EL GIN TONIC

Soy lo que se puede denominar sin rubor...un clásico. A la hora de disfrutar una copa, si lo que quiero es degustar relajadamente, con un libro o escuchando música, no me puede faltar un 1866 o los incomparables matices de un Cardenal Mendoza.

En cuanto a los whiskies, Cardhu o The Balvenie Double Wood, si lo que quiero es un Malta puro. Si lo que deseo es un blend, no hay nada como la suavidad de un Chivas Regal 12 años.

Por supuesto, estos licores los tomo sin hielo y, a ser posible, en copa grande. Generalmente no faltará en casa nada de lo anterior si os presentais de improviso. (Y si me da la gana ofrecéroslo, que para que los invitados mezclen con Coca Cola siempre tengo Ballantines)

El único combinado que tomo desde hace más de 30 años es Gin Tonic. Todos tenemos nuestras manías y yo me he acostumbrado a tomarlo con 3 hielos secos, Gordons, Tónica Schweppes, y una corteza de limón pasada por el borde del vaso (éste bajo y ancho). El Gin Tonic lo tomo cuando quiero refrescarme o cuando sé que van a caer varios. Sus propiedades diuréticas y laxantes son más que notables, y os aseguro que sé de lo que hablo.

De la cofradia del Gin Tonic somos el Marqués, siempre con pepino, el Yogui, Quintanone, el Peke, 23...en fín, unos chavales en la flor de la vida. El mejor Gin Tonic que me he tomado en la vida, por supuesto, el de Antonio Mourelos en el Cisneros, quien lo hacía con dedicación y la proporción, siempre, absolutamente exacta.

Estaba hace quince años en una boda. Todo el mundo se metía unas guarradas potentes al cuerpo. Recuerdo con quien me encontraba. Al pedir un Gin Tonic de Gordons, con tónica Schweppes, uno de ellos me miró y me dijo, "Kikás, eres un clásico", en el sentido más peyorativo del término. He de reconocer que le miré sin saber muy bien qué contestar.

Que los tiempos estaban cambiando me di cuenta hará un par de años. Me encontraba en viaje de trabajo. Había quedado a cenar con un compañero de Colegio que vivía allí (de esos que siempre pedían Ron con Coca Cola). A la hora de las copas pedí...lo de siempre. Me exclamó "¡No tienes ni puta idea!" Y apareció el camarero, quien despues de enunciar catorce ginebras diferentes, nos sirvió una Martin Miller's con Schweppes (Los tiempos estaban empezando a cambiar, no habían cambiado del todo), y unas semillas de nuez asiática de las selvas indonesias que, ralladas, he de reconocer que le daban un gusto rico. El siguiente fue con Nuez Moscada que es la última variación que he introducido a mis Gin Tonics...."de siempre".

Efectivamente, el Gin-Tonic se había comenzado a poner de moda y, a los clásicos, no nos iba a quedar más remedio que aguantar el tirón.

O sea que podeis daros por jodidos. Los pijos acaban de descubrir el Gin-Tonic y nos van a dar el coñazo durante un tiempo hasta que algún tonto, más listo que los demás, se le ocurra otra bobada y la manada salga en tropel.

Los sitios especializados en Gin-Tonic, crecen como setas en los antros pijos de cualquier ciudad. Si pides un Gin-Tonic, te saldrá un camarero que te preguntará por tus gustos, tu grupo sanguineo, tu partida de nacimiento, cuando hiciste la primera comunión, tu handicap golfístico, tu nivel de plaquetas y decidirá que te gusta una tónica con una burbuja amplia, con equilibrio entre el amargor de la quinina y el sabor a cítrico y un gusto levemente tanino, una Fentimans por ejemplo, maridando con una Ginebra Premium, tipo London Dry, de 41,5º, con retrogusto a enebro, Mombasa Club, sin ir más lejos. A todo esto, casi mejor que no digas nada, no vaya a quedar meridianamente claro que no sabes de lo que hablas.

Desde que Ferrá Adriá dijo que la mejor tónica para el Gin Tonic era la Fever Tree, el 50% de las exportaciones de está tónica para todo el mundo se mandan a España. No sé si Adria es muy listo y pone el cazo, o los demás muy tontos, pero si es esto último (Casi seguro), los directivos de Fever Tree tienen que estar alucinando intentando replicar su negocio fuera de España sin resultado, desconociendo, por supuesto, que es que aquí la gente ve demasiado Tele5 (Por cierto, está tónica os he de confesar, a mí no me sabe a nada. Pero ya sabeis que soy ganado).

A mí que las cosas se pongan de moda no me molesta. Que los tontos encarezcan el producto, sí. Pero lo que me jode realmente es que además, esos tontos del culo, se permitan mirarme por encima del hombro cuando tomas tu sabor de siempre, y no su último descubrimiento de hace tres semanas, que les va a durar otras tres y del cual, por cierto, son incapaces de diferenciar una 1724 con Bayswater de una MG con Nordic Mist, a nada que les cambies el limón por pepino.

Mi amigo Yogui dice que ahora te ponen unos Gin-Tonics que parecen una sopa Minestrone. Esta moda, os lo aseguro, desaparecerá y nos dejarán a los cuatro pirados de siempre pidiendo nuestros Gin-Tonics de siempre, sin tener al lado a un listillo a la moda, pensando en voz alta que no deberían dejar salir a los pringados a tomar copas, que no tienen ni puta idea y deslucen el ambiente.