Sabeis que ultimamente ando un poco más en otro lado que aquí. No entendais que ando realmente jodido. Si así lo entendisteis, he de rectificar. Otra cosa es que es que ande con demasiadas ganas de jota.
Realmente me siento de vacaciones todavía, reflexionando qué es lo que he de hacer.
Sin embargo, y dado que los lectores menguan, y mis únicos ingresos aparte de la prestación son los publicitarios de este, vuestro blog y que, 23 sufre de la ausencia de los mismos, en una proporción importante además, debido a mi generosidad sin límites, he decidido aceptar una colaboración especial de Martinez;
Martinez no escribe al nivel que de este rincón erudito se presupone, pero en tiempos de zozobra sirve cualquier cosa. Espero que disculpeis la indudable diferencia entre estas cuatro letras mal juntadas y la rica prosa presente en el resto de la página.
Algunas oportunidades se presentan con frecuencia y a nadie (ni siquiera a la circunstancia que decía Ortega y Gasset) podemos culpar de no aprovecharlas. Otras, sin embargo, te pillan (como dicen los balompédicos) con el pie cambiado.
Eso le ocurrió a Martínez en una soleada tarde de domingo cuando volvía de Tervuren a su casa en Overijse (quien no sepa donde están estos sitios, que lo mire en Google Maps). El domingo anterior había atropellado a una joven motorista con el coche de su cuñado. No quiso cargarle el siniestro al seguro del cuñado y dado que no habían daños personales ofreció pagar en metálico cuando se supiese el coste de la reparación. Aquella joven se fió de su palabra y allí estaba Martínez, hombre de orden, haciendo honor a su confianza, convencido como está de que la honradez hace de este mundo un lugar mejor.
Circulaba por la carretera hacia Bruselas cuando vió una señora que intentaba detener algun vehículo. Elegantemente vestida, cabellos largos negros como la noche y un cuerpo de escándalo. Debía pasar ya los cuarenta y era guapa hasta decir basta.
Como ya sabemos que Martínez es un caballero, le faltó tiempo para detener su vehículo a la altura de la dama, tras cambiar bruscamente de carril. Varios conductores hicieron sonar sus claxons. “Yo la ví primero”, pensó Martínez para sus adentros.
- “¿Puedo ayudarle, señora?, preguntó Martínez en francés.
- “ ¿Puede llevarme a Bruselas”.
- “ No faltaba más”, respondió Martínez.
Martínez se apeó de vehículo y haciendo lo que pareció una reverencia, abrió la puerta del acompañante. (Ya sabemos que Martinez es un caballero, pero esto lo hizo porque el embellecedor de la puerta estaba suelto y sin empujarlo un poco la puerta no se abre).
- “Perdone mi curiosidad”, dijo Martínez para romper el hielo, “pero no tiene usted el aspecto de alguien que hace autoestop. ¿Ha tenido un accidente o se le ha estropeado el vehículo?”
La señora estupenda enrojeció de ira. Y comenzó un relato, salpicado con sollozos sobre lo humillante que había sido que su marido le hubiese contado, hace sólo algunos minutos que se estaba viendo con otra. Allí le había dejado, en una terraza de Tervuren, con un helado en la mano y “cara de idiota” (y con una cuenta por pagar, supuso Martínez) después de gritarle que iba a hacer el amor con el primero que se encontrase.
Por la cabeza de Martinez pasaron en milésimas de segundo muchas imágenes: los claros del Foret des Soignes (nombre del bosque situado a su izquierda), la manta que había lavado el día anterior y que cuidadosamente doblada (hombre de orden) guardaba en el maletero, el sol resplandeciente (lo que no ocurre mucho en esas latitudes), las películas para mayores con reparos que veía en su juventud (antes de ser hombre de orden)...que sé yo lo que le pasaría por la cabeza a Martínez.
“Quietooooo, Martínez, que te pierdes”, pensó
La vista de su anillo de casado le hizo volver en sí. Su mujer lo había encargado de especial grosor al joyero, “para que no se te olvide que estás casado”.
Con la rapidez suficiente para que la señora no notase su vacilación respondió: “Pues va a tener que ser con el segundo porque yo...estoy casado”.
Ella rió con ganas, se enjugó las lagrimas, se retocó el maquillaje y permaneció en silencio el resto del viaje.
En la parada del metro de Demey dejo Martínez a aquella señora estupenda preguntándose porque estas cosas no le pasaron cuando tenía veinte años.
“Supongo que porque no tenía coche, ni sabía francés”, se respondió a sí mismo.
Al día siguiente se incribió en una academia de idiomas y ahora estudia alemán los martes y jueves de 7 a 9. Por si acaso.
Y sigue siendo Martínez, hombre de orden. Aunque ahora tiene una historia que contar, de aquel día en que regresaba a casa por la carretera de Tervuren a Bruselas y una señora estupenda hacía autoestop.
P.D.: La historia es real. El nombre de Martínez es ficticio para proteger la identidad del protagonista de la historia.
18 comentarios:
Como guardes así de bien todos los anónimos... mejor no te cuento ningún secreto (la verdad es que ando algo falto de secretos e historias como la de la autoestopista; será que nunca pararía a una autoestopista y menos jamona, por prevención: me recuerda a los asaltos de las bandas de peruanos en las autopistas catalanas). La identidad de tu compañero de trabajo, de Deusto... no sé qué tal habrá quedado preservada tampoco.
Lo cierto es que Martínez es un hombre de orden, pero si es algo creyente (pecado que no me permito) sabrá que se puede pecar de pensamiento, palabra, obra y omisión, que todos los que peinamos alguna cana estudiamos el catecismo de pe a pa. El pecado ominoso del pensamiento está fuertemente castigado: es lo de Berlusconi, "si no estuviera casado, ya le pegaba yo a usted un apretón...". Si es que hay tanto pecador...
El comentario de la bella dama es algo hiriente para un hombre de orden: hacer el amor con el primero que se encuentre da a entender que le valdría lo mismo caballo que podenco, es más, que estaría dispuesta a atravesar toda la cadena trófica de la zoofilia más salvaje de Flandes y Valonia. Menuda...
Creo que esta vez sí que me he pasado de indiscreto, y además con un pecado de omisión por medio. Espero que la mujer de Martínez, aquella del anillo gordo, pueda disculpar esa terrible falta ante la fuerza de voluntad del susodicho.
Con respecto a mi ex-compañero.... déjalo estar. Ya sabes...la mierda cuanto más se remueve....
Ahora va a suceder que Martínez se sintió herido en su orgullo y no se la benefició porque a ella le daba lo mismo una calva de más que de menos....Ver para creer
Mira por donde, el Jevy, que no había dicho ni pio desde hace dos entradas en cuanto oye la combinación "cuerpo" y "escándalo" se le ponen las orejas tiesas y empieza a hablar de catecismos y pecados y secretos de confesión.
Hace ya unos pocos años con motivo del "viegésimo aniversario" de la Tuna del Colegio Mayor Jiménez de Cisneros, salió de copas un grupo de antiguos tunos (entre los que estaban Peláez, Martínez, Álvarez, Sánchez, bueno, la mitad más uno de los personajes de este ciberdiario). Entramos en un garito de unos rastas, que tenían una cueva angosta al final del bar (si hay un incendio no sale vivo de allí ni el apuntador). En aquella cueva, que tendría siete u ocho metros cuadrados, nos metimos veinticinco semovientes (que a esas hora ya olíamos como ganado) y unas chicas que se animaron a acompañarnos, lo que no carece de mérito. Dos de esas veinteañeras se pusieron a fumar porros que liaban con extraordinaria habilidad. El Jevy, muy serio, se dirigió a una de ellas y le dijo: "¿Sabe tu padre que lías porros mejor que escribes?"
Aquella declaración, combinada con la información del mensaje de hoy, me hace llegar a la siguiente conclusión:
El Jevy es una persona de orden.
Éste es un hecho verdaderamente relevante. Nada se habría sabido de no ser por la colaboración de Martínez.
Por eso, aprovechando que el Kikás está apollardao, animo a los lectores de este ciberdiario a enviar comentarios a esta entrada con historias chisposas ocurridas en la relación con el otro género, que no sexo. Porque sexo no hay más que uno (que surge de la colisión más o menos violenta de los dos géneros) y a tí te encontré en la calle.
A ver si así aprendemos algo nuevo.
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Estoy de exámenes, por eso me habéis visto menos por aquí. Me va bien, cuarto curso factorial. Mejor que en el curso 92-93 que fue cuando conocí a mi actual esposa. Aquel año no aprobé ninguna: demasiadas colisiones.
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Por cierto, que la dicotomía caballo-podenco no está muy lograda. Yo prefiero la de galgo-podenco, de la fábula de Tomás de Iriarte, pero si quieres hablar de equinos puedes optar entre el caballo y el burro. El caso es que sea grande, ande o no ande, que la señora que se encontró Martínez, aparte de estar como un queso, no tenía un pelo de tonta.
Dos de aquellas ninfas, que a mí me lo han contado, se pusieron a morrearse entre ellas, supongo que para provocar el escándalo entre tanta gente de orden (Bueno, no se puede ser muy de orden vestido de grillo a los más de 40)
El descojono que provocaron supongo que les decidió a evadirse entre caladas mareantes.
Por cierto, ante tu última apreciación habré de tomármelo como personal y decidir que a mí, esa estupenda señora, no me hubiera contado nada. No se te olvide que yo la tengo pequeña....
Ya sabes, Kikás, que la bella dama dijo que se iba a beneficiar al primero que encontrara, y no al primer hombre que la tuviera tipo Nacho Vidal. O sea que los que la tengan pequeña también entran en el juego. Que una mujer despechada es mucha mujer.
23 sí que es un hombre de orden: ser capaz de estudiar a estas alturas es, más que un mérito, una temeridad o heroicidad. Yo me conformo con hacer miles de pruebas médicas, que no sé si suspenderé. La artritis reumática acecha.
La noche de los 20 años (éramos 5 años más jóvenes, snif) recuerdo que fue todo un éxito, ver allí a tanto ejecutivo y a algún pobre funcionario tocando de nuevo el festival taurino y observando cómo liaban porros las nuevas generaciones... Lo que le dije a aquella chica era con el corazón: siendo como era de la generación de la ESO, ágrafos en su mayoría, destilaba tal destreza en el liado del canuto que pensé para mis adentros si sus padres estarían al tanto de que había derrochado su talento para algo tan poco práctico a la hora de irse de casa a ganar el pan, aunque mucho más lúdico, dónde va.
Yo nunca he liado un porro (como no fumo ni celtas cortos...) pero me parece que llegar a tal destreza requiere mucha práctica, que seguro ha relegado otro tipo de entrenamientos que quizás serían más apreciados por unos progenitores, aunque sean votantes de ZP (¡perdón, Kikás, se me escapó el nombre del Innombrable2!).
Os dejo, que voy a hacerme un análisis de sangre del Ac Péptido Citrulinado, que es que yo ya no me miro cosas vulgares. Estoy aún en ayunas y el hambre de lobo que tengo es mayor que las ganas de Kikás de que en España gobierne Berlusconi, que nos llenará de azafatas el gobierno y así tendrá para entradas diarias y el volumen de ingresos por publicidad volverá a subir, que ya se sabe que aquí lo que vende no es un viaje a Budapest, sino que se cuente lo que allí se cuece: SEXO.
Eso sí, espero que si Berlusconi llega al gobierno, no llene éste de azafatas o velinas de Iberia, porque si no, nuestro amado bloggero va a morir de infarto fulminante...
Me reafirmo en lo de caballo (Nacho Vidal) frente a podenco (Kikás, que dice que la tiene pequeña). Lo de galgos por podencos es más un tema de agilidad y rapidez, y aquí, de eyaculación precoz, aún no nos hemos puesto a hablar...
Creo, querido Jevy, que no sabes leer entre líneas a 23, que ya es casualidad que Martínez vaya de un sitio a casa de 23, y que éste redunde en la grandiosidad de las dotaciones. Que todo hay que explicarlo...
Y por ZP no te preocupes. No soy un talibán. He reconocido que le voté una vez, y a los otros nunca. Eso me hace plantearme algo que muchos de vosotros sabeis ya de mi...No debo de ser humano porque NO TROPEZARE EN LA MISMA PIEDRA. Vamos, ni para vocal de mi comunidad de vecinos.
De ahí a Berlusconi, t'has pasao. Que has de saber que yo, donde me siento realmente cómodo es en la Oposición, y no, no me vas a hacer saltar ante tan burda provocación.
Con respecto a lo de podencos.... como siempre te quedas en la anécdota...¿Tú se la has visto a un Mastiff, Perro que pesa más de 100 kilos y puede medir 80 cms a cuatro patas? No te agaches a por un euro si tienes uno detrás...
A un Mastiff no, pero a un caballo "enamorado", sí, y a uno de ellos sí que no les daría la espalda...
Para anécdotas, la que le sucedió a Zutánez: estaba él en su primer año de profesor, allá por 1994, exiliado en el pueblo de Bembibre, cuando no había autovía hasta León. Zutánez, que es lento pero seguro, no tenía carnet de conducir ni coche a sus 28 años, y se quedó a vivir en el pueblo. Al final, tras buscar, encontró un piso con otras tres chicas, todas miembrAs del profesorado. En su primer día juntos en el piso, se dio un ligero equívoco que, hasta que fue subsanado, dio a Zutánez fama de degenerado sexual. Estaban los 4 en el salón de la casa, cuando Zutánez vio volar una polilla, y creyó que todos los miembros y miembrAs de la casa la habían visto. Hizo un comentario inocente: "¿tenéis algo por ahí que os pueda comer?". La chica que llevaba años en el piso, que estaba un poco salidilla ella, contestó: "¡Qué directo eres tú!, ¿no?". Zutánez no entendió la respuesta, hasta que supo que aquella nínfula, Raquel se llamaba, había entendido que aquello era una propuesta de orgía en toda regla. Zutánez aclaró el sentido de sus palabras y al final quedó tambien como hombre de orden (no se sabe si alguna de las tres miembrAs estaba dispuesta a seguir el sentido equivocado de sus palabras, pues la cosa se aclaró rápidamente).
Si es que Zutanez siempre estuvo muy salido. Si lo sabré yo, que me lo contaba Pelaez hace más de 20 años.
Ahora, alguien se va a pensar que este blog es una porquería. Solo gente de orden. Cuando entre algún peruano buscando sexo con gallinas, ¿Qué coño se va a encontrar? ¿Como vamos a poder incrementar los beneficios publicitarios?
¡Si es que sois un asco!
Cuando estabamos aún en el Cisneros se hizo famoso un caso que ocurrió en una aldea de Galicia de cuyo nombre no me acuerdo. Se oyó un ruido enorme en medio de la noche. Los lugareños se despertaron sobresaltados y se pusieron a investigar que había sido lo que había causado el estruendo. Al rato de indagar descubrieron un risco enorme que había caído de una colina. Había sangre por lo que levantaron la piedra. Debajo de la piedra había un hombre aplastado. Levantaron al hombre y debajo del hombre había una gallina. Al Yogui (gallego de pro) se le llevaban los demonios: "Manda carallo" decía, "que para una vez que pasa algo así, tenía que ser un gallego".
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En Zambia en Mayo del 2004 un hombre de 50 años se suicidó después de que su mujer le descubriera teniendo sexo con una gallina no sin antes intentar asesinar a su esposa para eliminar al único testigo de su acción. Los vecinos al enterarse, le afearon la conducta (parece ser que entre los bantúes tener sexo con una gallina está mal visto) lo que llevó al bestialista a ahorcarse por vergüenza.
La noticia añade que a la gallina también la mataron después del incidente (supongo que por adúltera) como si la pobre gallina tuviera la culpa de algo. Lo que no dice la noticia es si después la cocinaron y comieron o no.
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Estas dos historias demuestran que tener sexo con gallinas es un deporte de altísimo riesgo. El que quiera emociones fuertes, mejor que haga paracaidismo que es más seguro.
Bueeeeeeeno... Pues contaremos algo de gente que no era de orden...
Esto pasó en una galaxia muy lejana, hace muchos, muchos años.
El Monchito y el Mónix eran dos hermanos mellizos. El despiste como bandera (por no hablar de uan berza como un piano). Pero majos ellos. Pasaban los fines de semana cantando con otros amigos, vestidos de una forma un poco rara, al estilo de la galaxia NH34DF. Eran buenos, pero el Monchito se dejaba perder por las miembras, a pesar de tener una novia formal que quería llevarlo al altar.
Un día estaba Monchito con una de sus conquistas, en el piso de estudiantes llamado "El Hotel de los Líos". En esto llegó el Lío Mayor: la novia de Monchito.
Se dirigió como un cohete a la habitación de Monchito (algún pajarito le debió cantar por la calle algo). Intentó entrar, pero la puerta estaba cerrada con pestillo. Empezó a aporrear la puerta: "¡MONCHITO, ABRE INMEDIATAMENTEEEE!". Y Monchito mudo. Tras varios embates, que casi logran tirar la puerta abajo, Monchito acertó a decir: "Ana, que estoy muy malito, no puedo abrir la puerta...". Hoy en día están casados y tienen tres hijos. Si es que algunas mujeres están dispuestas a soportar unos cuernos como las espadas del monumento de Saddam Hussein en Bagdad con tal de quedarse con el supuesto hombre de su vida... Pero el que no es hombre de orden antes del matrimonio, nunca lo será... Por eso yo procuré ser hombre de orden desde pequeñito, que ni Kikás me vio pecar contra el sexto, y eso que salíamos por ahí con 19 y 20 años...
Advertencia:
Este comentario contiene descripciones explicitas de relaciones sexuales y lenguaje inadecuado que la mayor parte de las confesiones considera pecado. Si no es mayor de edad (según las leyes del lugar donde reside) o siéndolo no quiere exponerse a dichos contenidos, no siga adelante. Ni el autor ni Dakipalla asumen responsabilidad alguna por el escándalo que dicha lectura pueda producir en quienes obvien esta advertencia.
Dakipalla no asume necesariamente las opiniones vertidas por el autor de este comentario.
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La relación entre el sexo y la gallina, tu trayectoria profesional y el hecho de que ahora no tengas un trabajo remunerado me ha llevado a pensar en una posible oportunidad de negocio para este ciberdiario.
Me explico:
Un día la joven María llega a su casa y su mamá le cuenta que no hay nada que comer.
- Tranquila, mamá ahora salgo y consigo algo.
En lo que sale, ve venir a lo lejos al bobo del pueblo con tres gallinas y piensa:
- Listo, a este idiota le quito las gallinas.
Se arregla el pelo, los pechos y se acerca al tipo:
- Hola, ¿por qué no me regalas una gallina?
- "No, é mía"
Ella sigue insistiendo hasta que el tipo le propone:
- "Te chupo à teta, te doy à gallina.
Indignada, la chica le contesta:
- ¡Estás loco! Por una gallina, no
- Bueno, me voy.
María recuerda a su familia y cede:
- Está bien, vamos a aquel árbol.
Se saca un seno y el tipo comienza a chupar:
Después de eso, la joven se arriesga:
- ¿Por qué no me das otra gallina?
- "No, é mia".
- "Anda, dame otra gallina, insiste.
- "Bueno, te chupo ota teta, te doy gallina".
- "Caramba, está bien, total ya me chupaste una".
María se saca el otro seno y el bobo a chupar.
Mientras el hombre estaba en lo suyo, María le dice:
- "Dame la otra gallina, ¿qué vas a hacer con una sola? ¡Anda!"
- "Bueno, é chupo é chocho, é doy gallina".
La mujer se queda pensando y acepta.
Y el bobo empieza a chupar. María comienza a agitarse, y a gemir y a gritar. Toda excitada le suplica:
- ¡No aguanto más, métemelo, bobo! ¡Métemeloooooo!
Y le joven entonces se levanta y le susurra algo al oído.
- "De acuerdo", dice María.
Y el "tontito" se fue a su casa con las tres gallinas.
Esta historia demuestra que la superioridad intelectual en muchas ocasiones no garantiza el éxito. Es más importante tener aguante y mantener siempre la cabeza fría, evitando que la pasión del momento te distraiga del objetivo.
Y aquí viene mi propuesta: El curso de negociación "Con la gallina Dakipalla" con el lema "Mantén la cabeza fría, negociando con pasión y saca rendimiento a tus gallinas". Al fin y al cabo, tú podrías ser un magnifico profesor en eso de aguantar lo que te echen, esperando tu oportunidad para saltar al cuello en el momento más adecuado, asestando el golpe fatal. Si no que se lo pregunten al chino ese al que le subiste el precio en el último momento porque se había puesto calentito con la Unidad Movil.
El 40% para mí, ya sabes, por la idea.
Si yo sabía que esto comenzaba en Martinez y acababa allá donde cuestras sucias mentes quieran. Joder, acordarse de la movida de Yogui y el gallego, la cara de desazón que tenía. 23 ¿Qué guardas en lo más recondito de tu cabeza protegido por tu ingente calva? Porque miedo me das
Aquí, lo que tiene riesgo es relacionarse contigo
A ver, Jevy, para que tu pecases contra el sexto se necesitaba una ciega (O ciego, no se nos cabree Zerolo), o pasta. En aquellos tiempos nosotros podíamos tener de todo menos pasta (Bueno, y tu tampoco cms...de los de arriba hacia abajo, se entiende...que de los otros tú sabrás)
Y lo de buscar ciegas, hombre, su punto de morbo a lo mejor tiene, y que no escriba indignado nadie de la ONCE, pero con el ciego que solias arrastrar habitualmente, como para buscar compañía...
¿Y yo que no sé qué coño le diría el tonto a la chica para que se fuese con las gallinas?
(Comienza la negociación, la primera ese matiz del 40% ) ;-)
Ya sé que estás de vacaciones pero como el único sitio donde no se puede usar internet hoy en día es en los monasterios de las diversas religiones, y tu eres agnóstico, te exorto a que te manifiestes que no has dicho ni pio desde el dieciocho de junio y me tienes ya preocupado.
Un abrazo.
Y yo que me creia que ese buzon de entrada de mi correo electrónico con un mensaje nuevo era una oferta de trabajo de cojones, bien pagado y sin mucho que hacer....y es tu comentario....¡Qué desinfle!
¡Qué no, 23, que sabes que me alegra saber de ti!
A ver si esta tarde me pongo con una de risas
Y que sepas que me ha dolido profundamente que ya no seas seguidor mío...cria cuervos
Kikas... puedo entender el enfado de la señora después de lo que le contó su marido... me cuesta más entender que decidiera hacer el amor con el primer hombre que encontrase
Supongo que debe ser una especie de "ojo por ojo"
Nunca imaginé que un anillo tuviese tanto poder ;-)
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