UN PECADO MORTAL EN LUGO

Porque no es la primera vez ni será la última que vaya a Lugo. Para los que no lo conozcais, no creo que haya en España sitio más barato para tomar vinos. En Linares las tapas son más contundentes, pero aquí no se quedan atrás.

Ibamos a visitar a JA que estaba de campamento en Quiroga. El año pasado nos habíamos quedado en una casa rural. Este, nos apetecía pegarnos un homenaje continuo. Y el balneario de Lugo nos parecía una opción estupenda.

Edificado encima de las antiguas Termas Romanas, se encuentra en un enclave privilegiado, en la Ribera del Miño. Los días que encargamos tampoco estaba mal. Habíamos quedado con los Chonflis, y dudamos en el tratamiento a recibir. Carmen prefería el programa Antiestress, los demás el "Puesta en forma". ¿La diferencia? El masaje de 45 minutos que me dejó nuevo y es que a Carmen, despues de un magreo curioso en Tunez, eso de los masajes con gente sin confianza no le vuelven loca.

Pero la logramos convencer, y entre el chorro y la ducha circular, las tumbonas de calor seco, la Sauna húmeda y la seca, las duchas de contrastes, el Jacuzzi, la piscina termal y el masaje final, pedí precio a una inmobiliaria para quedarme a vivir allí.

Una cervecita mirando al Miño haciendo acto de contrición para confesarme, porque eso...eso debe de ser pecado.

Nos dió la hora de comer, y Carmen tenía un antojo de esas cosas con patas que chupas. La mejor mariscada de Lugo nos habían dicho que era en el Campos, y una vez que estábamos en pecado mortal, casi mejor aprovecharlo. Siempre he pensado que ya que vas al Infierno, mejor por algo que realmente merezca la pena, ¿no os parece?

La sentada que nos metimos es para acordarse unos cuantos años. Barato, barato..no fue..pero hay gente que paga más por una entrada de futbol...y todavía puede perder su equipo.

Decir que las ostras estaban vivas es una constatación absurda. Decir que estaban exquisitas, no, lo mismo que las almejas de Carril.

No he visto muchas centollas tan llenas y sabrosas, las vieiras...deliciosas, las cigalas y carabineros...y un Terras Gaudas a su temperatura justa.

El arroz con leche, con partículas levitadoras, y un buen café con un Cardhu para desengrasar me hicieron ver la vida de otro color (Y tambien me hicieron pensar en el discurso en el confesionario para que no se cebe conmigo la S. M. Iglesia)

Había que bajarlo. Lugo tiene un casco antiguo circundado por una muralla en un estado perfecto. Es cierto que en algunas partes aledañas se nota absolutamente el descuido y la dejadez, pero son las menos. Pasear por el centro de Lugo es cómodo y agradable. El Centro de Interpretación de la Muralla merece absolutamente la pena, así como la casa de los mosaicos. La Catedral y el Ayuntamiento en la Plaza Mayor, y un paseo por lo alto de la muralla.

En un bar Carmen pidió algo dulce, y el patán del camarero le contestó que "él". Mi ceja levantada a lo Carlos Sobera (Y la manera como observó que cogía una silla para transformarla en arma arrojadiza) le hizo disculparse. (Eso sí, a Carmen le levantó la autoestima para todo el fin de semana, jejeje)

Lugo, como Vitoria, es una ciudad de esas en las que ves pasar la vida a cámara lenta. Creo que podría vivir allí...aunque con lo polvorilla que soy, no sé si mucho tiempo

;-)