Os había contado como, Carmen y yo, habíamos hecho un viaje relámpago a Xi'An, porque mis socios chinos querían agasajarnos al día siguiente. Los chinos son así. Cuando estaba de trabajo con ellos preparando alguna oferta o sin tener invitados, no hubo día que no comiésemos chino rápido en bandejas que nos traían a la oficina. Lo recuerdo, no con agrado.
Sin embargo venía Carmen. Ellos querían demostrarle que me apreciaban, y qué mejor, que organizar un auténtico despliegue.
El Propietario de la compañía china era un hombre un tanto misterioso. Habiendo nacido y pasado su infancia en San Francisco, era incapaz de hablar una palabra de inglés. Aunque lo entendía más de lo que hacía creer. Siempre hablaba conmigo a través de Jin Shin, cuyo inglés era excelente. No compartíamos muchas veladas. El se dedicaba a los acuerdos entre bastidores. Acuerdos de los que yo nunca estaba al corriente, ni falta que me hacía. Bastante tenía con mi trabajo.
Ojo, no os vayais a pensar nada raro (o más común de lo que pueda parecer ;-) ). Estos acuerdos tienen que ver con el "Guanxi", las relaciones personales que son imprescindibles para hacer negocios en China.
Entre nosotros las cosas estaban claras, pero ellos querían demostrar su aprecio halagando a mi mujer, y lo consiguieron.
Me comentaron que querían brindar a Carmen una noche tipicamente Pekinesa. Que nos mandarían un coche a recogernos. En cuanto apareció el carro, creí morirme. Un "haiga" de torero, de esos que, en el morro del coche debían de poner un cartel, "esperen un par de horas que ahora llega el conductor". Dentro, cualquier lujo que os podais imaginar.
El chófer, el Sr. Shu, el conductor que habitualmente me llevaba y traía nos dejó en el restaurante más famoso de Pekín. El Qianmen Quanjude Kaoya Dian, al sur de la Plaza de Tian'Anmen, fundado en el año 1864. Este es un restaurante estatal, especializado en Pato Laqueado.
No os he dicho que, el Pato Laqueado, es uno de mis platos preferidos. A mí me gusta más el Pato del Restaurante del Hotel Ziyu, sitio que no es muy conocido fuera de los ambientes chinos, pero el del Quanjude la verdad es que no está mal.
Cuando nos bajamos del coche, nos encontramos en lo que Carmen definió como "un bingo". Un local enooooorme, lleno de gente, de gritos, con luces de colores al igual que una verbena, superanimado.
Como cualquier restaurante Chino, tenía la parte común y los reservados. Carmen, todavía no había ido a una comida china con chinos. No sabía lo que se iba a encontrar. Nos comenzaron a meter por pasillos y escaleras arriba y abajo, un verdadero laberinto, hasta que llegamos a una puerta cerrada. (Nunca hubiéramos podido encontrar la salida de emergencia en un incendio ;-) )Al abrir ésta, como en una película de la mafia, ahí estaba, Yin Jiang, sentado al fondo de la sala, todo dignidad. Se levantó para saludarnos al vernos entrar. Carmen estaba alucinada del escenario. La sala ya era otra cosa, no un bingo.
Nos agasajaron de manera palpable. El menú fue enorme. Eramos 5 personas. Si la norma estandar indica que hay que pedir un plato por comensal y uno más, aquí parecía que fuésemos a comer el doble de personas. Con Yin Jiang estaban mis dos compañeros de andanzas, Li Peng y Jin Shi.
Ellos querían que notásemos su calor y lo consiguieron. Yo creo que no he vuelto a tener una comida como aquella con mis socios. Hay veces que, entre nosotros, no es necesario según qué demostraciones, nuestras referencias son otras, pero solo falta que venga alguien para que la amistad se demuestre haciéndote quedar bien.
Los del restaurante nos hicieron entrega de un diploma en el que se atestiguaba que nos acabábamos de comer el pato doscientos y pico millones desde que abrieron el restaurante, diploma que no sé por donde anda, pero que Carmen guardó con cariño (Con demasiado cariño, pienso yo, ya que no aparece por ningún sitio). (Sí Jevy, este es tambien un restaurante frecuentado por más de un turista, antes de que lo digas)
A Carmen ya le expliqué que este despliegue, con ellos solos que no con clientes, era totalmente inusual. No sé si se lo acabó de llegar a creer. A partir de entonces, ¿me veia igual cada vez que cogía el 747 de Lufthansa vía Frankfurt?
16 comentarios:
"La relevancia social de una persona se mide por la manera en que sus amigos, conocidos y asociados le agasajan en privado".
No lo he leído en ningún sitio asi que si no ha registrado nadie la frase, me la atribuyo. Ya me podéis citar.
Yo te citaría esta noche a las 9 a tomar unas cañas....no sé si te refieres a eso porque, al haberlo hecho público....¿quiere decir que pierdo mi relevancia social?
O sea...que no lo entiendo muy bien
De todos modos, y dado que Chonfli trabaja en patentes, la próxima vez que le vea le pregunto, de tu parte, cuanto te cuesta registrarla, porque sino....se siente...
Voy a hacer una fiesta.
Por fin tenemos Portugal. Acabo de comer unas codornices regadas con vino de Oporto y desde allí entran en Dakipalla.
¿Casualidad?.
No creo en casualidades.
Estaba escribiendo: "Os lo juro que no lo entiendo lo que me cuesta dormir..." y de repente entra Noruega.
¿Casualidad?. ¿Dónde estaban estas casualidades que me han traído Brasil, Portugal y Noruega esta semana cuando las necesitaba?
¿Y que fue de las promesas de mis compañeras?
Entonces, Kikás, ¿cuando lleguemos a cincuenta países me invitas a pato laqueado?. Yo lo digo más que nada, para que quedes bien.
¡Qué bien vives, 23! Codornices, entiendo que de Los Montes, convenientemente congeladas.
¡Qué mala es la envidia!
De todos modos, Brasil ya había entrado en su día, no así Noruega ni los primos del Innombrable (Debemos ir por 33, o así)
Me fastidia que me tomes por Chino, ya que lo que digo es que ellos quedan bien así, no yo, pero no rehuyo el lance y, estaré encantado de invitarte a un Pato Laqueado, eso sí, como cojas un tenedor te fustigo con los palillos.
Y no te escudarás en tu absentismo viajero, que te conozco y quieres que te invite en el Okura de Amsterdam, y lamento decirte que la leche, ahí, se la darán a otro o cuando decidamos tomar Japonés, que Japón y China, a día de hoy, y en los últimos 5.000 años, no es lo mismo. (Te creias que no sé por donde ibas)
Mi invitación tendrá lugar en un chino cerca de mi casa, donde hacen un pato laqueado más que aceptable. Y no te entren los siete males ante la higiene de los chinos españoles. Nunca entré en la cocina pero, sabes donde vivo, la cuenta es acorde con la localización, y menudos son los pijos de mis conciudadanos para que el negocio no esté en condiciones. Les denuncian a la Espe.
O sea que ya sabes, si conseguimos esos 16 ó 17, en tu próxima visita a las Españas nos tomamos las copas luego en mi casa (Y si no, tambien, pero la comida cada uno se paga lo suyo, que todos nos vamos haciendo flamencos ;-) )
Hablando de distinguir chinos de japoneses: en aquel restaurante de Amsterdam (encarecidamente recomiendo la Brasserie del restaurante Veranda en Amstelveenseweg, 764 en Amsterdam o su terraza en un buen dia de verano) en el que, por empeñarte en pagar, aguantaste como un sólo hombre un sablazo de quitar el hipo, cenaba yo en una ocasión con mi mujer cuando observamos que a nuestro lado había un oriental de avanzada edad, discreta pero elegantemente vestido. Discutíamos mi mujer y yo sobre el origen de nuestro vecino de mesa: yo decía que japonés, ella decía que por supuesto que no, que era indonesio, que en Holanda hay muchos y que, por ello, los reconoce de inmediato. Como parece que no me canso de perder apuestas (quiero decir, con el fin de resolver la cuestión) me dirigí a él en inglés y le dije que mi mujer y yo discutíamos sobre su nacionalidad, y que yo pensaba que era japonés. Al verse confundido con un japonés se le transfiguró la cara, pero muy digno, se irguió disimulando su disgusto. Nos contestó en perfecto holandés que era de origen indonesio y que no le hacía especial gracia que le confundieran con un japonés. Mi mujer me explicó que muchos indonesios habían sido hechos prisioneros y torturados por los japoneses en la Segunda Guerra Mundial.
Pero a tí es difícil que te confunda a con un mandarín (porque los chinos no usan boina ni son narigudos) ni tampoco que confunda los restaurantes Yamazato y Sazanka del hotel Okura con un restaurante chino. Hasta ahí llego. La diferencia es que en los restaurantes tepanyaki te cocinan la comida delante de tus narices y así sabes, más o menos, lo que te vas a comer. En la cocina del restaurante chino no puedes mirar, lo que no deja de tener sus ventajas, porque ojos que no ven...
Eso sí, que nadie entienda de esto que desprecio la comida china. De hecho, la mejor comida que he trasegado a mis tripas en mi vida fue en una boda entre dos amigos americanos, la familia de ella originaria de Hongkong. Deliciosa comida china después de una ceremonia católica con la novia vestida de rojo conforme a la tradición china. A la salida de dicha ceremonia, en lugar de tirar arroz, nos esperaba un enorme dragón en cuya boca introdujimos sobrecitos rojos con nuestros mejores deseos para los novios.
Está claro que en todas la cocinas hay buenos y malos restauradores. Pero si pretendes que coma toda la familia por veinte euros y que además de llenarte el estómago, te den comida de calidad, servida con una sonrisa y que te traten con respeto pues lo tienes difícil. A no ser, claro está, que vayas a un restaurante chino "take away" (esto es inglés, no chino mandarín) donde todo es posible. Porque las sonrisas de MacDonalds o Burger King se ve que se gastan todas en los anuncios televisivos.
No le pedí el carnet a las codornices pero me da que de los montes de Toledo, nada de nada. Las codornices salvajes son ya casi imposibles de encontrar (cazarlas con reclamo y red era el pasatiempo favorito de mi abuelo) así que seguramente que serían de alguna granja en las Ardenas porque no encontré resto alguno de plomo entre sus tiernas carnes.
Haré lo que pueda con los palillos. A ver si entreno un poco con el "aloz con malisco" que voy a preparar esta noche.
23, consejo práctico. Cuando veas a un asiático, no sepas de donde es y se lo quieras preguntar, nunca, nunca le preguntes si es japonés...Corres el riesgo de que te manden a la mierda si te equivocas, que han hecho mucho daño por esa zona, créeme, y no hace tanto. Quien más quién menos tiene una abuela que no lo pasó bien con ellos. (China, Tailandia, Malasia, Singapur, Filipinas, en fin, no lo hagas)
Por otra parte, el problema de los tepanyakis es que hace mucho calor, que tener la plancha en las narices, es lo que pasa.
Ojo, que no sé si me has malinterpretado. Por mi zona lo único que cuesta menos de 20 € es el Mc Donnalds, colega, que ese Chino tiene tarifa Europea, de Brabante, o por ahí.
¿Y tu le llamas a los musselons marisco?
¡Y entró Canadá! (Que creo que no lo teníamos), con lo que debemos de tener 34
Y eso que el contador está bastante desmejorado, que creo que me ha tangado unas 1500 ;-)
Dios mío como has mejorado!!!
Que bien te sientan los años.
No te creas, espero que anónima.(Aunque la Ley de Matrimonios Homosexuales de Zapatero me haga andar con pies de plomo en este deseo)
De coco, cada vez estoy peor
Y también Austria. Aunque no sabemos qué es lo que estaba buscando. Probablemente es una de mis compañeras cuyo novio es austríaco.
Un austríaco felice, si se me permite el comentario porque la compañerita es bien guapa.
Y van treinta y cinco, por ahí mismo te la entocho.
Espero que lleves bien la cuenta y que el novio de tu am iguita sepa castellano; o mejor...que no sepa, no vaya a dudar acerca de nuestra estabilidad mental
¿Nicaragua? ¿36?
23, a un usufructuario alicuoto de los beneficios publicitarios de este, nuestro blog, se le exige algo más de trabajo en la empresa común, si quieres que en algún momento te pague una comida por algo real y no porque nos de la gana homenajearnos.
Has de actualizar la lista de países. En este momento creo que Bolivia ya pertenecía a la gozosa comunidad de nuestros elctores.
¡Anda, confírmalo y trabaja un poquito!
Pato laqueado... uno de tus platos favoritos
Bueno, la verdad es que nunca he comido pato
Kikas... te deseo un feliz día de San Valentín comiendo o cenando pato laqueado ;-)
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