Me encuentro sobrevolando las Montañas Rocosas. Llevo 15 horas de viaje. No puedo descansar, para variar, en el avión, con lo que vuelvo a está válvula de escape maravillosa que es escribir.
Hay un país donde, si me pierdo conscientemente, nunca me busquéis. Es un país donde, al llegar a cualquier aeropuerto del mismo, huele dulzón, peculiar.
No entiendo como hay personas que pueden escoger para sus vacaciones la India y volverse tan tranquilos. Tal es la miseria que a nada que andes 20 metros por la acera al lado del hotel, de 5 estrellas por supuesto, te has de dar cuenta de que eso no es normal.
Claro, si no andas ni siquiera esos 20 metros y te dedicas a ir de puerta de hotel a Bus convenientemente acondicionado hasta puerta de centro de interés y vuelta…puedo entenderlo pero…¿es eso una manera, no diré inteligente, sino simplemente interesante de viajar?
A mí en la India me han pasado cosas que, el primer viaje me sorprendieron, luego ya, he ido haciendo callo, pero nunca lo suficiente como para no sentir un pellizco en el corazón.
Cosas tan angustiosas como ver como el coche de delante de nuestro taxi atropellaba a un mendigo y no paraba. Exigirle al taxista que parase y negarse el tipo con el argumento de que al día siguiente ya lo habrían recogido.
O ir caminando a la Feria donde estaba aquella vez, era Bombay, creo recordar. El trayecto andando debían de ser unos 500 metros desde mi hotel. Se atravesaba un pequeño vertedero y unos niños se estaban peleando con unas ratas como mi brazo de grandes por un brick de leche vacío.
Otra de éstas fue en un semáforo. Al lado mío una niña que, por su estatura no podía tener más de 8 años. Llevaba en brazos a un bebé. Se paró un camión cisterna de agua en el semáforo. Por la llave de paso, que no cerraba bien, goteaba un líquido herrumbroso. La niña, sin pensarlo, puso la boca de su hermanito debajo del chorrillo de líquido marrón. Yo acababa de tener mi segundo hijo. Reconozco que soy un tipo duro, que me dejo impresionar por pocas cosas, tanto he visto. No pude evitar que se me escapasen las lágrimas.
Recuerdo en una ocasión que nos invitaron al Club de Cricket más exclusivo de Bombay. El lujo era tan mayúsculo que dolía a los ojos. Sin embargo, al salir, la acera estaba llena de gente durmiendo debajo de plásticos por si llovía. Bueno, esta escena se da en todas las ciudades importantes, Nueva Delhi, Calcuta, Bombay….
Y lo peor del caso es que nada se puede hacer para corregir esto aunque sea un País de autentica revolución. Lo tienen tan bien montado entre el Sistema de Castas y la famosa reencarnación que está todo el país perfectamente controlado. Ya sabéis, los que lo estáis pasando mal en esta vida es porque en la pasada fuisteis un poco malos…así que…portaos bien en ésta no sea que en la próxima repitáis.
Y, contrariamente a lo que puede pasar en otros países, nada pueden echar en cara a los ingleses, antigua metrópoli. Las personas que tienen sometidos a sus compatriotas son los propios indios.
Luego, entre tanta pobreza, se dan escenas curiosas e incluso divertidas para nuestro modo de pensar (Tratadas con el mayor respeto, por supuesto) como cuando una vaca se encariñó de mi trolley en un aeropuerto y no me dejaba irme a por el avión (Y cuidado con hacerle nada a la vaca). A esta me la veía yo en Sanfermines…
Por supuesto, hay gente maravillosa, y niños con unos ojos negros como el mar en noche cerrada, pero el país puede conmigo.
Ya estamos aterrizando, Las Vegas, otro año más…
Hay un país donde, si me pierdo conscientemente, nunca me busquéis. Es un país donde, al llegar a cualquier aeropuerto del mismo, huele dulzón, peculiar.
No entiendo como hay personas que pueden escoger para sus vacaciones la India y volverse tan tranquilos. Tal es la miseria que a nada que andes 20 metros por la acera al lado del hotel, de 5 estrellas por supuesto, te has de dar cuenta de que eso no es normal.
Claro, si no andas ni siquiera esos 20 metros y te dedicas a ir de puerta de hotel a Bus convenientemente acondicionado hasta puerta de centro de interés y vuelta…puedo entenderlo pero…¿es eso una manera, no diré inteligente, sino simplemente interesante de viajar?
A mí en la India me han pasado cosas que, el primer viaje me sorprendieron, luego ya, he ido haciendo callo, pero nunca lo suficiente como para no sentir un pellizco en el corazón.
Cosas tan angustiosas como ver como el coche de delante de nuestro taxi atropellaba a un mendigo y no paraba. Exigirle al taxista que parase y negarse el tipo con el argumento de que al día siguiente ya lo habrían recogido.
O ir caminando a la Feria donde estaba aquella vez, era Bombay, creo recordar. El trayecto andando debían de ser unos 500 metros desde mi hotel. Se atravesaba un pequeño vertedero y unos niños se estaban peleando con unas ratas como mi brazo de grandes por un brick de leche vacío.
Otra de éstas fue en un semáforo. Al lado mío una niña que, por su estatura no podía tener más de 8 años. Llevaba en brazos a un bebé. Se paró un camión cisterna de agua en el semáforo. Por la llave de paso, que no cerraba bien, goteaba un líquido herrumbroso. La niña, sin pensarlo, puso la boca de su hermanito debajo del chorrillo de líquido marrón. Yo acababa de tener mi segundo hijo. Reconozco que soy un tipo duro, que me dejo impresionar por pocas cosas, tanto he visto. No pude evitar que se me escapasen las lágrimas.
Recuerdo en una ocasión que nos invitaron al Club de Cricket más exclusivo de Bombay. El lujo era tan mayúsculo que dolía a los ojos. Sin embargo, al salir, la acera estaba llena de gente durmiendo debajo de plásticos por si llovía. Bueno, esta escena se da en todas las ciudades importantes, Nueva Delhi, Calcuta, Bombay….
Y lo peor del caso es que nada se puede hacer para corregir esto aunque sea un País de autentica revolución. Lo tienen tan bien montado entre el Sistema de Castas y la famosa reencarnación que está todo el país perfectamente controlado. Ya sabéis, los que lo estáis pasando mal en esta vida es porque en la pasada fuisteis un poco malos…así que…portaos bien en ésta no sea que en la próxima repitáis.
Y, contrariamente a lo que puede pasar en otros países, nada pueden echar en cara a los ingleses, antigua metrópoli. Las personas que tienen sometidos a sus compatriotas son los propios indios.
Luego, entre tanta pobreza, se dan escenas curiosas e incluso divertidas para nuestro modo de pensar (Tratadas con el mayor respeto, por supuesto) como cuando una vaca se encariñó de mi trolley en un aeropuerto y no me dejaba irme a por el avión (Y cuidado con hacerle nada a la vaca). A esta me la veía yo en Sanfermines…
Por supuesto, hay gente maravillosa, y niños con unos ojos negros como el mar en noche cerrada, pero el país puede conmigo.
Ya estamos aterrizando, Las Vegas, otro año más…
10 comentarios:
Una tras otra es una maravilla leer tus crónicas. Es como viajar de la mano de alguien que te lleva por el mejor de los itinerarios.
No dejes de hacerlo, sigue escribiendo, además de ser una maravillosa válvula de escape para tí, es un lujo para los que te leemos.
Gracias.
Anónima2.
El otrora lider de Solidaridad Lech Walesa,dijo en alguno de sus famosos discursos (por mala sintaxis): "Estoy a favor, incluso en contra". Eso es juso lo que a mi me ocurre con esta entrada. De todas formas, me gustaría saber tu opinión. En ese país de tan grandes miserias, ¿por que la gente sonrie tan frecuentemente?.
No sé quien eres, an´´onimo, pero créeme que comentarios como el tuyo, incluso aunque no estén de acuerdo conmigo, me infunden tales ánimos que cada verz me alegro más de haber comenzado esta aventura. >Eso si, es necesario tambien que me alimenteis con vuestros comentarios. A mí tambien me gusta saber que me leeis.
Por otra parte a anónima2 le diré que ellos sonríen porque sus pàrámetros de lo que significa la felicidad son totalmente diferentes a los nuestros, seguramente incluso más reales. Escribiendo desde Las Vegas, La Meca de una sociedad enferma, no sabeis lo convencido que estoy, en esto que digo. Lo que significa la felicidad para esta nación de niños grandes y tontorrones, efectivamente es mucho más superficial que la sonrisa de un niño en Delhi, cuando simplemente, le miras con cariño
“KISKAS”, te veo demasiado viejo, cambia el asesor de imagen y cambia de foto.
Tus viajes impresionantes, tus relatos pelín pastosillos, dale alegría a tu cuerpo y a tu retórica.
Buena vida te pegas, pero deja de justificarte ante tu mujer que sabe que vives muy bien.
No entiendo como SULTAN no entra para corregirte el estilo, tal vez en lugar de mejorar la raza debería mejorar tu estilo.
Un Abrazo.
Anónima2.
Efectivamente ahí quería yo llegar. La felicidad, que creo no existe en esta vida como estado permanente pero si transitorio,es diferente para cada persona y cada circunstancia. Yo personalmente, me sentí en India mucho mejor "entre ellos" que en otros entornos culturales o étnicos mas cercanos. Eso si, para ello hay que obviar los hoteles de 5 estrellas.
Hola Kikas:
está muy bien seguirte en todos tus víajes.
Estoy de acuerdo contigo en lo de que, afortunadamente, hay gente que sigue fiándose del prójimo. Yo creo y quiero creer que hay más gente buena que mala en el mundo, que el dinero no es el valor más importante.
Saludos
¿Por qué todos los "Tatos" se disfrazan de anónimos?
Despues de una opípara comida con el Mono, Yogui, el Marqués, Quintanone y Paco Yañez, he tenido que admitir un lapsus en mi maravillosa memoria. He de admitir que el Charro es tan cabrón como hace 20 años, y hace 10, y hace 3 y....
El pobre Tato, poseedor de un humor negro encomiable...no se merecía mi comentario
Salud
¡Qué barbaridades has contado en esta entrada!
A ese país no voy... no entiendo cómo la gente puede llegar a ser tan inhumana.
A veces pareces un poco poeta... "Ojos negros como el mar en noche cerrada"... me ha encantado
Ninguna barbaridad, Mela....Real como la vida misma.....
Otra cosa es que no lo hayas visto....
Desde luego, si me lo contaran sin verlo, yo no podria creerlo
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