Había estado de Feria en Viena desde el Miércoles (Aviso, las ferias en Viena no son como las de Jerez, aunque haya Escuela de caballeria, ;-) )
Tenía que tomar un avión a Sao Paulo el domingo a medianoche, pero Viena, en primavera, es un destino absolutamente recomendable.
Había sacado un billete para Carmen gracias a mis cientos de miles de millas de Iberia. La Huelga de pilotos había provocado la cancelación de su vuelo. Sin embargo IBERIA la había acomodado en otro vuelo posterior.
Ella llegó el Viernes por la noche. Yo tenía mucho trabajo pendiente y estuve todo el viernes por la tarde trabajando en el hotel.
Ultimamente tengo demasiado trabajo. No puedo preparar los viajes y salimos un poco al descubrimiento. Debido a que en muchas ocasiones ya conocemos los sitios y salimos simplemente a disfrutar del fin de semana, no es tan importante. Sin embargo, Viena te ofrece tantísimas opciones culturales no accesibles en otros sitios, que es una pena no poder hacer algo por no haberlo previsto.
Me colgué del ordenador buscando un concierto o una ópera. Todo pillado para el fin de semana. Me lo tenía merecido.
Sin embargo Viena es una ciudad maravillosa. Auténtica Capital del Barroco, tiene sitios como para pasar tranquilamente 4 días sin parar para aquel al que le guste patear.
El hotel lo había escogido Carmen. Aquel en el que yo me había tirado desde el miércoles no tenía plazas en fín de semana, y Carmen escogió uno muy cerquita de la Catedral de San Esteban.
Viena es una ciudad que puede pasearse sin problemas, a excepción de Schönbrunn, Palacio de verano de la dinastia Habsburgo.
Comenzamos el sábado visitando la Catedral. Ahí vimos que, al día siguiente por la mañana se celebraría la Misa Breve de Mozart con lo que, a malas, eso nos llevaríamos puesto.
La GrabenStrasse, calle peatonal, nos llevaría hacia el Palacio Hofburg, residencia de los Emperadores de Austria. De camino, las Iglesias de San Pedro y la de San Miguel.
El Catolicismo en Austria es la religión predominante. Los restos de santos se muestran en muchas Iglesias. Morboso es lo menos que puedo decir de esta exhibición de restos enjoyados allá donde vayas.
El Palacio Hofburg es una visita ineludible. Ver el protocolo de la Corte Austriaca no desmerece en nada de aquel que observamos en Versalles. Un apartado especial es la figura de Sissi. ¡Qué perjudicial es, en muchas ocasiones, una película si te quieres enterar de la verdad de las cosas! Esta pava, absolutamente transtornada, que siempre fue por libre, se ha convertido en una heroina de no se sabe muy bien qué causa.
Los sábados es día de mercado en Naschmarkt. Naschmarkt es un emplazamiento urbano, lleno de puestos de alimentación y de bares y restaurantes. La sinfonía de colores excita cualquier sentido.
En Viena, como en el resto de Centroeuropa, no se come mal. Platos contundentes, vino o cerveza. Y una repostería sin igual.
Para los modernos que se la pillan con papel de fumar, en Austria hay zonas de fumadores y de no fumadores en bares y restaurantes. Esa Europa adelantada que nos da tantas vueltas en tantas cosas. Queda absolutamente demostrado que para ser avanzado hay muchas veces que no es necesario ser moderno...
Al lado de Naschmarkt, se encuentran las fabulosas casas de Otto Wagner. Pegado, el Teatro de la Opera de Viena. Entramos en la taquilla, por entrar. Preguntamos si había alguna función.
"No, hay el estreno de Hamlet el lunes. Hoy no hay función, solo el último Ensayo General."
"¿Se puede asistir al ensayo?"
"Si lo desean, sí...son 10 €"
Una vendedora proactiva, como veis. No le daba en mi equipo de ventas ni 10 minutos de cortesía...
Teníamos el día completo. El Ensayo era a las 7. Debían de ser las 3. ¿Donde irnos? A tomar la más famosa tarta del mundo en el Sitio donde nació, la tarta Sacher.
El Hotel Sacher está a tres pasos de la Filarmónica de Viena y justo detrás del Teatro Nacional de la Opera. La tarta, riquísima, es una tarta de chocolate con mermelada de melocotón.
Había que bajarla. Es tal la cantidad de sitios interesantes que existen en Viena, que hacer una relación es casi imposible.
Al lado del Ayuntamiento de Viena, muy parecido al de Bruselas, y del teatro Burg, se encuentra el Café Landtmann. El mismo donde Freud se tomaba esas cosas que luego le hacían verlas de colores. Despues de un Gintonic, yo las seguía viendo en blanco y negro ;-)
Era hora de irnos a la Opera. Un Ensayo General, es como el Estreno pero con la orquesta en vaqueros. Y dado que oscurecen el teatro para solo ver el escenario, ni se nota ;-)
Las tres horas de Hamlet se me pasaron en un suspiro. Un montaje no tradicional pero sumamente atractivo.
Habíamos hecho el día. Nos dolían las piernas, pero todavía nos quedaba el domingo...
Lo que disfruté la Misa de Mozart en la Catedral no es facilmente explicable. La acústica de la Catedral es buena, muy buena.
Contrariamente al día anterior, el domingo chispeaba. Sin embargo era muy agradable pasear. Viena, no se puede ver tranquilamente en dos días. Yo creo que, como mínimo, tres completos.
Antes de comer, pasamos delante de la Iglesia de los Capuchinos, donde se encuentra la Cripta Imperial de la Dinastia Habsburgo. La gente está muy perjudicada. La cantidad de mensajes que tiene la tumba de Sissi dan para un estudio sociológico de la tontería humana.
La tumba de Isabel Cristina tenía una postal con una senyera. En Catalán daban las gracias a la "Reina Catalana" (Esta princesa, había nacido en Braunschweig, provincia de Tarragona supongo, y sí que se había casado en Barcelona con el heredero de los Austrias durante la Guerra de Sucesión de 1700. Esto de montarse la historia a la medida de cada uno debe de dar muchas satisfacciones...)
Se nos acababa el fin de semana. La comida en el Café Central nos esperaba. La cantidad y variedad de Cafés en Viena merecería una entrada temática.
Despues de un último paseo por la parte de atrás de la Catedral hasta nuestro hotel nos dirigimos al Aeropuerto. Una vez llegado a Madrid tenía 2 horas para tomar un avión a Brasil. No puedo decir que me diese tiempo para demasiado...
Tenía que tomar un avión a Sao Paulo el domingo a medianoche, pero Viena, en primavera, es un destino absolutamente recomendable.
Había sacado un billete para Carmen gracias a mis cientos de miles de millas de Iberia. La Huelga de pilotos había provocado la cancelación de su vuelo. Sin embargo IBERIA la había acomodado en otro vuelo posterior.
Ella llegó el Viernes por la noche. Yo tenía mucho trabajo pendiente y estuve todo el viernes por la tarde trabajando en el hotel.
Ultimamente tengo demasiado trabajo. No puedo preparar los viajes y salimos un poco al descubrimiento. Debido a que en muchas ocasiones ya conocemos los sitios y salimos simplemente a disfrutar del fin de semana, no es tan importante. Sin embargo, Viena te ofrece tantísimas opciones culturales no accesibles en otros sitios, que es una pena no poder hacer algo por no haberlo previsto.
Me colgué del ordenador buscando un concierto o una ópera. Todo pillado para el fin de semana. Me lo tenía merecido.
Sin embargo Viena es una ciudad maravillosa. Auténtica Capital del Barroco, tiene sitios como para pasar tranquilamente 4 días sin parar para aquel al que le guste patear.
El hotel lo había escogido Carmen. Aquel en el que yo me había tirado desde el miércoles no tenía plazas en fín de semana, y Carmen escogió uno muy cerquita de la Catedral de San Esteban.
Viena es una ciudad que puede pasearse sin problemas, a excepción de Schönbrunn, Palacio de verano de la dinastia Habsburgo.
Comenzamos el sábado visitando la Catedral. Ahí vimos que, al día siguiente por la mañana se celebraría la Misa Breve de Mozart con lo que, a malas, eso nos llevaríamos puesto.
La GrabenStrasse, calle peatonal, nos llevaría hacia el Palacio Hofburg, residencia de los Emperadores de Austria. De camino, las Iglesias de San Pedro y la de San Miguel.
El Catolicismo en Austria es la religión predominante. Los restos de santos se muestran en muchas Iglesias. Morboso es lo menos que puedo decir de esta exhibición de restos enjoyados allá donde vayas.
El Palacio Hofburg es una visita ineludible. Ver el protocolo de la Corte Austriaca no desmerece en nada de aquel que observamos en Versalles. Un apartado especial es la figura de Sissi. ¡Qué perjudicial es, en muchas ocasiones, una película si te quieres enterar de la verdad de las cosas! Esta pava, absolutamente transtornada, que siempre fue por libre, se ha convertido en una heroina de no se sabe muy bien qué causa.
Los sábados es día de mercado en Naschmarkt. Naschmarkt es un emplazamiento urbano, lleno de puestos de alimentación y de bares y restaurantes. La sinfonía de colores excita cualquier sentido.
En Viena, como en el resto de Centroeuropa, no se come mal. Platos contundentes, vino o cerveza. Y una repostería sin igual.
Para los modernos que se la pillan con papel de fumar, en Austria hay zonas de fumadores y de no fumadores en bares y restaurantes. Esa Europa adelantada que nos da tantas vueltas en tantas cosas. Queda absolutamente demostrado que para ser avanzado hay muchas veces que no es necesario ser moderno...
Al lado de Naschmarkt, se encuentran las fabulosas casas de Otto Wagner. Pegado, el Teatro de la Opera de Viena. Entramos en la taquilla, por entrar. Preguntamos si había alguna función.
"No, hay el estreno de Hamlet el lunes. Hoy no hay función, solo el último Ensayo General."
"¿Se puede asistir al ensayo?"
"Si lo desean, sí...son 10 €"
Una vendedora proactiva, como veis. No le daba en mi equipo de ventas ni 10 minutos de cortesía...
Teníamos el día completo. El Ensayo era a las 7. Debían de ser las 3. ¿Donde irnos? A tomar la más famosa tarta del mundo en el Sitio donde nació, la tarta Sacher.
El Hotel Sacher está a tres pasos de la Filarmónica de Viena y justo detrás del Teatro Nacional de la Opera. La tarta, riquísima, es una tarta de chocolate con mermelada de melocotón.
Había que bajarla. Es tal la cantidad de sitios interesantes que existen en Viena, que hacer una relación es casi imposible.
Al lado del Ayuntamiento de Viena, muy parecido al de Bruselas, y del teatro Burg, se encuentra el Café Landtmann. El mismo donde Freud se tomaba esas cosas que luego le hacían verlas de colores. Despues de un Gintonic, yo las seguía viendo en blanco y negro ;-)
Era hora de irnos a la Opera. Un Ensayo General, es como el Estreno pero con la orquesta en vaqueros. Y dado que oscurecen el teatro para solo ver el escenario, ni se nota ;-)
Las tres horas de Hamlet se me pasaron en un suspiro. Un montaje no tradicional pero sumamente atractivo.
Habíamos hecho el día. Nos dolían las piernas, pero todavía nos quedaba el domingo...
Lo que disfruté la Misa de Mozart en la Catedral no es facilmente explicable. La acústica de la Catedral es buena, muy buena.
Contrariamente al día anterior, el domingo chispeaba. Sin embargo era muy agradable pasear. Viena, no se puede ver tranquilamente en dos días. Yo creo que, como mínimo, tres completos.
Antes de comer, pasamos delante de la Iglesia de los Capuchinos, donde se encuentra la Cripta Imperial de la Dinastia Habsburgo. La gente está muy perjudicada. La cantidad de mensajes que tiene la tumba de Sissi dan para un estudio sociológico de la tontería humana.
La tumba de Isabel Cristina tenía una postal con una senyera. En Catalán daban las gracias a la "Reina Catalana" (Esta princesa, había nacido en Braunschweig, provincia de Tarragona supongo, y sí que se había casado en Barcelona con el heredero de los Austrias durante la Guerra de Sucesión de 1700. Esto de montarse la historia a la medida de cada uno debe de dar muchas satisfacciones...)
Se nos acababa el fin de semana. La comida en el Café Central nos esperaba. La cantidad y variedad de Cafés en Viena merecería una entrada temática.
Despues de un último paseo por la parte de atrás de la Catedral hasta nuestro hotel nos dirigimos al Aeropuerto. Una vez llegado a Madrid tenía 2 horas para tomar un avión a Brasil. No puedo decir que me diese tiempo para demasiado...
12 comentarios:
Pues sí que cundió. Un ensayo general creo que puede tener el encanto de aquello que todavía nadie ha visto ¿no? Y ¿no puedo meterme en tu neceser en el próximo viaje?????? besitos
En fin, Winnie...mi neceser es pequeño...
No uso peine, no uso desodorante ni colonia, el jabón lo uso de los hoteles...
Si eres capaz de camuflarte entre las cerdas (Con perdón) del cepillo de dientes...
Como sigas a esta marcha, yo me sé de uno que no va a llegar a los 40, Kikas ;-)
Tomate algo, Fernando, jajajaja
Creo que lo de la ingeniería se te queda pequeño... cada día te veo más como Ian Wright, el presentador de la serie de televisión sobre viajes y aventuras "Lonely Planet"...
Un abrazo
Hae años que la ingenieria se me queda pequeño Javier
Solo me sirve para alimentar a mi familia. Como ves, una bobada, jejeje
Francamente: lo haces para provocar. Más te vale que no te conozca en persona porque la envidia cochina que me asalta en este momento no me dejará hasta que no te haya insultado gravemente por dar tanta envidia al común de los mortales. ¿Hasta ópera por 10 euritos? ¡Eso es un fin de semana aprovechado! Y bien hospedado, comido y bebido, que digo yo que le habrás dado a la biër.
Salu2
En fin, Juan Carlos
Que sepas que tengo buena memoria
Y de una u otra manera, acabarás poniendome cara
Porque habrá algun dia de tapas que ya quedamos en compartir
Porque en Otoño va a caer una semanita de Camino de Santiago desde la frontera de Portugal
Y si te rajas a las dos serás un "cagao"
Solo por alusiones...
No te creas que salir al descubrimiento es algo malo. A veces sale mejor que tanta preparación!! Veo que sigue bonita Viena...
Sí, Fran, porque sales a lo desconocido y muchas veces es muy estimulante
De todos modos, he de reconocer que en la contrareloj del viernes por la noche, eché un vistazo a tus entradas sobre Viena
Y me ayudaron
¡Gracias!
La catedral y el Palacio Hofburg, dos sitios muy interesantes para ver.
¿Has dicho que Sissi era una pava transtornada? En todo caso sería trastornada.
Pero ni aún así estoy de acuerdo, me encantan todas sus películas.
El problema es que Romy Schneider no era Sissi...sino una actriz...
Ahi puede estar el origen de nuestros desencuentros...
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