miércoles, 19 de agosto de 2009

LAS PERSEIDAS

Despues de las broncas que me he llevado por torturar a mis hijos con el Museo del Prado no sé si alguien me va mandar al Fiscal de menores por sacar a un menor de noche. Solo espero que el Defensor del menor no redacte su auto en verso....no lo resistiría.

La ventaja de estar en el paro reside en que puedes hacer lo mismo que los demás, pero a la mañana siguiente te levantas más tarde.

JA se encuentra en esa edad en la que todo le llama la atención y muestra una curiosidad desbordante. Una amiga nos regaló un par de libros. Uno del espacio y otro de huellas y restos de animales. El del espacio se lo sabe de memoria y me pone en buenos aprietos. Para él, todavía soy Superman, aunque cada vez me queda menos, y las preguntitas que me hace en temas que no domino ponen a prueba continuamente mi imaginación para poder escapar sin mentir.

Llegaban las Perseidas y comenzamos a darle un poco de misterio una par de semanas antes de la noche del 12 al 13 de Agosto. Lugares para ir, equipamiento, sacos, linternas, comida, atlas estelar, en fin, parecía una gran expedición.

Todos los días me hacía preguntas acerca de cometas que en mi vida había oido, pero que en los libros que él lee aparecen, y yo, con cara de poker. El día que intenté explicarle por qué se formaban las estrellas fugaces, me miró con cara de sabérselo todo. "Papá, todo eso ya me lo sé"

Y llegó el gran día. Desde por la mañana se encontraba inquieto. No tenía ni idea donde dirigirme. La Sierra me quedaba un poco a desmano.
El día comenzó a nublarse. Malos presagios. El nervioso, impaciente. Por lo que había leido, la mejor hora para divisarlas era la una de la madrugada, hora peninsular (De la parte de España, me refiero, no se me vayan a enfadar los cienes y cienes de lectores portugueses que nos visitan en éste, su blog).

Decidí cenar en casa y quitar un poco de misterio al tema. El cielo se encontraba completamente encapotado. Confiaba en que se abriese algún claro. Cuanto más al norte peor, o sea que ir hacia la Sierra era una opción descartable.

Nos pareció que el Bosque que rodea nuestro municipio se encontraba lo suficientemente oscuro como para, en caso de que se abriese algún claro, ser capaces de ver algo.

Hacia allí nos dirigimos, aparcando en la entrada del mismo. Debíamos andar y buscar un claro con la suficiente oscuridad.

Lo encontramos. Estiramos las esterillas con tan mala suerte que las pusimos encima del mayor hormiguero que recuerdo haber visto. Una vez que noté la tercera picadura enfoqué con la linterna. ¡Mierda! Ya era mala suerte. No había bosque para tumbarse como para dar con el hormiguero.

La verdad es que pasamos un buen rato. He de decir que ví una estrella en un instante en el que se abrió un claro. JA ninguna. Pero pasamos unos momentos estupendos y, la verdad, nos reimos.

Lo que suele pasar. Todas las noches de agosto despejadas. Toda la ilusión en ésta y nos viene la borrasca.

Tendremos el año que viene y muchos otros. lo que no sé es si yo tendré la disponibilidad de éste. (Espero que no) ;-)

3 comentarios:

Belentxu dijo...

La lluvia de estrellas más increíble que he visto en mi vida fue en la Sierra de Guara, en el pueblo de Rodellar. Era yo joven y aventurera y practicábamos barranquismo ( bajada de cañones).
Dormíamos al aire libre, eso sí, encima de unas cómodas hamacas que se montaban en un segundo y disponíamos de un aparato de música desde el que escuchábamos a Vivaldi...inolvidable.

Kikas dijo...

Tu ve presumiendo así por ahí, y te mandan a la inquisición, porque no sé cual de los 7 pecados capitales estás infringiendo....si no todos.
Y las estrellas parecía que las tocabas con las manos....¿a que si?

Mela dijo...

Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo
Fue mala suerte que el cielo no estuviese despejado... pero, aún así, creo que lo pasasteis bien... a pesar de las hormigas ;-)