sábado, 19 de abril de 2008

ALUCINAR EN LAS VEGAS



Todavía alguien se pregunta por qué tengo tanta manía a este país de obsesos (y obesos. La gente se cae de la cama por los dos lados que diria Gomaespuma, to lleno de colesterol, pero luego te ven fumando en un sitio y te mandan a los GEOS, razones de salud, dicen). La primera prueba. Llega mi maleta al Aeropuerto Mc Carran de Las Vegas. Un Aeropuerto como para que vayan los del Sindicato de controladores español. En mitad de la ciudad, aterrizan y despegan aviones comerciales (Ojo, es el 7º en importancia de USA, con lo que no es un Aeropuerto de pueblo), mientras helicopteros que te llevan al Gran Cañón o te enseñan la ciudad desde arriba no paran de pasar.

La valla del aeropuerto da al strip, calle principal de Las Vegas. Bueno que decía que llega mi maleta, una maleta que nos regalaron al casarnos, que sí que tiene kilometros, y llega destrozada atada con cinta de embalar. Al llegar al hotel me daré cuenta que en la aduana me la han abierto con un martillo. De todos modos, muy educados, me han dejado dentro un papel avisando que me la han abierto (Por si no me habia dado cuenta) y que probablemente, si no la llevaba abierta, me habrán destrozado las cerraduras, pero que la responsabilidad es mía por llevarla cerrada. En fin, la sicosis de la seguridad que luego se la cuelan por cualquier lado.

Las Vegas es una ciudad de cartón piedra. Yo digo que, a Las Vegas hay que ir una vez. Alucinar un ratito, y no volver. Los hoteles tienen una media de unas 4.000 habitaciones cada uno. Me alojo en el Stratosphere. Un hotel que tiene una torre de 350 metros. Arriba hay un restaurante giratorio que es una pasada. Encima del restaurante, una montaña rusa (¡A 350 metros de altura!), una lanzadera llamada big shot que te eleva otros 50 metros con una aceleración de 4g (Creo que los pilotos de combate aguantan normalmente 2g, pero no estoy seguro) teniendo caida libre cuando llegas arriba. Solo puedes entrar calzado si tienes zapatos de cordones.

Otro hotel, el Venecia tiene un canal con góndolas y gondoleros dentro del mismo, y una recreación de la Plaza de San Marcos con una iluminación que parece que es de día. El techo de esa inmensa sala, recrea un cielo nuboso. En el Treasure Island , dos galeones a tamaño natural mantienen una batalla naval cada hora. Está el París-París, con una torre Eiffel, el New York-New York, con una montaña rusa que entra por los pasillos del Hotel. En el Golden Nugget se encuentra la pepita de oro más grande encontrada jamás, unos 30 kilos de oro. El Caesar Palace, donde, en su aparcamiento, se realizaban carreras de formula 1. ¿Podemos decir que es una ciudad excesiva y de excesos?

La primera vez que fui a Las Vegas, había tragaperras a los dos lados del finger del aeropuerto. La gente llegaba con tal mono que se paraban a los dos pasos de dejar el avión. Eso ya no existe. Supongo que por las aglomeraciones que se daban. Sin embargo, el Aeropuerto está lleno de tragaperras.

La gente llega a Las Vegas con la ilusión de hacerse millonaria, casarse o bien pasar unos días inolvidables. A mí me parece un ambiente totalmente superficial y de locura, pero el mundo es libre. Se dice que la gente se casa en Las Vegas..y se divorcia en Reno (Capital del Estado de Nevada) Una vez se les ha pasado el pedo despues de ganar y gastarse todo el dinero, la gente se da cuenta que se acaba de casar con su compañero de ruleta y no es plan.

Me he encontrado situaciones tristes en Las Vegas, como aquel hombre, a las 7 de la mañana (Cuando me acababa de levantar para irme a desayunar) sentado en una silla de ruedas con dos viales entrándole por la nariz. A su lado una rubia vestida de enfermera y sosteniendo en alto un gotero. Y el pavo loco echando pasta en las tragaperras. O el ambiente general de que en Las Vegas se puede encontrar la felicidad. La felicidad la encuentran los dueños de los casinos viendo a tanto ignorante despidiéndose de sus ahorros en sus locales.

En Las Vegas, si vas a jugar, tienes el alojamiento y la comida pagadas. Las habitaciones de los hoteles son cutres porque, si estás en la habitación, no te estás despidiendo de tu dinero en los casinos con lo que, intentan que a la habitación a dormir, y poco. Tú te sientas delante de una mesa de black jack, ruleta o una tragaperras, levantas la mano y enseguida aparece una camarera convenientemente recauchutada que te servirá la comida y bebida gratis que quieras, no sea que tengas que esperar cola para comer y no te de tiempo a gastarte todo el dinero.

Los que vamos a Las Vegas a trabajar somos bichos un poco raros, y más en mi caso, donde puedo ser la única persona que haya ido un montón de veces y nunca se ha gastado un dolar en el casino.

La semana ha sido terriblemente ajetreada. De vuelta hacia españa, en Filadelfia, el avión tiene un problema en la Radio y nos hacen esperar. Bromeamos ya que volvemos muchos ingenieros de Radio y TV. Si nos dejan...con cinta aislante y un destornillador, les hacemos una ñapa.

Bueno, ya estoy en casa...muy cansado...vuelta a la normalidad ¿Es en mi caso esto la normalidad?

4 comentarios:

Mela dijo...

Un hotel con un restaurante giratorio... otro hotel con un canal de góndolas... el techo de una inmensa sala que recrea un cielo nuboso... una montaña rusa que entra por los pasillos del hotel...
Desde luego, sí es alucinante.
Yo tampoco me gastaría un dólar en el casino

Kikas dijo...

Pasta llama a pasta.....

Mela dijo...

Me da igual... no necesito tanta pasta.
Y hay cosas mejores que jugar en un casino

Kikas dijo...

En algo que estamos de acuerdo....