a la Administración, pues pasa lo que pasa.
Y directores de carreteras de cualquier provincia o similar, con un mercedes por cada 100 kms de concesión, o "los aridos se los vas a comprar a esta empresa que casualmente es de mi mujer", en fin...

Mela dijo...

Kikas... a mí las cataratas del Iguazú me parecen un espectáculo impresionante
Es increíble que os multaran tres veces en tan solo dos kilómetros
Y la tercera vez... por llevar el coche sucio ;-)
Ya sé que fue una excusa... simplemente os quisieron multar y, por supuesto, me parece muy mal
Kikas, hace mucho tiempo que no publicas comentarios, no debes conectarte a Internet
Espero que estés bien