jueves, 10 de abril de 2008

¡TIENES MAS PELIGRO QUE UN CHINO CON CATARRO!

Corría Abril del año 2oo3. Habíamos de acabar de preparar un concurso muy importante en Pekin. La Neumonía Asiática se extendía y nadie sabía como se contagiaba. Estaba pendiente de la web de la OMS. Sabía lo que iba a pasar, tambien sabía cual era mi obligación. Tenía que ganar ese concurso pues de esa manera muchas familias podría cobrar sus nóminas el año siguiente. (Y no es ponernos trágicos. La situación de la empresa no era buena)

Entré en Pekin el día anterior a que cerrasen las fronteras chinas por alarma sanitaria. En el 747 de Lufthansa con capacidad para 400 personas viajaban más azafatas que pasajeros (No creo que fuésemos más de 10).

Según el Consejero Comercial de la Embajada era el único Nacional español a excepción de la Colonia diplomática y residentes habituales, en Pekín, aunque nunca puedes estar seguro si no todo el mundo avisaba como yo. Los chinos no tenían absolutamente ninguna información (Esa tendencia totalitaria de que lo que no se cuenta no existe) y por lo tanto, aunque el hotel estaba vacío, los chinos no sabían muy bien por qué.

De estos días viene mi afición compulsiva al Té verde. La OMS decía que parecía que los antioxidantes presentes en él dificultaban la transmisión de la enfermedad, y comencé a tomar litros al día. (Cantidad que todavía tomo, de uno a dos litros diarios de Té verde)

Cuando mis socios chinos me vieron entrar con mascarilla en la oficina se creían que había llegado un alien. No entendían nada.

No se sabía si la enfermedad se transmtía por la saliva, por contacto, o por qué, con lo que llevaba un gel de cirujano para estar continuamente limpiándome las manos en cuanto tocaba algo.

Yo tengo una manía y es escribir con bolígrafos BIC nuevos. Me llevé dos cajas (No recuerdo si son de 50 ó de 100 uds). Cada vez que un chino tocaba un bolígrafo que había dejado en la mesa...el boli iba a la papelera (Volví a España sin ninguno)

Ir a mear era una odisea. Tocabas el pomo de la puerta. Te dabas el gel. Con el codo encendías la luz. Abrias la bragueta y te la sacabas (Perdón, la pilila) Dabas a la bomba. Aplicabas gel. Abrias el grifo y te lavabas las manos. Cerrabas el grifo, más gel. Con el codo apagabas la luz. Cerrabas la puerta. Gel. Te sentabas y, si habías tocado la silla....Gel. Si no te dabas Gel y, por ejemplo te andabas en un ojo...ya la habías jodido. La verdad es que la situación era agobiante.

Logramos cerrar el concurso en unos 10 días. Cada día que pasaba se veía menos gente por la calle. Al final, en el hotel no había nadie más que yo, y todos los chinos ya con su mascarilla. La verdad es que si te parabas a pensarlo impresionaba.

El último día antes de presentar el concurso otra sorpresa. El Dtr Gral de mi colaborador chino decide que para cerrar la cifra ha de llamar a un adivino ¡Era Kafkiano!¡ No me lo podía creer! Y ahí que aparece un pollo con una coleta y unas conchas y empieza a realizar ruidos y movimientos con las conchas. Yo me propuse firmemente no contarlo nunca. La gente se iba a pensar que no era una persona seria en mi trabajo. En la empresa nunca lo dije. Pero el Chino nos dió la cifra exacta...y ganamos el concurso. Al final, la cifra era la que había dicho yo...pero acabada en tres ochos, o sea, lo habitual en China, que tampoco hay que ir a estudiar a Harvard. El cabrón del adivino podía haber sumado a la cifra medio millón de Euros más, que hubiésemos seguido siendo los más baratos, que así es adivino mi abuelo....

Al día siguiente presentamos el concurso y, a los tres días, abrieron las fronteras chinas. Podeis imaginar las colas en el Aeropuerto para salir. Gracias a Dios tenía la tarjeta Oro de Lufthansa para poder irme antes. En el mostrador de facturación, de repente, un chino tosiendo, y ya todo el mundo mirándonos intranquilos, a ver quien era el cabrón del chino y qué le pasaba.

En el avión era de película, todos absolutamente todos con máscara, azafatas incluidas. Claro, hay que comer, ¿Qué cojones haces con la máscara? ¿Comes o te la comes? ¿Si te la quitas, para qué la llevas?

Llegamos a Frankfurt. Las autoridades europeas muy ufanas habían asegurado tomar todas las medidas para que la epidemia no se trasladase. Solo paraban a los chinos. Los europeos, según estas lumbreras no la transmitiamos con lo que desembarqué en Frankfurt, y luego en Madrid y nadie me dijo nada. Al final, los políticos solo hablan para los periodistas. A ambos colectivos, lo que pase luego...se la suda.

El Comité de Empresa me había preparado otra sorpresa. A estos individuos no les preocupaba que me hubiese ido a Pekín. A esta panda, lo que les preocupaba es que volviese. Por carta me prohibieron la entrada en la empresa. Me mandaban a casa dos semanas que era el tiempo de aislamiento que recomendaba la OMS, que no sabía por donde le daba el aire, para curarse en salud. Estos desahogados no dijeron ni mú cuando me iba a ir, aunque solo fuera por cumplir el expediente. Muchas veces, en estas cosas, conoces la catadura moral de la gente. Por supuesto, ni una puta llamada de teléfono mientras estuve en China, no fuera a ser que la enfermedad se contagiase por par de cobre. Estos capullos se debían de pensar que yo me iba a China porque me gustan los deportes de riesgo y no para poder pagar sus putos sueldos entre otros. Nunca, ni una sola palabra de agradecimiento oi de sus interesadas bocas.

Ahí me planté. "Dije, si no quereis que os contagie, a mi familia tampoco" El Dtr General (El de Bagdag), otro héroe, me mandó entonces 15 días al Hotel Palace de El Escorial. Eso sí, me lo comunicó por teléfono. No se reunió conmigo hasta un mes despues. (15 dias mas de lo que recomendaba la OMS, y sin atreverse siquiera a darme la mano, muy edificante)

¿Alguna vez os habeis sentido como apestados?

Os podeis imaginar los puntos que este individuo subió en la escala de mi respeto moral hacia él. A partir de entonces, cada vez que uno de estos D. Grales de despacho que pisan poco la calle, ha echado un mal polvo y, consecuentemente echa la charla acerca de las obligaciones para con la empresa, el cumplimiento del deber, etc, etc, yo me callo, miro con sorna y cara de pensar "¿Pero de qué coño me estás hablando, tio?"

Al llegar del Aeropuerto, en la puerta de mi casa, mi mujer me había dejado una maleta con ropa para 15 días. Me bajé del taxi (El taxista no sabia qué pasaba) Metí la maleta que traía en el trastero con ordenes de no abrir el trastero hasta que volviese. Tomé la maleta de la acera mientras mi familia me decía adios tras de la puerta y me piré. Ni un solo contacto, ni un solo beso, y mis hijos mirando sin entender nada. Pocas veces me he sentido tan frustrado en mi vida.
A mí, en la vida se me hubiese ocurrido tener este comportamiento de no haber visto la reacción de esa gente. Realmente no lo veía tan peligroso, no soy tan inconsciente pero, por mis cojones que, si había una posibilidad entre 250 millones de que contagiase a un hijo mío antes que al presidente del comité, no iba a correr el riesgo.

En EL Escorial excursiones, turismo cultural, montaña, en fin...dejar pasar los 15 días de cuarentena. Por supuesto sin decir nada a nadie, no fuera que tambien me echasen de ahí.

Mis socios y los clientes chinos nunca han olvidado mi gesto de ir allí a presentar el concurso...y yo...me siento orgulloso de haberlo hecho.

10 comentarios:

Mela dijo...

Kikas... he leído esta entrada hace rato, pero no sabía qué decir.
Ni siquiera te llamaron por teléfono... no sé si merecían cobrar sus nóminas.
Obraste según tu conciencia y eso está bien... pero podías haberte contagiado.
A veces no sé si eres un loco o un gran hombre... quizás eres la unión de ambas cosas

Kikas dijo...

A lo mejor pensaban que el telefono era contagioso....

Mela dijo...

Nadie en su sano juicio puede pensar eso.
Y después de pasado un mes... tu jefe no se atrevió ni a darte la mano... actuó como un cobarde y un necio.
Yo te hubiese dado la mano el primer día... y hasta te hubiese acompañado a Pekín.
Yo soy una buena jefa

Kikas dijo...

Me hubiese reido contigo en Pekin....no sales ni del Aeropuerto..
;-)

Mela dijo...

Claro que hubiese salido del Aeropuerto... y reírte ya me imagino que te hubieses reído... tú te ríes de todo

Kikas dijo...

Al ver lo que habia fuera del aeropuerto, te metes dentro y no sales....

Mela dijo...

Claro... tú sabes cómo voy a reaccionar yo.
No soy ninguna cobarde y no me asustan los contagios

Kikas dijo...

Te queria ver en ese Pekin desierto, en ese hotel sin gente y con la gente que se hablaba a tres metros de distancia....

Mela dijo...

Kikas... no te voy a dar la razón.
Te pongas como te pongas... yo no me hubiese quedado en el Aeropuerto

Kikas dijo...

Claro, no te iban a dar asilo politico en ningun sitio.....