domingo, 6 de marzo de 2011

MANIAS

Las manías son aquellas conductas repetitivas que no tienen una explicación razonable. El tomarse un Cardhu despues de comer los sábados, es una sana costumbre (Preguntádselo a mi ácido úrico), no una manía. Sin embargo, hay otras costumbres que no pueden confesarse sin rubor.

No soy un marciano, aunque supongo que si le preguntais a Carmen dirá lo contrario sin dudar. Sin embargo, es cierto que todos tenemos algún muerto en el armario.

Estoy seguro que si todos os sinceraseis y me lo comentarais, esta entrada sería infinita. Como no soy tan prepotente, me conformaré con confesaros una mía.

Yo hace 15 años que no compro para mí ni champú, ni gel, ni jabón...

Y os espero a todos con el puñal en la boca dispuestos a hundírmelo al grito de ¡guarro!

Pero no se trata de lo que os pensais. Uno, al que la higiene se la inculcaron en casa de pequeñito, se ducha todos los días. Algún día, pocos, más de una vez, como cuando llego de algún viaje...

Pero hay algo que es superior a mis fuerzas. En cuanto entro en un hotel, un instinto asesino me hace arramblar con cuanto jabón, gel y champú depositan como cortesia en la habitación y los guardo en la maleta. Es más, si el hotel es de un lujo suficiente, las cortesias desaparecen tanto por la mañana como por la noche, ya que las camareras entran varias veces para comprobar que todo está en orden.

Si he de estar varios días en la misma habitación, guardo la pastilla y el bote de champú que esté utilizando, para que no crean que me queda nada y así me los repongan continuamente.


Los que me seguís sabeis que yo no frecuento muchos hoteles....los frecuento todos.

Eso hace que en mis viajes de dos semanas, de hotel en hotel, al final, una parte apreciable del peso de mi equipaje se deba a estas "ammenities"

He de confesarlo. He llegado hasta a coger los jabones y geles del carrito de las limpiadoras que dejaban en el pasillo del hotel.

Por supuesto, ni aun lavando mi abundante cabellera un par de docenas de veces al día soy capaz de procesar tanto champú.

Mi familia no participa de mi conducta de manual de psiquiatra. Cuando viajamos, Carmen ha de estar persiguiéndome porque los jabones desaparecen de la habitación (Es por una buena causa, para que los repongan...)

Todos esos champús y jabones se almacenan (Guardar es otra cosa), en cajas grandes. Actualmente tengo cuatro llenas. Cada vez que utilizo uno, me acuerdo del hotel, del viaje, de lo que me podía haber llevado allí.

Dentro de esos jabones hay clases, por supuesto. No es lo mismo el jabón del Ritz Carlton de Kuala Lumpur o del Windsor House de Bogotá, que el del LakeView de Nanchang, pero ninguno se ha demostrado que atentase contra mi salud de piel y pelo. (Lo del pelo no lo tengo tan claro...)

Sin embargo, esta costumbre sí que se ha mostrado que atentaba contra mi salud familiar. Carmen, harta de las cajas llenas de jabones, el año pasado, una vez que me asignaron la responsabilidad de Latinoamérica otra vez, me lo dejó clarito...O los jabones o ella...

Y uno, que es hombre mononeuronal, en ese momento entendió que ahí se estaba jugando un partido de las grandes ligas...

LLevo un año viajando y luchando contra mi voluntad. Entiendo que esto es como el fumar o el alcohol...algo de lo que uno nunca se cura. Por ahora resisto más mal que bien el dejar los jabones en la habitación cuando la abandono.

Y racionalmente veo que, además, no necesito almacenar mas productos de higiene personal.

Una de las cajas, durante este año, ha disminuido el contenido. Visto lo que me queda, calculo que, en unos 20 años, podré necesitar comprar jabón y champú de nuevo.

Ahí veré si me he curado del todo o no...

19 comentarios:

Unknown dijo...

Acabo de conocer de casualidad tu blog, y me he reido un montón con esta entrada de las manias, especialmente esa de los jabones, me ha llamado la atención porque yo hago jabones (por ahora como aficción) y de verdad que me he reido. También me gustó mucho el relato del viaje a Londres. Lo describes todo tan bien y con un gran sentido del humor, que da la sensación de estar ahí. Saludos. Ana.

Javier dijo...

Mientras tus manías no pasen de los productos de higiene y no te dé por otros productos... A Wynona Ryder le pasaba y le llaman cleptómana.

Un abrazo

Winnie dijo...

jajaja Kikas me ha encantado!!!! Me parto de risa imaginándote como el terror de los hoteles.
"Ya llega ese que se nos lleva los productos del carrito" dirían las camareras del hotel..jaja
Yo debo reconocer que soy fiel a marca de gel y champu....pero es que ¡no viajo tanto! jaja si no sería como KIKAS jaja
Besos y buenos días

Santiago Ríos dijo...

Qué sana manía tenías y qué poder el de Carmen al cercenártela¡¡¡¡
Muy buen relato. Me he reido un buen rato

Kikas dijo...

Jejej, gracias Ana
Bueno, acabo de entrar en tu rincón, y me parece que no voy a poder visitarlo a menudo...a los ludópatas no les dejan entrar en los casinos
;-)
Nos leemos

Kikas dijo...

Javier, como dice mi hija..."Todo legal"
Mi manía no llega a la cleptomanía. Nunca me llevé los albornoces (Y algunos merecían la pena)
;-)
Eso sí, conozco a uno que se llevó la Tele de la Habitación, jejeje
¡No era yo!

Kikas dijo...

Jejej, Winnie...
Me imagino algunos comentarios de las camareras acerca de mí...
Pero lo que deben de ver esas mujeres... Lo mío un juego de niños

Kikas dijo...

Más que sana manía, Santiago, Manía "higiénica"
Las mujeres el poder lo tienen de hecho, lo reconozcamos o no. Yo, que soy Ingeniero y, como tal, alguien presupuso que inteligente, lo reconozco sin dudar, no sea que me encuentre con lo que no deseo, jejeej

Gonzalo GY dijo...

Siempre puedes cambiar y aprovechar tus visitas hoteleras para dejar de comprar teléfonos de mesilla, televisores o perchas...

Juan Carlos dijo...

¡Oye! ¡Que te entiendo! ¡que yo también arramplo con los jaboncillos hoteleros! Claro que, al no viajar tanto no se me acumulan en demasía pero no hay sitio donde vaya que mi neceser (seré antiguo pero me lo dieron en Iberia y viene con hilo, aguja, máscara de dormir, etc. y le tengo cariño) no lleve jabones del hotel anterior. Y viene bien si caes en alguna posada del peine donde sólo te ponen papel higiénico y eso con suerte.
Salu2 jcysusfotos.blogspot.com

Kikas dijo...

Gonzalo...como le decía a Javier....¡Todo legal!
Lo de las perchas no creas que no se me ha ocurrido, pero como ahora las hacen sin gancho para que no te las lleves, no es muy práctico
;-)
Aquí todo el mundo metiéndome caña cuando yo, siguiendo los preceptos de la Junta de Andalucía respecto a los ERES, me empeño en la virtud de la transparencia.
¡Ya me gustaría saber intimidades vuestras!
Gonzalo, espero que entiendas...lo de la JA (Y nunca mejor dicho lo de Ja por el cachondeo)...era por joder. Espero disculpes
;-)

Kikas dijo...

Bien, bien, Juan Carlos, por fin escribe una persona normal, pecador y cleptómano de andar por casa, y no como todos los demás, virtuosos mentirosos, jejeje
Por cierto, un neceser de IBERIA como el que nombras, amerita haber pagado un billete business...
¡Qué calladito te lo tenías!

Anónimo dijo...

Joder, tacaño hasta el infinito y además lo confiesa. Increible

¿Cuantas veces os invitó a algo este individuo?

Kikas dijo...

Anónimo..."cree el ladrón..."
Por si eres nuevo, este es un rincón donde nos solemos tomar todos las cosas serias con un poco de coña, menos cuando no...no sé si está claro.
O sea, que escribir para que nos riamos de nosotros mismos, entra dentro del guión
Si de lo escrito aquí te quedas con que soy tacaño, jejeje, te puedo recomendar unas lecturas menos complejas intelectualmente, aptas para todos los públicos...
A ver, lo diré claramente, la pasta acá no tiene ninguna importancia (No sé si habrás podido entender esta frase. Incorporaba una negación)
;-)

Fernando Solera dijo...

Tras leer este artículo no me queda ninguna duda: eres español.

Puede sonar muy escueta la respuesta, pero es que creo que llevamos algo en el ADN que nos hacer ser tan...

Kikas dijo...

Jejeje, Fernando, ¿Por qué? ¿Por contar un pecadillo?
Oye, que aunque me tenga que morder los codos, ya no lo hago, jejeej
Si yo te contara miserias de gente de otros paises créeme, alucinarias. En serio, si no gritásemos tanto, tenemos un pase...

Fran Soler dijo...

Pues otro más que se adhiere al "club de los jabones repuestos". Yo cada noche los guardo bien para que me los repongan al día siguiente. Y no es manía, es obligación, que bien que se gasta uno una pasta en hoteles....
Bueno kikas, ya hay algo más que tenemos en común.
Saludos.

Kikas dijo...

O sea, Fran, que lo tuyo no es un instinto depredador y asesino, sino un acto consciente y volitivo.
Pues no, no tenemos nada que ver, por lo menos en este aspecto.
Ten cuidado, que en la blogosfera nos vigilan...
Me parece que eres un poco tacaño.
jejeje
;-)

Mela dijo...

La verdad es que esta manía no me parece preocupante... me parece una manía con mucha lógica
Los jabones, champús y geles se retiran de la habitación una vez el huésped se marcha
Por tanto, es una buena idea que el huésped se los lleve... creo que la pondré en práctica ;-)
Seguro que cuando se acaben tus cajas vuelves a arramblar con instinto asesino ;-)
Un beso