¡Qué guapos estamos todos....20 años despues!

Y es que las cosas que nos pasan...no solo nos pasan a miles de kms de distancia. El sábado fue la fiesta del Colegio Mayor. Una de esas ocasiones en las que Carmen me da permiso para, sin hora, volver en el estado que pueda (siempre...por supuesto, que no conduzca yo)

El Marqués es mi chofer privado. Jamás nadie habrá tenido un chofer más aparente. Menudos modales británicos. Mi amistad con el Marqués es la prueba irrefutable de que Dios existe. ¿cómo sino es posible que dos personas tan diferentes puedan congeniar? El tío más estirado, de modales más impolutos y siempre vestido como un dandy a mi lado que, en cuanto no existe imperativo legal...doy rienda suelta al chico de pueblo que siempre fui (Primitivo me llama el cabrón)

En la fiesta, por supuesto, bebimos Gin-Tonic, de Schweppes, por cierto. Ya no ponen Gordons y a mi me jode la Beefeater...demasiado aromática. Nos debimos de beber toda la producción de quinina necesaria para hacer 100 o 200 copas. Ahí estaban todos, y no los nombraré para no dejarme a ninguno...pero faltaba Quintanone. Así que el Mono, brillante broker, se ofreció a organizar hoy una comida a la que asistimos, de riguroso Romano (Corbata de Hermes, camisas discretas y trajes oscuros) el Mono, el Yogui, Quintanone, el Marqués (Este con corbata con la bandera de España, que le ven en mi pueblo y directamente va al pilón por pijo) Paco Pollas, el hijoputa el único que iba con un polo, porque...por supuesto...nadie sabe a lo que se dedica pero...le sienta bien, y yo.

Menudos apodos para un director General, un Controller, un Director de exportación, un secretario de Colegio profesional, un reconocido broker y un ...bueno, y un vividor.

Nos lo hemos pasado de puta madre, riéndonos de las mismas chorradas que hace 20 años. Hemos contado cosas que habían sido selladas entonces como secretos inconfesables pero que hemos decidido que, que nos detengan por robar un jamón en el Pryca ya no es motivo de verguenza sino de cachondeo. Hemos hablado de las novias impresentables de mi vecino de habitación que, ahora que está reciente y felizmente casado, no puedo nombrar. Todos sabrán quien es cuando digamos no que fue mi vecino, sino que ahora está tan gordo el cabrón que no se le puede rodear de un abrazo. Y...por supuesto...de las disfunciones eréctiles....que ya vamos teniendo una edad.

Los vecinos de mesa miraban con curiosidad a tanto ejecutivo agresivo con pinta de solo saber cortar cabezas, riéndose a pecho partido en un restaurante que solo al Marqués se le podía haber ocurrido.

Y yo pienso...despues de lo que nos costaron nuestras carreras (A Paco más que a los demás, para qué decir lo contrario), y el incierto porvenir que todos nos aseguraban....no nos ha ido mal del todo en la vida...bueno, a Paco le ha ido de puta madre, ¡Qué cojones!