viernes, 9 de mayo de 2008

Y TODAVIA HAY QUIEN PAGA POR HACER PILATES

Desde que nos habíamos visto en La Habana, mi amigo, que todavía no cliente, Jorge Ariel y yo, teníamos unas cervecitas pendientes. Digo que todavía no cliente porque estoy detrás de ello y, honestamente, lo estoy haciendo bien o sea que, apuesto a que en breve plazo va a pasar a esta categoría tambien. Le estoy dando respuesta adecuada a sus temas técnicos, le estoy proponiendo soluciones asumibles a temas logísticos, creo que confían en mí como profesional, en fin, trasladar la idea a alguien de que sus problemas tienen solución es lo que yo llamo trabajar bien. Si además nos reimos juntos, mucho mejor.

Jorge Ariel trabaja en Venezuela en proyectos de Telecomunicaciones. Desde que coincidimos en La Habana hubo una conexión muy buena.

El día en que nos conocimos en La Habana, la Jefa allí de Jorge Ariel le tuvo que llamar la atención de las voces que nos estábamos dando. "¿No le estarás faltando a Juan Arturo?", Es un tio vehemente y me encanta que defienda sus posiciones con intensidad. Eso hace que mi voz, mucho más fuerte que la suya, no quede como que está faltando al respeto.

El martes nada más llegar a Caracas le llamé y quedamos sin hora para hablarnos al día siguiente.

-Bueno Jorge Ariel, ¿Donde me llevas esta noche?

-Hermano, no lo sé. Lo que es cierto es que te interesa que vaya con mi jefe.

-Jorge, estos son unas copas, ¿es enrollado?, y no te olvides que estás hablando conmigo, no con tu jefe, o sea, a papi con mentirijillas no, ¿Vale?

-De verdad, compadre, que no se donde ir

-Pues preguntale a tu jefe que él sabrá

-Vale hermano, ¿Llamo a Pedro tambien? (Pedro es el Ingeniero que lleva el proyecto en el que estamos trabajando actualmente)

-Claro, pero me tienes que llevar a un sitio fetén

Hay veces en las que salir son un cliente es una auténtica obligación. No en este caso, creedme y, además, las copas no las pago yo ;-) , jauja, vamos.

A las 10 nos vinieron a buscar los tres cubanos a mi compañero Gregorio y a mi. Les dijimos que en Caracas saliamos poco por el tema de la tremenda inseguridad, con lo que no conocíamos nada. Felipe, en efecto, demostró que él si sabía donde ir (Y Jorge Ariel, y Pedro....vamos un cubano sin saber donde bailar...nunca hubiese tragado)
A la entrada nos cachearon como en los Aeropuertos. Yo pregunté si nos íbamos a montar en un avión, pero parece ser que la inseguridad crónica de Caracas hace necesario esto. Sin embargo, cachear a las mujeres allí, con los trapos minúsculos que llevaban...me parecia un acto de pura lascivia.

Felipe nos metió en un antro de salsa que era como un campo de futbol. Carmen al Caribe me deja ir sin problemas. Sabe que tengo la misma gracia bailando que el palo de una escoba. Por lo que ví, allí ligar si no bailas....pues eso. Carmen vivió en Venezuela un año. Eso hace que mueva las caderas muy dignamente en una pista. Yo...las caderas...buff...solo me saldria un relato para mayores si cuento el único sitio donde las puedo mover con cierta soltura, que tampoco es demasiada...así que lo dejo.

Eso era una locura. Menudos movimientos, ¡qué ejercicio!

Ahí me enteré lo que es la Salsa Casino, que es la salsa que se baila en Cuba y que, en resumidas cuentas, consiste en que la mujer da las vueltas al revés que en el resto del Caribe (Una diferencia que por supuesto, hacia lustros que yo ya me había dado cuenta). Los cubanos se lamentaban de este hecho pues sus posibilidades de lucimiento menguaban.

De todos modos, de lo que me he apercibido es que ahí la gente, cuando perrea, como dicen ellos, es por puro gusto. Los cubanos decían, "bailamos hebilla con hebilla". ¡Joder! sería incapaz de aguantar la boca de una loba a un cm durante dos minutos y no desmayarme de la impresión. Ellos no. Y despues de esto, las tías, que aguantan el tirón o incluso lo provocan, se van a su casa solas...increible.

Bueno, pedimos unas botellas de ron. La noche fue fabulosa. Por supuesto no me levanté de la silla. Los Cubanos sí, como se ve a Jorge Ariel intentando que la mujer de vueltas al revés (Como conducir en Inglaterra, vamos)

Lo mejor de todo es que el jefe de Jorge Ariel resultó un tío estupendo. Nos reimos, hablamos, y profundizamos en el negocio sin dejar de divertirnos. Al acabar la noche, me di cuenta de que había sido redonda, divertida y provechosa.

El ejercicio ímprobo que se hace bailando, me lleva a preguntar...en este país de culto a la belleza ¿quién coño paga para ir a un Gimnasio?

6 comentarios:

Mela dijo...

Hola Kikas... estás muy sonriente en la foto... y parece que haya puntitos brillantes como estrellas.
Yo sí que pagaría por ir a un gimnasio... no me gusta el baile

Kikas dijo...

A mi tampoco....por eso hago barra fija...

Mela dijo...

En los gimnasios también hay barra fija... y gente que hace increíbles y preciosos ejercicios sobre ella

Kikas dijo...

Ahhhhh, ¿pero estábamos hablando de gimnasios?

Mela dijo...

Estábamos hablando de barras... tú, de la barra de un bar... y yo, de la barra de un gimnasio

Kikas dijo...

Verás como salga alguien hablando de barras americanas, en el lío en el que me meten....