Os hago llegar una nueva colaboración para la Revista ""ENTROPIA" dentro de mi sección, "De Aeropuertos y Calorias"
Espero que os guste
A lo largo de los años que llevo viajando, generalmente por obligación, he tenido que observar multitud de costumbres diferentes. No es lo mismo visitar un país por el placer de visitarlo, que tener que intentar cerrar un negocio. Sin embargo, en ambos casos, sobre todo en países que no son de nuestro entorno, es complicado llegar a captar realmente lo que no está preparado simplemente para turistas. Si no se tiene un amigo o conocido, alejarte diez metros del recorrido preparado para los guiris no asegura que encuentres la autenticidad que algunos buscamos. (Otros, lo único que buscan es encontrar lo que aparece en la guía que tienen en la mano)
Si los países son realmente diferentes, no acostumbrados al turista o tienen dificultades de comunicación en el Inglés de batalla, ni te cuento.
Algo que generalmente no me ha ido mal en Latinoamérica, donde la inexistente barrera del idioma ayuda, es alejarme esas dos manzanas de la ruta preparada en todas las guías que suele ser la misma en un 90%. De este modo he dado con personas, con las que fumar un cigarro tranquilo y hablar de su vida y de la mía con una cerveza por medio. He de decir que estos encuentros no se me dan mal. No apabullo, pero tampoco voy de colega. Un poquito de educación, un poquito de curiosidad y un poquito de saber relacionarse….mucho mejor que la mejor vista desde un mirador.
Pero en todos esos sitios más remotos, aquellos que todavía no viven del turismo aunque sean paraísos en la tierra, ahí necesitas, o bien tiempo, y cuando digo tiempo estoy diciendo tiempo como para fundirte con el paisaje, o personas conocidas. Y para conocer a esas personas, otra vez, un poquito de empatía y mucha naturalidad.
Comencé a ir a China hace más de dos lustros. Estuve pasando 3 semanas cada dos meses más de 5 años. Yo no sé a lo que se llama ser expatriado, pero creo que no puede ser algo muy diferente de esto. Cuando empecé a ir, si exceptuamos principalmente Hong Kong, Pekin, Xi’An y Shanghai, el resto del Pais solo estaba comenzando a tomar velocidad en esa carrera hacia el capitalismo salvaje que hoy están ganando por goleada.
Tuve una grandísima suerte y viajé sin parar, por todo el interior del País. Shandong, Henan, Xinjiang, Gansu, Sichuan, Yunnan, Jiangxi, Anhui, Hubbei, Shaanxi, Heilongjiang… En el tiempo en el que yo visitaba asiduamente este auténtico continente, la diferencia con los lugares en los que había estado con anterioridad era inmensa y, por supuesto, el comportamiento de las personas también.
Estos viajes los realizaba con compañeros de nuestro socio en China que eran los que desbrozaban un poco el inmenso mercado que se abría ante nuestros ojos. Y gracias a ellos viví un sinfín de auténticas aventuras en lugares remotos que, a veces, tardaba meses en descubrir la razón de aparecer por ahí.
Gracias a mis particulares embajadores, que generalmente ya habían visitado esos lugares antes, para que yo pudiese optimizar mi tiempo, siempre fui espectacularmente recibido. La Hospitalidad China es reconocida, y cuando el que te recibe es el Alcalde de un “pequeño municipio” de 2 Millones de habitantes que, posiblemente, es la primera vez en su vida, que se sienta con un narizotas (Como nos llaman los chinos a los occidentales) se desvive para que la impresión que te lleves sea la mejor posible.
Mis anfitriones siempre fueron personas tremendamente curiosas de España. Les intrigaban Los Sanfermines. Yo, hombre al que el futbol no le despierta emoción alguna, tuve que ponerme al día en las secciones del Marca acerca del Real Madrid que, en aquellos tiempos, era lo que pitaba…y cómo pitaba.
Más de una vez lo he comentado. Enseñé a matar al volapié, recibiendo, o a la suerte natural, servido de una servilleta y los palillos de la mesa ante un chino que, generalmente, era invitado a hacer de toro por el jefe (Allí, el tema de la disciplina es una cosa seria)
Ellos eran curiosos, yo también lo era. La mejor situación para un intercambio de informaciones fructífero. Con un poquito de buen humor, y cierta prudencia, llegué a consolidar buenas relaciones, incluso de cierta amistad, con personas que solo tenían en común conmigo la relación comprador-vendedor
Y por ello, no ha sido extraño que yo, un simple hombre de negocios occidental, haya paseado por reservas ecológicas cerradas al común de los mortales, o haya asistido a alguna celebración china que sin fotos, es difícil de creer que algo así puede existir
El pueblo chino, sin distinción de origen, siempre piensa en el bienestar y el equilibrio del cuerpo y de la mente. Por ello, cada vez que nos encontrábamos en una comida de negocios, antes de comer las cosas más estrambóticas que podais imaginar, me hacían mención que, generalmente, lo más extraño era, o bueno para la salud, o para follar…y no había más que hablar.
Las negociaciones era extraño que durasen menos de una semana con lo que, después de varias comidas, algunas risas, y muchos sanfermines y tirones de meninges de cualquier futbolero de actualidad, me llevaba de vuelta algún regalo específico de la región.
Siempre debieron de pensar en mi bienestar sexual porque guardo en casa, lascas de cuernos de ciervo, setas desecadas, flores del tibet para hacerlas en infusión, polvos de pene desecado de algún animal que no recuerdo.
Era una excusa cojonuda generalmente. ¿Qué nos metíamos litro y medio de licor de arroz de 53º? O era bueno para la salud, o era bueno para mantener una erección más allá de los límites occidentales (Sean cuales sean esos límites) Si se trataba de lombrices fritas, era un remedio estupendísimo para…lo mismo
De lo mejorcito que recuerdo me ocurrió en Nanchang, Provincia de Jiangxi, donde les estaba montando una Unidad Móvil para los juegos Olímpicos. Allí, como en el resto de China, eran unos fumadores impenitentes. El tabaco local (En cada provincia suelen tener un tipo de tabaco) era el Jinsheng. Lo más parecido a la Marihuana que he probado en mi vida (Y ahora no pregunteis por qué sé que es lo más parecido…Porque me lo han contado).
El personal fumaba como carreteros. Una noche, después de un día largo como solían ser todos los que nos daban allá, en momento de confidencias con mi cliente, el Sr Yin, éste me ofreció un cigarrillo. Al medio minuto supe que estaba muerto. El mareo se apoderaba de mí. El cabrón del Sr Yin, entre carcajadas me dijo que al principio mareaba, pero que era estupendo para mantener relaciones sexuales.
Con Yin y compañía llevaba más de dos años de relación comercial, y ya nos habíamos dicho de todo, pero de esto no habíamos hablado. Y me lo preguntó…que qué tal…
Yo le contesté que, …bueno, …a ver,… en fin, que supongo que… bien (No sé si mi derroche dialéctico le dejo muy convencido)
Yin Xiawey, hoy ya fallecido, me regaló un paquete de Jinsheng, y me dijo que lo probase a mi vuelta a España.
Al cabo de un par de meses volví a Nanchang. Lo primero que hizo el Sr Yin en cuanto encontró la ocasión propicia fue preguntarme acerca de los efectos beneficiosos que, sin duda, debía de haber experimentado. Soy un hombre rápido de reflejos. Le contesté que era una persona que fumaba mucho. Que por supuesto, en cuanto llegué a España, me fumé el paquete, y que había de reconocerle que el efecto había sido casi milagroso. Una sonrisa inundó su cara hasta que acabé la frase…pero que dado que me había durado un día el paquete, el segundo día que lo intenté ya no fue igual.
No dijo nada más. Seguimos trabajando otras dos o tres semanas. A la hora de volver a España, al pagar el hotel había una bolsa para mí en recepción.
Alguien había dejado tres cartones de Jinsheng, por supuesto sin tarjeta, a mi atención.
Supongo que, debido al subidón, a los dos meses dejaba de fumar…es lo que pasa con las drogas duras….mejor no acostumbrarte.
Espero que os guste
A lo largo de los años que llevo viajando, generalmente por obligación, he tenido que observar multitud de costumbres diferentes. No es lo mismo visitar un país por el placer de visitarlo, que tener que intentar cerrar un negocio. Sin embargo, en ambos casos, sobre todo en países que no son de nuestro entorno, es complicado llegar a captar realmente lo que no está preparado simplemente para turistas. Si no se tiene un amigo o conocido, alejarte diez metros del recorrido preparado para los guiris no asegura que encuentres la autenticidad que algunos buscamos. (Otros, lo único que buscan es encontrar lo que aparece en la guía que tienen en la mano)
Si los países son realmente diferentes, no acostumbrados al turista o tienen dificultades de comunicación en el Inglés de batalla, ni te cuento.
Algo que generalmente no me ha ido mal en Latinoamérica, donde la inexistente barrera del idioma ayuda, es alejarme esas dos manzanas de la ruta preparada en todas las guías que suele ser la misma en un 90%. De este modo he dado con personas, con las que fumar un cigarro tranquilo y hablar de su vida y de la mía con una cerveza por medio. He de decir que estos encuentros no se me dan mal. No apabullo, pero tampoco voy de colega. Un poquito de educación, un poquito de curiosidad y un poquito de saber relacionarse….mucho mejor que la mejor vista desde un mirador.
Pero en todos esos sitios más remotos, aquellos que todavía no viven del turismo aunque sean paraísos en la tierra, ahí necesitas, o bien tiempo, y cuando digo tiempo estoy diciendo tiempo como para fundirte con el paisaje, o personas conocidas. Y para conocer a esas personas, otra vez, un poquito de empatía y mucha naturalidad.
Comencé a ir a China hace más de dos lustros. Estuve pasando 3 semanas cada dos meses más de 5 años. Yo no sé a lo que se llama ser expatriado, pero creo que no puede ser algo muy diferente de esto. Cuando empecé a ir, si exceptuamos principalmente Hong Kong, Pekin, Xi’An y Shanghai, el resto del Pais solo estaba comenzando a tomar velocidad en esa carrera hacia el capitalismo salvaje que hoy están ganando por goleada.
Tuve una grandísima suerte y viajé sin parar, por todo el interior del País. Shandong, Henan, Xinjiang, Gansu, Sichuan, Yunnan, Jiangxi, Anhui, Hubbei, Shaanxi, Heilongjiang… En el tiempo en el que yo visitaba asiduamente este auténtico continente, la diferencia con los lugares en los que había estado con anterioridad era inmensa y, por supuesto, el comportamiento de las personas también.
Estos viajes los realizaba con compañeros de nuestro socio en China que eran los que desbrozaban un poco el inmenso mercado que se abría ante nuestros ojos. Y gracias a ellos viví un sinfín de auténticas aventuras en lugares remotos que, a veces, tardaba meses en descubrir la razón de aparecer por ahí.
Gracias a mis particulares embajadores, que generalmente ya habían visitado esos lugares antes, para que yo pudiese optimizar mi tiempo, siempre fui espectacularmente recibido. La Hospitalidad China es reconocida, y cuando el que te recibe es el Alcalde de un “pequeño municipio” de 2 Millones de habitantes que, posiblemente, es la primera vez en su vida, que se sienta con un narizotas (Como nos llaman los chinos a los occidentales) se desvive para que la impresión que te lleves sea la mejor posible.
Mis anfitriones siempre fueron personas tremendamente curiosas de España. Les intrigaban Los Sanfermines. Yo, hombre al que el futbol no le despierta emoción alguna, tuve que ponerme al día en las secciones del Marca acerca del Real Madrid que, en aquellos tiempos, era lo que pitaba…y cómo pitaba.
Más de una vez lo he comentado. Enseñé a matar al volapié, recibiendo, o a la suerte natural, servido de una servilleta y los palillos de la mesa ante un chino que, generalmente, era invitado a hacer de toro por el jefe (Allí, el tema de la disciplina es una cosa seria)
Ellos eran curiosos, yo también lo era. La mejor situación para un intercambio de informaciones fructífero. Con un poquito de buen humor, y cierta prudencia, llegué a consolidar buenas relaciones, incluso de cierta amistad, con personas que solo tenían en común conmigo la relación comprador-vendedor
Y por ello, no ha sido extraño que yo, un simple hombre de negocios occidental, haya paseado por reservas ecológicas cerradas al común de los mortales, o haya asistido a alguna celebración china que sin fotos, es difícil de creer que algo así puede existir
El pueblo chino, sin distinción de origen, siempre piensa en el bienestar y el equilibrio del cuerpo y de la mente. Por ello, cada vez que nos encontrábamos en una comida de negocios, antes de comer las cosas más estrambóticas que podais imaginar, me hacían mención que, generalmente, lo más extraño era, o bueno para la salud, o para follar…y no había más que hablar.
Las negociaciones era extraño que durasen menos de una semana con lo que, después de varias comidas, algunas risas, y muchos sanfermines y tirones de meninges de cualquier futbolero de actualidad, me llevaba de vuelta algún regalo específico de la región.
Siempre debieron de pensar en mi bienestar sexual porque guardo en casa, lascas de cuernos de ciervo, setas desecadas, flores del tibet para hacerlas en infusión, polvos de pene desecado de algún animal que no recuerdo.
Era una excusa cojonuda generalmente. ¿Qué nos metíamos litro y medio de licor de arroz de 53º? O era bueno para la salud, o era bueno para mantener una erección más allá de los límites occidentales (Sean cuales sean esos límites) Si se trataba de lombrices fritas, era un remedio estupendísimo para…lo mismo
De lo mejorcito que recuerdo me ocurrió en Nanchang, Provincia de Jiangxi, donde les estaba montando una Unidad Móvil para los juegos Olímpicos. Allí, como en el resto de China, eran unos fumadores impenitentes. El tabaco local (En cada provincia suelen tener un tipo de tabaco) era el Jinsheng. Lo más parecido a la Marihuana que he probado en mi vida (Y ahora no pregunteis por qué sé que es lo más parecido…Porque me lo han contado).
El personal fumaba como carreteros. Una noche, después de un día largo como solían ser todos los que nos daban allá, en momento de confidencias con mi cliente, el Sr Yin, éste me ofreció un cigarrillo. Al medio minuto supe que estaba muerto. El mareo se apoderaba de mí. El cabrón del Sr Yin, entre carcajadas me dijo que al principio mareaba, pero que era estupendo para mantener relaciones sexuales.
Con Yin y compañía llevaba más de dos años de relación comercial, y ya nos habíamos dicho de todo, pero de esto no habíamos hablado. Y me lo preguntó…que qué tal…
Yo le contesté que, …bueno, …a ver,… en fin, que supongo que… bien (No sé si mi derroche dialéctico le dejo muy convencido)
Yin Xiawey, hoy ya fallecido, me regaló un paquete de Jinsheng, y me dijo que lo probase a mi vuelta a España.
Al cabo de un par de meses volví a Nanchang. Lo primero que hizo el Sr Yin en cuanto encontró la ocasión propicia fue preguntarme acerca de los efectos beneficiosos que, sin duda, debía de haber experimentado. Soy un hombre rápido de reflejos. Le contesté que era una persona que fumaba mucho. Que por supuesto, en cuanto llegué a España, me fumé el paquete, y que había de reconocerle que el efecto había sido casi milagroso. Una sonrisa inundó su cara hasta que acabé la frase…pero que dado que me había durado un día el paquete, el segundo día que lo intenté ya no fue igual.
No dijo nada más. Seguimos trabajando otras dos o tres semanas. A la hora de volver a España, al pagar el hotel había una bolsa para mí en recepción.
Alguien había dejado tres cartones de Jinsheng, por supuesto sin tarjeta, a mi atención.
Supongo que, debido al subidón, a los dos meses dejaba de fumar…es lo que pasa con las drogas duras….mejor no acostumbrarte.
36 comentarios:
kikas es maravilloso leerte la cantidad de experiencias que tienes de tus viajes.....Te envidio China, te envidio Latinoamerica...te envidio TODOODOOOOO Pero como mientras tanto no puedo hacerlo estás tú para ilustrarnos. Un besote
¿Te queda algún paquetito? Te lo compro!!!!!!
:-)
Supongo que una lectora que yo me sé se cansó de tanto "tabaco", jajaja.
Viajar, salir de casa, conocer otros lugares. Darte cuenta que no sólo la comida de tu casa y el vino de tu pueblo es el mejor del mundo si no que hay otras comidas y bebidas que no desmerecen; descubrir que hay gilipollas en todas partes pero que, sorprendentemente, hay muchos más que son excelentes y bellísimas personas; descubrir que se puede tomar una cerveza con cualquiera y pegar palique... En fin, viajar quita mucha paletería.
Salu2
P.S. Pero lo tuyo no es viajar, pareces un capitán del XIX en su barco rumbo a las indias orientales...
Me gusta, me gusta... y en papel más.
Un abrazo y gracias.
Winnie...la envidia es un pecado capital....
Tu sabras
;-)
Bien, anónim@
Quedamos y te lo entrego y, de paso, inmortalizo el momento para que todo el mundo te pueda preguntar que qué tal...
Angelito...es que el tabaco siempre dejaba olor. Recuerda que ni cuando fumaba y no estaban en el poder esos señores a los que gustaba tanto prohibir, a fumarme mis cohibas me mandaban a la terraza
Juan Carlos, ¿Las indias Orientales tambien?
Como diría 23, amosnomejodas....
;-)
Javier, muchas gracias por la oportunidad...
Pero he de decirte que a mí me gusta más esto, porque luego hay tertulia..
Será por eso que a mí me llaman charlatán...
;-)
Aunque sea un pecado capital yo tambien tengo ENVIDIA. Debe ser maravilloso conocer todos esos lugares pero no como hacemos el resto de los mortales, si no fuera de las rutas marcadas.biquiños
¿Pero que lectores tengo?
A ver si me van a mandar a repetir los ejercicios de San Ignacio por vuestra culpa, pecadores
;-)
Quedemos. Lo que no me queda claro si quieres inmortalizar la entrega del paquetito o sus efectos....
Da gusto leerte Kikas.
En mis viajes profesionales he tenido la suerte de ir a rincones inéditos para los turistas y es como se va conociendo mejor un país
¿El tabaco que te fumaste tiene algo que ver con el gengibre?
Jajajaja...así que todo era bueno para el sexo??? no te preguntaré entonces lo que hacías allí después del litro y medio de sake o del paquete de tabaco..jajajja...
Qué bien escribes y que buen cliente tuviste.
¿Tiene algo que ver el Jinseng con el Jengibre?
No se por qué a mi me suenan igual
Anónim@....
Voyeur todavía no soy...
Con un documento gráfico del acto de la entrega me vale...
Es que os dan la mano y os tomais el brazo....
Santiago, nada que ver...pero los efectos son devastadores...
Todavía tengo un cartón en casa (Las fotos así lo atestiguan)
Gracias por los piropos
Laka, fácil...dormirla
Despues de un litro y medio de licor de arroz (El sake es otra cosa), o de 10 cigarrillos próximos a la marihuana...¿Se te ocurre que otra cosa podría hacer?
;-)
Bien escrito, sintáctica y gramaticalmente intachable y, además, ¡¡¡¡sin faltas de ortografía!!!! ;-)
Fernando, te lo agradeceré en el Idioma de Quevedo...
¡Vete a tomar por C...!
;-)
Dakipalla de verdad, usted. Gracioso lo de los cigarros. Buen artículo.
Saludos!
¿A usted le parece gracioso tenerme siempre mareado con la cabeza dandome vueltas?
;-)
Me encanta leer tus anécdotas viajeras, como estas de China, donde te ha dado tiempo a descubrir tantas cosas, yo en mis 23 dias por alli me sorprendieron muchas cosas y me encantó, pero con tus anécdotas lo estoy recordando y recuerdo que nuestro guia ya nos decia entonces que tuviéramos cuidado con ese "gigante dormido", porque en cuanto se despertara no habría quién le parara ¡y vive Dios que ya lo estamos comprobando!. Un beso y buen finde,
Ese gigante no solo ha despertado. Tiene nuestro bienestar en sus manos. Y lo utilizara como mejor le convenga.
Triste pero real...
Y me vais a perdonar, pero estoy hasta las narices del spam, o sea que a los esforzados que os molestais en comentar, os voy a añadir una molestia adicional, el que relleneis la verificación de palabra
Sí, ya sé que es una lata, pero es que no tengo suficientes balas para los autores de los comentarios de spam...
;-)
No fastidies. Que es un rollo
Lo siento, anónimo....
Entenderé que me dejes un comentario de cada dos
;-)
Hola Kikas, creo que no me gusta mucho China ni sus costumbres.
Tal vez soy demasiado occidental.
Te he pillado fumando porquerías... bueno, alguna vez, yo también me he mareado. Más de alguna vez.
China es una auténtica maravilla, Mela, créeme
Y si algun dia la conoces...me daras la razon...
Si el final del trayecto es darte la razón... seguramente no vaya nunca.
Una razón para hacer o no hacer algo, como cualquier otra....
La ignorancia no crea infelicidad...hay mucha gente a la que le va bien...
Con una fina sutileza, terminas de llamarme ignorante, ¿verdad?
A lo que te lleva tu ignorancia...
Hace ya muchos años que no pido perdon por aquello que no he hecho. Tus interpretaciones son eso...tuyas....
Y no ir a un sitio por no dar la razon a alguien, es, como decia antes, una razon como otra cualquiera que, en una reunion, fijo que es plenamente convincente...
Me da la impresión que tu mirada ya debe tener fuego, me voy por donde he venido.
Esto es una interpretación mía, claro.
Jajajaja
;-)
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